“Este 28 es necesario que estemos presentes en las calles”, dice desde Neuquén Marita Acuña, maestra de nivel inicial, de 31 años, separada, y madre de una niña de 12 años. Y enfatiza la palabra “necesario”. Se refiere a la convocatoria lanzada desde asambleas convocadas por el colectivo Ni Una Menos en CABA luego de los resultados de las PASO, y que se fueron replicando en distintos puntos del país con la propuesta de marchar el próximo jueves contra el avance de las derechas y por los derechos conquistados. “Se avanzó un montón en derechos humanos y principalmente de las mujeres. Hay sectores que quieren invisibilizar y borrar todo lo logrado, como si no hubiera existido. Me preocupa por mi hija y por todas las niñeces, me preocupa el futuro”, agrega la docente y ahora se refiere a la posibilidad de que el candidato presidencial de LLA, Javier MIlei, se imponga en primera vuelta en las elecciones del 22 de octubre.
La convocatoria principal del #28S es a las 16 para marchar de Plaza de Mayo al Congreso, donde se realizará a las 18 un pañuelazo. “La marea verde vuelve a la calle. Si estuviste, tenés que estar”, dice uno de los flyers que circulan en redes.
Marcharán la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, organizaciones de mujeres y diversidades, partidos políticos --desde el peronismo al trotskismo--, y todo el arco sindical con las tres centrales obreras que acordaron movilizarse en unidad, además de movimientos de la economía popular.
En las asambleas se acordaron tres consignas: “La libertad es nuestra. Por aborto seguro y gratuito, por la ESI y por vidas dignas. Contra las derechas, el ajuste y el FMI”. Habrá además, manifestaciones y festivales en todo el país, desde Ushuaia hasta ciudades del norte argentino.
¿Le suma o le resta a Sergio Massa que la marea verde se manifieste en las calles y exprese su rechazo a las propuestas libertarias? Esa pregunta resonó en los últimos días en el bunker de campaña de Massa, y en chats de activistas feministas que están militando para que el candidato oficialista entre al balotaje, con el telón de fondo de una elección que, como señalan encuestas de consultoras que trabajan para diferentes fórmulas presidenciales, la definirá el voto de las mujeres. Son ellas quienes en menor proporción han votado a Javier Milei en todo el país.
Se busca convencer a las que no fueron a las PASO o pudieron poner la boleta de Milei pero ahora están preocupadas por las propuestas del libertario, especialmente aquellas mujeres que valoran la salud y la escuela pública, porque van a la salita del barrio cuando sus hijxs se enferman y los mandan a la escuela pública, y piensan en la posibilidad de un futuro universitario para ellxs, en las universidades del conurbano. De ahí que los flyers de la convocatoria no se centren en el derecho al aborto ni lleven el color verde aunque la fecha --el 28 de setiembre-- se eligió por ser una efeméride emblemática para los feminismos en Latinoamérica: es el Día de Acción Global por Derecho el Aborto.
“Libertad es que tu vieja se haya podido jubilar”, dice uno de los volantes de la convocatoria con fondo en degradé de colores del azul al amarillo, pasando por el violenta y el naranja. o “Libertad es que el 80 por ciento de las infancias que sufrieron abusos, pudieron contarlo gracias a la ESI”.
El candidato libertario está contra lo que las nuevas derechas llaman “ideología de género” --donde engloban todas los avances de los feminismos y colectivos LGBTT+--, y ya anunció que quiere voltear la Ley de IVE e incluso su vice, Victoria Villarreal, habló de desfinanciar la atención del aborto legal en el sector público si llegan al gobierno y en su plataforma electoral figura eliminar la ESI; también Milei niega la existencia de la violencia por razones de género y la desigualdad entre varones y mujeres en el ámbito laboral e incluso desconoce el llamado “techo de cristal”, como expresó en la entrevista que le hizo el periodista Tucker Carlson (ex Fox News).
Convocar desde la afectividad
Marita Acuña, la maestra de nivel inicial de Neuquén, cuenta a este diario que no se define como feminista histórica pero como muchas otras mujeres --más o menos organizadas-- está llamando a volver a llenar las calles. “Al miedo lo conjuramos con más feminismo”, dice otro de los flyers lanzados por las organizadoras de la convocatoria del #28S.
“Decir que la movilización feminista le quita votos a Massa es un diagnóstico desde nuestro punto de vista, errado. El movimiento feminista fue fundamental por ejemplo para sacar a la derecha en el 2019. Y esta convocatoria lo que generó en todo el país fue un proceso de asambleas y encuentros, donde muchas compañeras que estaban más bien alejadas o desencantadas con la política se sienten movilizadas por una agenda feminista y la defensa de derechos. No solamente para poner un freno a la ultraderecha, sino también para plantear una agenda propositiva de acá en adelante, que claramente hace pedagogía por qué ninguno de nuestros derechos se pueden defender ni conseguir nuevos bajo un gobierno de derecha o ultraderecha”, apunta a Página 12 Luci Cavallero, de Ni Una Menos.
Por la ESI
La convocatoria busca además recuperar la épica que atrajo a las jóvenes a las masivas movilizaciones callejeras, clave para lograr la aprobación de la Ley de IVE. “En cada una de las asambleas que se fueron replicando en otros espacios, gremiales, comunitarios, intersindicales para poner en común como frente de trabajadoras organizadas la necesidad de ocupar la calle, todo el tiempo estuvimos en un debate hacia adentro, para tratar de poner en relieve la importancia del movimiento, para convocar desde la afectividad, y volver a enamorar desde la vitalidad que les propusimos a nuestras organizaciones con la marea verde que fuimos”, dice a este diario Clarisa Gambera, responsable de Género y Diversidad de ATE Nacional y secretaria de Géneros de la CTA Autónoma-Capital. También cuenta que tuvieron que “discutir hacia nuestras organizaciones y partidos que no somos piantavotos, al revés, que lo que proponemos tiene una vitalidad que convierte la bronca en una acción, que para nada es destituyente en términos de democracia, como sí lo es ese enojo que se está planteando la derecha, que quiere que todo se vaya al diablo. Queremos patear por los aires lo que no funciona pero a la vez estamos buscando la forma de comunicarnos con esas personas que perdieron la esperanza, a las que no les están llegando los derechos de los que nosotras hablamos, las personas enojadas, buscamos establecer una conversación con nuestras compañeras de laburo, nuestras vecinas, nuestras compañeras de territorio”, agregó.
En Tucumán, Vicky de la Rosa, de 36 años, psicopedagoga y también docente de nivel inicial en un colegio privado laico, cuenta a este diario que “me asusté un montón con la posibilidad de que Milei gane” y “me puse a leer, a publicar en mis redes” para generar conciencia de “lo que significaría el triunfo libertario”. Es divorciada y madre de dos hijos de 10 y 5 años. “Me preocupa mucho dar pasos hacia atrás con la ESI”, dice y ese es uno de los motivos que la llevan a sumarse al #28S. En la ciudad de Tucumán se marchará desde la Plaza Urquiza a la Plaza Independencia. Ese día es el cumpleaños del hijo mayor de Vicky de la Rosa pero ya le dijo que lo festejarán el sábado porque ella quiere marchar. Está trabajando con sus alumnos y alumnas de la salita de 3 la ESI con el cuento de Caperucita Roja: “hablamos de cómo se llamaría Caperucita en realidad para trabajar el tema del derecho a la identidad, qué habrá sentido y así vemos los miedos, hablamos de decir que no, de los secretos, de pedir ayuda a un adulto”, detalla.
Por la salud y la educación pública
En Córdoba, Pate Palero, directora ejecutiva de Católicas por el Derecho a Decidir, comenta que en esa provincia también se percibió luego de las PASO en el activismo feminista “la necesidad de volver a encontrarse ante esta arremetida de los neoconservadurismos”. “Nos está uniendo el espanto”, dice, con ironía. Desde CDD se sumarán a un festival musical que se hará el #28S en el Museo de Antropología, en la ciudad de Córdoba, y en el que participarán gremios, organizaciones de futbolistas feministas, movimientos populares y otras entidades de mujeres y diversidades con la consigna “La libertad de nuestros cuerpos no se negocia”. Junto al pañuelo verde sumarán la wiphala, símbolo de los pueblos indígenas, en el pañuelazo.
“El 28 marchamos por nosotras, por las madres, nuestras hijas, nuestras hermanas”, dice a este diario Mónica Sayago, desde Santiago del Estero. Tiene 43 años, es madre de 3 hijos de 19 a 23 años, integrante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), beneficiaria del programa del Potenciar Trabajo y forma parte de una cooperativa textil, junto a otras 21 personas, la mayoría mujeres, donde fabrican guardapolvos que venden al Ministerio de Educación. “Estamos en una situación muy difícil en el rubro textil. Hemos pasado la pandemia, nos hemos reinventado. La mayoría de las mujeres de la cooperativa somos madres que criamos solas y queremos que nuestros hijos puedan estudiar. Nuestro temor es que todo esto se pierda con Milei. Hablamos mucho con las compañeras de nuestro miedo a que se acabe la salud y la educación pública”, dice Mónica Sayago. Su hijo mayor estudia la carrera de Ingeniería Eléctrica en la Universidad Nacional de Santiago del Estero y trabaja en el área de serigrafía de la cooperativa junto a otros jóvenes y los fines de semana hace changas en una carnicería. Una de las hijas está haciendo cursos de “paramédicos” y la otra, de belleza --manicuría, entre otros– para tener su propio emprendimiento, y también trabajan en la cooperativa. El 28 Mónica y las demás mujeres de la cooperativa irán a la manifestación que desde los feminismos en Santiago convocan en la Plaza Libertad.
En San Salvador de Jujuy, Carolina Apaza, de 40 años, separada y madre de dos hijos, uno de 4 años y otro de 18, también volverá a las calles con el pañuelo verde. Trabaja en el rubro turístico en un hotel en Tilcara y además, integra la Red de Vecinas, una colectiva desde donde hacen acompañamientos a mujeres en situación de violencia de género y dan talleres en espacios comunitarios sobre “crianza respetuosa”. “Algunas hemos vivido abortos en la clandestinidad. Me parece importante reivindicar los derechos conquistados. Hay que cuidarlos. Estamos en un momento electoral, donde vemos nuestros derechos amenazados. Me parece particularmente importante movilizarnos el 28. Si gana Milei todo se puede perder. Las mujeres y niñeces vamos a ser las más afectadas”, expresa su preocupación. Por estos días, vienen conversando mucho sobre el tema con otras mujeres. En Jujuy el pañuelazo será en la Plaza Belgrano.
Las asambleas que se han ido replicando en diferentes puntos del país en las últimas semanas permitieron --señalan las entrevistadas-- encontrar puntos en común incluso con “compañeras” que no tienen la misma definición política sobre qué candidato votar en las elecciones. La intención es construir un frente enorme que pueda defender la idea de democracia y libertad que los feminismos han ido gestando en la calle.