Fue todo pura emoción que fue creciendo durante la entrega de los Premios Dignidad 2023 que la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) otorga todos los años para reconocer a mujeres y colectivos por su lucha por la igualdad y la diversidad. En esta oportunidad fue distinguida la trayectoria de las Abuelas de Plaza de Mayo, junto con el trabajo de Comisión de Familiares y Apoderadas de les Héroes de Trelew, la presidenta de Red Viva, Sara Barni, la lideresa tonokote Solita Pereyra; Marta Rondoletto, periodists e integrante de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas de Tucumán y a la organización Garganta Poderosa. Un encuentro en el que todos los participantes pudieron reflexionar sobre el camino recorrido y seguir reclamando por las conquistas pendientes.

"Este premio es una celebración. Celebramos la lucha, la vida, la historia tan terrible y al mismo tiempo tan apasionante, tan llena de dolor y de esperanza", señaló María Elena Naddeo, vicepresidenta y secretaria de Género de la APDH. Entregados anualmente desde 1995, los Premios Dignidad son un reconocimiento de la organización a "quienes se han destacado por sus aportes en el plano social, académico, técnico profesional, en la temática de la igualdad entre los géneros y en la lucha militante por los derechos humanos". Nacieron como una distinción individual, pero los últimos años se han masificado debido a la "ola feminista", según sostuvo Naddeo.

La entrega se realizó en el Salón Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación, en el centro porteño. En la entrada, integrantes de la agrupación Mujeres de Artes Tomar (MAT) recibían a los presentes con una performance sonora que consistía en susurros de poemas relativos a la temática, una presentación que suelen hacer en cada evento al que asisten. En 2017, MAT recibió el Premio Dignidad por su contribución artística a las luchas contra las violencias. Otra de las galardonadas en estos años envió sus saludos por video: Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

"No cualquiera camina tanto en la vida como han caminado las Madres, las Abuelas y los familiares. Nadie se queda en casa si le falta un familiar", sostuvo Buscarita Roa de Abuelas al recibir el premio de manos del presidente de la APDH, Eduardo Tavani. Conciente del motivo que la trajo a Buenos Aires hace más de cuatro décadas, y que la obligó a "vender lo poco que tenía" para viajar, Roa casi no reparó en su propia trayectoria, sino que se encargó de resaltar la de su hijo desaparecido. Así, recordó sus primeros años de militancia, su trabajo en las villas, el accidente que sufrió antes de venir a la Argentina y su interés en recibirse de maestro "para ayudar a que los chicos aprendan a leer y escribir".

"Estoy muy agradecida de recibir este premio, que desgraciadamente no tengo por qué recibir porque todavía tenemos desaparecidos y nietos que buscamos", dijo. "Yo sigo luchando, seguiré hasta el último día de mi vida que pueda caminar porque a este país le debo mucho y no quisiera que nunca a nadie le tocara venirse en circunstancias tan trágicas como las que me tocaron a mí", aseguró emocionada sobre el final. Aunque volvió a tomar el micrófono, cuando ya el acto se terminaba, para decir: "Me olvidé de decir que soy una abuela feliz porque encontré a mi nieta".

Desde la Comisión de Familiares y Apoderados de los fusilados de Trelew recordaron la lucha de sus compañeros masacrados y destacaron la recuperación, en 2005, del aeropuerto abandonado de Trelew, donde hoy funciona un espacio de la memoria. De esta forma, leyeron un fragmento del discurso que dio Soledad Capello, madre de uno de los fusilados, durante aquella inauguración. Entre el público escuchaba emocionado Eduardo, nieto de Soledad que fue criado por ella tras el asesinato de su padre; y los familiares de Mariano Pujadas, Alfredo Elías Kohan y Guido Quieto. Por su parte, Raquel Camps acompañó a las integrantes de la Comisión a recibir el premio. 

Las familiares agradecieron a la APDH y a las organizaciones presentes en cada tramo de la lucha --como Los 12 de Santa Cruz, presentes en el acto-- porque "es la primera vez que a nivel nacional se nos hace un reconocimiento de esta índole", pero también levantaron un reclamo pendiente: "Estamos convencidas de que la Comisión de Familiares de la Masacre de Trelew merece estar dentro de la Mesa Nacional de Organismos de Derechos Humanos".

Cada entrega de la noche estuvo precedida por un video que resumía, tanto como fuera posible, la historia de las organizaciones y mujeres premiadas. Arriba y abajo del escenario, el encuentro de militantes que supieron compartir años de lucha en las calles y que continúan levantando las mismas banderas se llenó de abrazos, muestras de un fraterno cariño y palabras de agradecimiento. Fue así que la presidenta de Red Viva, Sara Barni, se quedó sin palabras al recibir su reconocimiento. Su trayectoria, la más reciente de las que se presentaron en la noche, comenzó a partir del abuso de su hija y hoy defiende y acompaña a sobrevivientes y familiares de delitos sexuales que no encuentran respuestas en el Poder Judicial. En tanto, el premio a Solita Pereyra, por su labor en la defensa de las comunidades originarias, fue entregado a integrantes de red OPINOA (Organización de Pueblos Indígenas del Noroeste Argentino). Mientras que referentes de la Garganta Poderosa destacaron la importancia del trabajo que realizan en los barrios y en particular en referencia a la defensa de los derechos de las mujeres.

Por su parte, la periodista Marta Rondoletto, cuya familia entera fue secuestrada en noviembre de 1976, recibió el reconocimiento por su lucha por Memoria, Verdad y Justicia y aseguró: "Teniendo en cuenta el momento que estamos viviendo debemos saber que somos sujetos de dignidad y que no nos pueden arrebatar eso. Somos ante todo dignos. Y no va a venir ninguno de estos desaforados a ejercer la práctica de las desapariciones, como dicen".

Informe: Diego Castro Romero