“Este es un archivo oral chismográfico de nuestra experiencia de agite en la marea feminista desde 2015. Se trató de una experiencia radical y transformadora que nos cambió para siempre. Nos expandimos subjetiva y políticamente. Del hacer juntas con miles de compañeras y compañeres aprendimos muchas cosas: desde cortar calles hasta hacer videos y revistas, pintar banderas, grafitear, sentarnos a negociar con partidos y sindicatos, disfrutar (y bancarse) estar juntas. Queremos que estas historias no se pierdan en nuestros cerebros formateados por la tecnología y erosionados por los fármacos. Que los detalles que recuperamos vibren como gérmenes de futuro”, dicen en la introducción de Mareadas en la marea, diario íntimo y alocado de una revolución feminista (Siglo XXI editores) sus autoras Fernanda Laguna y Cecilia Palmeiro.
Fernanda Laguna es artista, escritora, curadora y editora. Publicó El fuego entre nosotras (2021), Dame pelota (2009) y Durazno reverdeciente (2003, 2023). Como artista, además de obras, desarrolló espacios independientes como la galería y editorial Belleza y Felicidad. Cecilia Palmeiro es investigadora del Conicet y docente de estudios culturales y de género en la Untref y en NYU Buenos Aires. Publicó Desbunde y felicidad (2011) y Cat Power, la toma de la tierra (2017) y cuidó la Correspondencia de Néstor Perlongher (2016). Fernanda y Cecilia se conocieron en el 2000 en Belleza y Felicidad de Fiorito y comenzaron a militar en Ni una menos, dos años después comenzaron con el proyecto Mareadas en la marea.
En este libro, las autoras cuentan en forma de diario cómo se fueron involucrando en la marea feminista: desde las asambleas de Ni una menos, las marchas en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, los pañuelos verdes y el glitter; en definitiva la fusión entre la política y la fiesta que significó la aprobación de la ley del aborto, por el que venían luchando las feministas desde el siglo pasado. Como sostiene la contratapa: “Vital, alegre y desfachatado, este diario se sostiene en la amistad como vínculo amoroso y de cuidado, y confía en la potencia colectiva que late en la organización popular y en todos los movimientos que buscan cambiar el mundo”.
Las autoras se reconocen en las olas de los feminismos, pero también en el que ellas llaman feminismo originario sin ola: los millones de mujeres que fueron acusadas de brujería por sus saberes y sus poderes, que fueron perseguidas y asesinadas en el mayor femicidio de la historia, la caza de brujas entre los siglos XIII y XVII, en las mujeres indígenas, las guerrilleras y todas las que no entran en la periodización de las olas del Norte. En sus palabras: “Es la memoria de nuestras ancestras que exigen justicia la que reaparece cada vez que sube la marea. No es casualidad que la mayor investigación sobre la historia y la economía desde la perspectiva feminista sea contemporánea al colectivo WITCH: Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria, de Silvia Federici”.
Y en el epílogo donde todas las aventuras del diario terminan de cobrar sentido: “que los feminismos disputan la historiografía patriarcal no es novedad. La Historia a secas, con mayúscula, como la Verdad, sin cuestionar, es siempre la narrativa de los ganadores y la falsa continuidad del triunfo de quienes han ganado las batallas: el patriarcado, el colonialismo y el capitalismo. La historia desde la perspectiva de les oprimides, ya lo decía Benjamin, es la de la discontinuidad: es la historia de los movimientos de ruptura, esos donde las cosas podrían haber tomado otro rumbo. Es la historia de los fracasos y los sueños incumplidos de cada era que exigen redención. Es por eso que una historiografía materialista y feminista se diferencia en método, en poética y en perspectiva del historicismo en el sentido de la continuidad y del progreso”.