El capo de la mafia siciliana Matteo Messina Denaro murió este lunes a los 61 años en Italia a causa de un cáncer de colon. El criminal, que “podría llenar un cementerio” con la gente que asesinó con sus propias manos, estuvo 30 años prófugo y fue condenado a seis cadenas perpetuas por atentados y homicidios brutales.
Messina Denaro fue uno de los mayores responsables de la campaña de violencia y terror en nombre de la Cosa Nostra que azotó al sur de Italia en las últimas décadas y de la sangrienta fama de la mafia siciliana. El capo de la organización criminal cayó en enero de este año cuando visitó una clínica en la ciudad de Palermo para recibir tratamiento contra el cáncer.
Quién fue Matteo Messina Denaro
Matteo nació en la cuna del crimen organizado, el 26 de abril de 1962, en Castelvetrano, en el suroeste de Sicilia. Su padre Don Ciccio, era el jefe del clan local y su padrino también era miembro de la mafia. Poco a poco, el joven Messina Denaro fue convirtiéndose en una figura preponderante.
El capo era fanático de la película “El Padrino”, de hecho entre las pertenencias que le encontraron cunado lo detuvieron había un imán con la leyenda “El Padrino, ese soy yo”. Además, era un aficionado a los relojes Rolex y a la ropa de marca, así como a los cómics y a los videojuegos. Tenía fama de "playboy": una vez incluso apareció en la portada de una revista italiana con gafas oscuras y aspecto de estrella de rock.
El costado público de Messina Denaro contrastaba con la enorme lista de víctimas que se cargó. Además, sus homicidios eran especialmente despiadados, incluso para los estándares de la mafia. Por ejemplo, en julio de 1992, tras participar en el asesinato de Vincenzo Milazzo, jefe del clan rival de los Alcamo, estranguló a la pareja de Milazzo, embarazada de tres meses.
Al año siguiente, según declaró posteriormente un tribunal, participó del secuestro de Giuseppe Di Matteo, un niño de 12 años que era hijo de un hombre que había testificado en contra de la mafia en una causa anterior. El menor de edad estuvo 779 días privado de su libertad. Después de su asesinato, la organización criminal disolvió su cuerpo en ácido.
La base del mafioso estaba en la provincia de Trapani, pero su influencia llegaba hasta la capital regional, Palermo, e incluso a nivel internacional, con el tráfico de drogas y el juego. Tal como contó a AFP el periodista Roberto Saviano, fue “el último de los asesinos en masa”. Según se rumoreaba, Messina Denaro lanzaba cada tanto una escalofriante afirmación. "Con la gente que he matado yo mismo, podría llenar un cementerio", se jactaba.
Por sus asesinatos, y distintos atentados en en Roma, Florencia y Milán en 1993 –con 10 muertos y decenas de heridos–, en los que prestó apoyo logístico, Messina Denaro obtuvo condenas de seis cadenas perpetuas y desde ese año se mantuvo prófugo de la ley, sembrando el terror total y gestionando sus asuntos mediante el sistema "pizzini", en el que los mensajes se dejaban en pequeños trozos de papel.