Desde hace ya casi un siglo existe un interés por el autismo desde la perspectiva del psicoanálisis. La soledad y la inmutabilidad, la fijeza, son dos características que usualmente describen al autismo: niños sin contacto con el mundo, encerrados en actividades solitarias que repiten en forma reiterada. El repliegue autista considerado como aislamiento reenvía una y otra vez a la perspectiva de una ruptura de lazo y al uso de distintas metáforas para nombrarlo. De allí surgen los nombres de “muralla”, “caparazón o cáscara dura” e incluso un muro en el que los niños se repliegan para protegerse del mundo. Pero el aporte esencial de Kanner es la inmutabilidad, sameness, que expresa la necesidad de mantener un orden rígido, sin que nada cambie, como una modalidad de defensa contra la angustia. Por otra parte, la soledad no es tan radical como se la puede suponer puesto que muchos niños buscan aproximarse al otro, a sus padres, a su manera.

 

Eric Laurent introduce la noción de “encapsulamiento autista”, no ya rígido como fuera planteado anteriormente, sino elástico, que puede desplazarse. El niño con autismo, que no tiene cuerpo ni imagen, se encierra en un encapsulamiento que funciona como una burbuja de protección, como una cápsula a la manera de los astronautas que se desplazan en el espacio, protegiéndose de las manifestaciones que vienen del mundo exterior. El encapsulamiento es ya una respuesta por parte del sujeto, su invención personal. No se trata entonces de eliminarlo sino de crear un espacio entre el sujeto y el otro en el que se produzcan intercambios menos amenazantes que posibiliten su desplazamiento. No existe un niño-tipo, tampoco en el autismo. Antes bien, todos son diferentes. Las repeticiones no son obsesiones ni manifestaciones deficitarias, más bien intereses específicos, “pasiones”, a partir de los cuales podemos entrar en contacto con el niño. Aunque el autismo es un funcionamiento singular que se mantiene estable a lo largo de toda la vida, eso no impide que haya transformaciones en las que se apoya el tratamiento analítico.

El niño con autismo se inserta con pocas palabras en el mundo pero que puede complejizarlas en circuitos cada vez más amplios que se enganchan a una imagen. 

 

* Responsable de las jornadas de la Cátedra Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia de la Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, en las que se celebran los 10 años de la Cátedra.  La actividad es abierta y gratuita, se realizará el 7 de octubre y su inscripción es a través de la página de la universidad. Pueden concurrir previa inscripción.

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