El expresidente de Bolivia Evo Morales confirmó este domingo su candidatura para las elecciones presidenciales de 2025 y señaló que lo "obligaron" a tomar esta decisión por la que va a "batallar", en medio de la división interna del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS). Se trata del primer anuncio electoral oficial de cara a los comicios de 2025, aunque otros sectores del oficialismo promueven una eventual candidatura del actual presidente Luis Arce.
"Me han convencido que voy a ser candidato, me han obligado, claro la gente quiere, pero me están obligando la derecha, el gobierno, el imperio", sostuvo Morales en su programa en la radio local Kawsachun Coca. El también líder del MAS agregó que hay una campaña "sucia" en su contra, ya que la oposición lo tilda de "narcotraficante", pero el gobierno del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca lo señalan como el "rey de la cocaína", por lo que estas situaciones lo llevan a ser candidato.
"No nos vamos a rendir y vamos a estar en esta dura batalla democrática, ahora a construir propuestas, tengo reunión con empresarios, saludo que vengan propuestas, hay que construir la agenda post-bicentenario", sostuvo Morales. El expresidente lamentó que Arce, quien fue ministro de Economía durante su gobierno, no haya avanzado "nada de nada" en la agenda que realizaron con 13 pilares rumbo al bicentenario del país.
Como en otras ocasiones el expresidente denunció que el gobierno de Arce tiene un plan para desplazarlo del partido "con procesos políticos" y que incluso quieren "eliminarlo" físicamente, por lo que decidió aceptar el pedido de la militancia. "Vamos a enfrentar con la verdad, dignidad y honestidad toda esa agresión que sufrimos en las redes sociales desde el ministerio de la Presidencia", remarcó en un mensaje de su cuenta en X (antes Twitter).
Un congreso dividido
El anuncio de Morales se da a solo unos días de que se celebre el congreso nacional del MAS, del 3 al 5 de octubre en el trópico de Cochabamba, uno de sus bastiones políticos que también fue motivo de disputa para el oficialismo. Los aliados de Arce intentaron que ese congreso se realice en la ciudad de El Alto, cercana a La Paz, y que se renueven los líderes del partido gobernante empezando por el propio Morales. Pero los dirigentes cercanos a Morales ya advirtieron que en la cita del MAS se decidirá sobre la expulsión de Arce y Choquehuanca, a quienes califican de "traidores".
Morales dijo que sus detractores buscarán inhabilitar su candidatura "usando a una mujer" como lo "hizo la derecha" durante la crisis de 2019, cuando en medio de las denuncias de fraude electoral a su favor renunció denunciando un golpe de Estado. Ante las dimisiones de todos los que estaban en línea de sucesión, la opositora Jeanine Áñez asumió la presidencia interina del país.
"¡Nunca nos vamos a rendir hermanas y hermanos! ¡Unidos vamos a salvar nuevamente a nuestra querida Bolivia!", señaló Morales. Este sábado la cúpula del MAS, que es cercana al expresidente, acusó al gobierno de Arce de una supuesta presión al Tribunal Supremo Electoral a través de algunos dirigentes para intentar invalidar el congreso del partido.
También el sabado, el vicepresidente David Choquehuanca llamó a la unidad y dijo estar cansado de la confrontación. Choquehuanca advirtió que "de seguir así el pueblo se puede enojar contra la clase política y cuando este enoja al pueblo, este puede estar pateando a perro equivocado". Por su parte el ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Édgar Montaño, acusó a Morales de llevar al MAS a "la sepultura" por hacerle caso a personas que mienten y tienen "angurria de poder".
Las pugnas en el MAS empezaron a finales de 2022 con criticas a la gestión del gobierno y denuncias de corrupción contra algunos ministros. Otros conflictos tienen que ver con la paralización de las elecciones judiciales o la elección de ejecutivos de dos sectores (evista y arcista) en la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).