Arrancó el tramo final de la campaña. Con energía renovada, con otra agenda y con la centralidad recuperada, los principales candidatos de Unión por la Patria se reunieron con su militancia y llamaron a redoblar esfuerzos para ganar la elección. Si es posible, en octubre.
Fue un día peronista, de principio a fin. Tal vez desde antes, porque el pronóstico meteorológico anunciaba cielos grises, nublados y lloviznas intermitentes para el resto de la semana. Y el miércoles amaneció con el cielo gris, según lo anunciado, pero comenzó a abrirse a las pocas horas. El clima acompañó a las 30 mil personas que colmaron el estadio 12 de octubre del club Defensores de Cambaceres, de la ciudad de Ensenada, y a las 20 mil que debieron seguirlo desde las inmediaciones.
Pero, sobre todo, además del sol, acompañó el clima político. Hubo, sobre el escenario, un anfitrión, el intendente Mario Secco, y dos oradores, los candidatos a gobernador, Axel Kicillof, y a presidente, Sergio Massa. Hay, se ve, buena química entre ellos: se tiran paredes, se elogian mutuamente.
Pero, para que eso ocurra a nivel visible, tanto o más importante, tiene que ocurrir algo similar en el nivel de las segundas líneas, de “los que laburan” para “hacer que las cosas pasen”. En este caso, el armado del acto fue compartido: por el massismo, Malena Galmarini y el “Turco” Rubén Eslaiman, por el gobernador, el intendente Secco y los dirigentes de “La Patria es el otro”, como Andrés Larroque, Adrián Grana, Lauro Grande y Héctor Fernández, entre otros.
A todos llamó la atención lo nutrido de las columnas sindicales. Se esperaba que asistieran representaciones de los gremios cercanos al gobierno provincial, como Curtidores de Walter Correa, SUTEBA, ATE, CTA, la UOM de Furlán y, en general, los gremios que responden a la conducción de Pablo Moyano.
Pero más que representación, lo que hubo fue una masiva presencia, de esos gremios y de otros, incluyendo banderas de UOCRA, cuyo secretario general, Gerardo Martínez, viene de reunirse con Javier Milei. Para los organizadores, era el primer síntoma, la primera respuesta positiva, de los anuncios recientes hechos por el ministro Massa en materia impositiva.
En el polideportivo, un tinglado de chapa contiguo al escenario, al que accedían funcionarios, dirigentes y periodistas, las conversaciones versaban sobre el reciente cambio de expectativas electorales, la hiperactividad del candidato y las listas mentales, repasadas una y mil veces, de presencias y ausencias. Finalmente, estuvieron todos.
Las empanadas quedaron cortas y hubo que sacar las medialunas antes de lo previsto. Es que el horario de la convocatoria era raramente temprana y si uno almorzaba, corría riesgo de no llegar a tiempo. La cita era a las 15 y el acto comenzó alrededor de las 16:30. Para la tradición del peronismo bonaerense, puntualidad británica. ¿Una novedad incorporada del Frente Renovador?.
Estuvo el gabinete provincial completo, los ministros nacionales Gabriel Katopodis y Jorge Taiana, prácticamente todos los intendentes. Y aunque no subió al escenario también asistió el diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. También ingresó junto a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, que apenas dos días atrás le cantó el feliz cumpleaños al gobernador en su distrito.
Máximo tejió con Massa una excelente relación cuando este último presidía la Cámara de Diputados y él era jefe del bloque. Antes construyeron un lazo de confianza cuando negociaron la unificación del peronismo y el Frente Renovador en el Frente de Todos, prólogo de la victoria electoral de 2019.
Axel Kicillof y Sergio Massa, dos figuras con orígenes ideológicos dispares, casi opuestos, lo mismo podría decirse de sus trayectorias, logran poner al peronismo nuevamente en competencia, a pesar del complejo presente económico. Difícil de imaginar en otra fuerza política. No es poco.
Fueron muchas las veces que el locutor pidió a los dirigentes y funcionarios que tomaran asiento en alguna de las 400 sillas dispuestas para ellos cerca del escenario, condición necesaria para comenzar el acto. El ánimo era festivo, había ganas de abrazarse, intercambiar opiniones, juntarse con uno y otro.
Secco fue breve. Le dio la bienvenida a la militancia, empezó a levantar la temperatura con sus tradicionales arengas y se fue aplaudido, para dejarle lugar al gobernador. Uno a uno, lo fueron saludando con cantos distintos gremios. Primero, los petroleros. El gobernador devolvió el saludo y aprovechó la ocasión para recordar que Buenos Aires es una provincia petrolera, en referencia, no sólo a la refinería de YPF cercana, sino a la futura explotación off shore en el litoral marítimo.
Ambos candidatos confrontaron los dos modelos en pugna en esta elección. “No creo que los votantes de Milei estén contra la educación pública, la salud pública, el trabajo y la industria”, dijo y pidió escuchar, hablar y convencer sin criticar ni agredir.
Respecto del rol del estado en salud, sostuvo que “no veo sanatorios Los Arcos ni maternidades Suizas en las localidades de 20 o 30 mil habitantes de nuestra provincia, porque donde no hay negocio, si el hospital no lo hace el Estado, no lo hace nadie”. Es la segunda referencia de una figura relevante del peronismo al empresario Claudio Belocopitt en menos de una semana. El sábado, en UMET, Cristina Fernández se refirió a “los negocios financieros de las prepagas”. ¿Casualidad?
A Massa la tribuna le pidió “huevo”. “Voy a poner eso y más”, dijo sin dudar, con la voz en vías de recuperación. También él hizo un repaso de lo que ofrece cada proyecto a los jubilados, a los estudiantes y a los trabajadores. Le recordó a Macri su promesa incumplida de que los trabajadores no pagarían más impuesto a las ganancias y le agradeció al gobernador la habilidad y el compromiso militante para ir “casa por casa”.
“La mejor opción para las argentinas y argentinos somos nosotros: Unión por la Patria, que aprendimos de nuestros errores y ahora estamos saliendo adelante, pese a la gran deuda que nos dejó el gobierno anterior y los sobresaltos de una Argentina que le cuesta hacer pie en un mundo convulsionado”, le dijo Fernando Espinoza a BuenosAires/12, mientras se producía la desconcentración, desordenada como suele ser.
La frase que mejor sintetiza el espíritu de la jornada es de alguien que no estuvo, porque no es bonaerense. Es nacido neuquino y diputado por la ciudad de Buenos Aires. “El peronismo es como un elefante, a veces tarda en arrancar, pero cuando se pone en movimiento, es imbatible”. Algo de eso se olfateaba en Ensenada y se llevaron los asistentes del acto.