El presidente estadounidense, Joe Biden, hizo historia este martes al convertirse en el primer mandatario del país en sumarse a un piquete en defensa de mejores condiciones laborales para los trabajadores del sector automotor. Biden, quien aseguró que los trabajadores merecen un "aumento salarial significativo", llegó al estado de Detroit invitado por el presidente del sindicato United Auto Workers (UAW), Shawn Fain.
Biden fue recibido en el aeropuerto por el propio Fain, que se hizo con el liderazgo del sindicato a principios de año y que por primera vez en la historia convocó una huelga simultánea en las plantas de Ford, Stellantis y General Motors, conocidos como "los tres grandes de Detroit". Con un megáfono, gorra y ropa informal, Biden se dirigió a los huelguistas: "Ustedes salvaron la industria automotriz. Hicieron un montón de sacrificios. Las empresas estaban en problemas. Ahora les va increíblemente bien y a ustedes también debería irles bien".
"Wall Street no levantó este país. Lo hizo la clase media. Lo hicieron los sindicatos. Eso es un hecho. Sigamos. Merecen lo que han ganado. Y han ganado muchísimo más de lo que están siendo pagados", aseguró el presidente demócrata. "Se merecen el aumento significativo que reclaman", dijo Biden, que en declaraciones previas ya había subrayado que tenía la esperanza de que las negociaciones lleguen a buen puerto.
Fain, por su parte, agradeció la visita del presidente y remarcó: "Hoy el enemigo no es un país extranjero a miles de millas. Está justo aquí en nuestra propia zona. Es la avaricia corporativa". Entre aplausos, el líder sindical agregó: "Los directivos creen que el futuro les pertenece. Pero pertenece a los trabajadores del automóvil. Nosotros hacemos el verdadero trabajo. Nosotros tenemos el poder".
El UAW representa a casi 150 mil trabajadores de la industria automotriz estadounidense. Hasta ahora las tres empresas con sede en Detroit presentaron propuestas que ofrecían un aumento salarial del 20 por ciento pero mantenían la semana laboral de 40 horas. El sindicato exige un aumento salarial combinado del 46 por ciento a lo largo de los cuatro años de duración de un nuevo convenio, así como una semana laboral de 32 horas con un salario de 40 horas.