La comisión de Legislación del Trabajo de Diputados abrió el debate sobre la reducción de la jornada laboral en base de siete proyectos que apuntan a modificar la ley vigente desde 1929 que establece 48 horas semanales. Este fue un primer encuentro del que participaron y expusieron la ministra de Trabajo, Raquel 'Kelly' Olmos; representantes de la CGT; de las dos CTA (de los Trabajadores y Autónoma); de los empresarios agrupados en la UIA; abogados laboralistas; a los que se sumó la experiencia internacional a través de la embajadora de Chile, Bárbara Figueroa Sandoval, y la secretaria Internacional, Cooperación y Migraciones de Comisiones Obreras de España, Cristina Faciaben.
"Estamos iniciando un debate para modernizar y actualizar la legislación laboral que cumpliría dentro de cinco años 100 años de establecida", dijo al abrir la reunión la presidenta de la comisión, Vanesa Siley (FdT). “Cuando se habla de reformas laborales frente a la tecnología, el cambio en las relaciones laborales, hablamos también de este derecho fundamental que es la jornada laboral”, expresó la dirigente de los judiciales.
Un debate que tiene sobre la mesa siete proyectos de reducción de la jornada laboral. Cinco corresponden al oficialismo --presentadas por Claudia Ormaechea, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Eduardo Valdés y Mónica Litza- y dos a legisladores de la oposición, el socialista Enrique Estévez y Nicolás del Caño del Frente de Izquierda.
Siley hizo mención a la experiencia internacional: “Hoy acaba de tener dictamen en la Cámara de Diputados de México y está próximo a pasar a recinto; en Chile se discutió en abril de 2023 y se convirtió en ley; en Colombia en el 2021 y se convirtió en ley; en Ecuador fue en el año 1983 que se redujo a 40 horas”. También a la prueba piloto que el Reino Unido realizó durante seis meses con 61 empresas para reducir la jornada laboral, tras lo cual “solicitaron tener definitivamente como régimen una jornada de cuatro días”. “Se ve notablemente incrementada la productividad, una baja en el ausentismo, baja en accidentes laborales, lo que trae como consecuencia la baja de un costo”, destacó Siley sobre los resultados.
A favor
La ministra de Trabajo se manifestó a favor de la reducción de la jornada laboral y planteó que "la idea es acordar un texto de consenso que contemple proyectos presentados por legisladores de varios bloques que podrían confluir en una iniciativa para llevar de 48 a 40 ó 36 horas la jornada semanal, con lo que se busca mejorar la productividad y generar empleo". Kelly Olmos también planteó que de avanzar con la iniciativa, “se haga de una manera escalonada, no se puede hacer de un día para otro, con un horizonte y una previsibilidad”, y que a partir de fijar ese máximo de horas “fortalezcamos la competencia de la negociación tripartita de cada convenio colectivo de trabajo para la mejor distribución de las horas máximas autorizadas a los efectos de que se adecue a lo que es cada actividad”.
“Esta ley, como cualquier otra, no es que viene a prometer cantidad de puestos de trabajo. Esta ley lo que sí va a hacer es una mejor distribución del trabajo y, por supuesto, en algunos sectores de la economía, creación de puestos”, dijo Ormachea (FdT), autora de uno de los proyectos. La diputada y dirigente de La Bancaria marcó el aspecto clave de que “este avance no implique una reducción en el salario” y pidió sacarse “la mirada desde lo partidario para que esto se convierta en una ley que mejore la vida de todos”.
El diputado Eduardo Valdés (FdT), autor de uno de los proyectos presentados, sostuvo que “veo que los países de mayor índice Gini que son los que están reduciendo el horario laboral como Noruega, Alemania o Dinamarca”, y afirmó que “no es un tema ideológico porque lo discute la derecha inglesa”.
“Estamos trabajando con un proyecto que tiene un objetivo ambicioso, informalidad cero”, sumó Yasky, autor de otro de los proyectos. “Sabemos que va a generar resistencias de los sectores empresarios, pero nos va a permitir poner en debate un tema que se utiliza como argumento para postergar avances en la legislación laboral”, agregó.
Pablo Anino, que colaboró con la iniciativa de Del Caño, sostuvo que “en las 12.000 grandes (empresas) del país, se podrían generar 1,1 millón de nuevos trabajadores”. “Esto mejoraría las condiciones de vida de la clase trabajadora porque el trabajo bajo el capitalismo es sometido a la explotación”, cerró.
La voz disonante
Desde la UIA dejaron en claro su postura en contra. “Este debate no lleva 100 años, lleva mucho más. En la religión se dice que el hombre fue expulsado del paraíso y tuvo que trabajar. Entonces, nos preguntamos si el trabajo es un castigo o es aquello por lo cual hemos llegado a donde estamos”, expresó Julio Cordero, vicepresidente del departamento de Política Social de la cámara empresaria
“La OIT hoy dice que el ser humano es el centro del trabajo, porque frente a las tecnologías no es seguro que haya que limitarlo al trabajo, probablemente haya que ponerle muchísima más dignidad, hacerlo mejor, generar un mejor clima en el lugar de trabajo, y eso no se logra necesariamente limitando la jornada, por ahí es al revés, porque la limitación de la jornada ¿cómo será?”, agregó el representante de la UIA.
“Yo limito la jornada para que trabaje menos, ¿para qué? ¿O sea, está mal trabajar, estamos en contra del trabajo? ¿Para qué, para ir afuera a hacer qué? Por supuesto la vida familiar es absolutamente importante, pero esto ya se debatió internacionalmente. El límite dispuesto por la OIT es de 8 horas diarias o 48 horas semanales”, insistió.
Cuando concluyó, Siley lo corrigió: “En 1935 la OIT cambió su primer convenio de 48 horas y desde 1935 a la fecha determina 40 horas”. Cordero negó que así fuera y reitero que “el límite máximo es de 8 horas diarias y 48 horas semanales”. “Es el convenio 47, se googlea y se ve”, replicó la presidenta de la comisión.