Eva es parte del Tercer Malón de la Paz. Después de movilizarse en las rutas, y de marchar a la capital jujeña, sin recibir ninguna respuesta, el Malón decidió viajar a Buenos Aires, donde llegó el 1 de agosto y se estableció frente a los Tribunales en Plaza Lavalle. A pesar del frío, de las lluvias, el gobierno de la ciudad le impidió poner carpas o resguardos. Desde el Malón se dirigieron a todos los poderes para plantear sus demandas. Después de casi dos meses sin respuesta, tres representantes del Malón, se encadenaron a las rejas que rodean el Congreso de la Nación, e iniciaron una huelga de hambre que continúa hasta ahora, o mejor dicho, que continuará hasta que reciban respuesta. Dos hombres y una mujer, encadenados y encadenada a la intemperie, en lucha por la libertad. En ellos y ella, en quienes están a la intemperie, se reconoce un pueblo, que avisa que traerá más hermanos y hermanas para que los acompañen. Dicen que tomarán medidas aún más fuertes para hacerse escuchar.
Eva está embarazada, y su salud se está deteriorando. Estas son sus reflexiones, cuando se cumplen 9 días de huelga de hambre, y ya se notan las consecuencias físicas de la misma.
“Mi nombre es Eva Margarita Calizaya. Soy de la comunidad Coya Suyo Marca, de Perico el Pongo, del territorio de Jujuy. Me encuentro en esta situación de forma obligada, visto y considerando que los señores diputados, los señores senadores, los jueces, el gobierno federal, no nos responden. Nuestro petitorio dice lo siguiente: la nulidad de esta reforma que consideramos totalmente inconstitucional, la intervención federal a la provincia de Jujuy, puesto que esta nueva reforma nos doblega y nos condena a la esclavitud, esta nueva reforma avasalló con nuestros hermanos allá en el territorio, derramando sangre en los márgenes de la ruta, desmembrando los ojos a nuestros jóvenes, atacando a nuestros abuelos con bala de goma. Pedimos también al Congreso la sanción de una ley de propiedad comunitaria de la tierra".
¿Por qué decidió sumarse al Tercer Malón de la Paz?
--Debido a toda esta situación que sufrimos en nuestro territorio jujeño, nos sumamos al Tercer Malón de la Paz para llegar hasta Buenos Aires con la esperanza de que aquí nos atiendan. Llevamos 58 días hasta la fecha. 58 días pacíficamente marchamos por cada puerta de la Casa Rosada, del Congreso de la Nación, de los Tribunales, y aún no hemos tenido respuesta alguna. Llevamos 9 días de huelga de hambre, 9 días de estar encadenados aquí en el Congreso de la Nación Argentina y nadie responde.
El domingo 24/9, Eva dio testimonio en la audiencia del Juicio Ético Popular a los Ecocidas que se realizó a la intemperie, frente al Congreso, con el testimonio de los comuneros y comuneras que integran el Malón. Envuelta en las cadenas que la amarran a las rejas del Congreso, ella señaló en un tramo de su intervención:
“Esta reforma inconstitucional fue con el propósito macabro del señor Gerardo Morales, de apropiarse de todos los bienes naturales que tenemos allá en nuestro territorio. La tierra. De la tierra sacamos los frutos. En la tierra se siembran frutos, flores, se cosecha, y es el modo de vida que se lleva allá. El agua es un elemento básico que nos da la vida, y sin embargo también somos avasallados de esa forma. Para la extracción de litio, se utilizan muchísimos litros de agua. Entre otras palabras, nos quieren exterminar, nos quieren matar, porque si no tenemos el agua, que es un refugio esencial de vida, nos van a matar. Entonces les decimos que necesitamos su acompañamiento, porque esta reforma es un modelo que se va a implantar en toda la Nación Argentina. Con esta reforma inconstitucional, a Jujuy, que es una provincia que pertenece a la nación argentina, también la han desmembrado, y nos maltratan, haciéndonos con esta nueva reforma un país aparte”.
¿Cómo piensan seguir si se mantiene la falta de respuestas?
--La decisión está tomada. Mi vida y la de mis hermanos están en manos de los diputados, los senadores, los jueces, el gobierno nacional. Porque vivir en Jujuy, en los márgenes de la ruta, vivir en la plaza Lavalle frente a la Corte Suprema, o estar acá en las rejas de este Congreso, nos da igual. Nuestra vida queda en las manos de estos señores, que son nuestros representantes, y que en este momento no nos representan, porque no tienen ni la más mínima voluntad de darnos respuesta. Este es un manoseo hacia el pueblo, es una falta total de respeto. Esta indiferencia, que ni siquiera nos miran, que no nos escuchan, es violencia.
¿Qué mensaje tienen para el pueblo argentino?
--Les pedimos a toda nuestra Nación Argentina que se sumen a esta lucha, que este modelo de reforma inconstitucional va para todo el país. La Constitución Nacional Argentina dice que por el solo hecho de pisar el suelo argentino no hay esclavos, pero esta nueva reforma nos condena a la esclavitud. Sabemos que de algún lado va a surgir algo bonito, algún rayo de luz, de esperanza va a nacer. Creemos que estos señores diputados, que nacieron de mujeres, podrán escucharnos y firmar a favor de la nulidad de la reforma, que con tanto ánimo lo estamos pidiendo desde lo profundo de nuestra alma”.
¿Cómo te estás sintiendo?
--Quiero ver a mi familia, estoy encinta y ya no aguanto más estar acá. Pero no vine a acostumbrarme, vine a que nos escuchen y a volver. Acá llovió, el viento fue fuerte. Nos estamos mojando, nuestro cuerpo se debilita, pero seguimos resistiendo. La reforma va a caer.