Ayer, desde las 9, integrantes de comunidades originarias del norte salteño decidieron cortar la ruta nacional 34 a la altura de General Mosconi (municipio del departamento San Martín) con la falta de agua como reclamo principal. Por su parte, una comunidad de seis familias que viven en una finca del departamento Orán denunciaron públicamente la falta de camiones cisterna que les acerquen el recurso hídrico. En ambos casos, la sequía vien asolando esta zona sin miras de una solución urgente como la que precisan desde al menos el año pasado.
“Hemos liberado recién la ruta porque había muchos camiones, casi 8 kilómetros de camiones”, dijo a Salta/12 Eduardo Pisco, de Misión Chorote de Tartagal (cabecera del departamento San Martín) ayer cerca de las 18.
Como en todas las protestas que realizan las comunidades indígenas, los reclamos sin solución se acumulan. En este caso, además del agua, se encuentra el el reclamo por la falta de construcción de viviendas para las comunidades, el pedido de otorgamiento de planes como el Potenciar Trabajo, y también la procura de proyectos que les permitan un desarrollo sostenible en las tierras que fueron entregadas a pueblos originarios.
La crisis del agua en el norte tuvo sus repercusiones en los últimos años y en 2022 generó cortes de ruta que terminaron tras las visitas de funcionarios del gobierno provincial.
El coordinador de Enlace y Relaciones Políticas, Pablo Outes, y el ministro de Infraestructura, Sergio Camacho, habían comprometido la construcción de 150 casillas de maderas a las comunidades indígenas, según lo asentado en el acta de ayer. Pero hasta el momento no se entregaron y según lo manifestaron fuentes del gobierno provincial, tampoco se harán a raíz de la crisis financiera que se atraviesa.
“Comprometieron la perforación de 9 pozos y no pasó nada”, agregó Pisco al considerar la situación de la crisis hídrica. Por la gran cantidad de personas que precisan el agua, afirmó que “andan los camiones cisterna”, pero hay ocasiones en las que “estamos hasta dos días esperando por el agua”.
Además de los planes Potenciar Trabajo, solicitaron contar con merenderos dentro de las comunidades, dado que no tienen cómo gestionarlos con los aportes de su población. Pisco afirmó que el conjunto de integrantes de comunidades que cortaban la ruta tienen unas 13 mil hectáreas y “estamos pidiendo que nos ayuden con proyectos para que podamos trabajar, deforestar para criar animales, o distintas cosas que permitan tener trabajo”, dijo en cuanto al pedido.
Mientras estaban a la espera de la llegada de funcionarios, el referente aseguró que el corte de ruta iba a continuar.
Acarrean agua desde el Bermejo
El primero de septiembre del año pasado Marcos Vaca denunciaba en Salta/12 la falta de agua. El reclamo se reeditó ahora, sin soluciones hasta el momento. Las familias que viven en Finca El Carmen, ubicada en la jurisdicción de Pichanal (municipio del departamento Orán), hace un mes que se quedaron sin acceso al agua cuando el camión cisterna dejó de llevarles.
Hace unos 20 años el agua del río Bermejo les llegaba por un canal que desembocaba cerca de la finca. Pero la crecida del río en aquel tiempo destruyó el canal y se quedaron sin esa vía para acceder al agua. “Hicimos pozos de tres metros de profundidad porque el río estaba cerca. Pero cuando el río desbordó también se llevó los pozos”, detalló Vaca.
Para poder abastecerse, estas personas acarrean el agua del Bermejo, deben trasladarla por un kilómetro para depositarla en tachos, bidones o tinacos. Pero como sospechan que está contaminada, dado que en los últimos tiempos, como todos los años, se encontró una cantidad considerable de peces muertos, la hierven sirviéndose de leña, dado que tampoco cuentan con gas.
La Escuela del lugar, cuyos pozos o depósitos de agua suelen ser la salvación para estas comunidades cuando no hay agua, tampoco tiene acceso al recurso hídrico.
“Tengo un familiar que viene de la ciudad y como tiene camioneta me carga unos 20 bidones con agua. Pero también es agua fea. Aunque nos trae un bidoncito de agua potable”, añadió Vaca al comentar cuáles son las alternativas con las que van salvando el día a día.
“Al agua la cuido y la tapo porque hay mucha avispa y abeja y le pongo los plásticos para que no entren los bichos. Con esa agua nos bañamos, cocinamos, y también damos a las gallinas” que crían para su autoconsumo, contó.