Los jueces de la Sala I del Tribunal de Juicio de Orán, Mario Maldonado, Aldo Primucci y Edgardo Laurenci, condenaron a prisión perpetua a Lionel Sandro Pérez, de 39 años, por el femicidio de su pareja Paola Díaz (32).
Pérez fue declarado autor penalmente responsable del delito de "homicidio doblemente calificado por existir relación de pareja y por ser perpetrado en contra de una mujer por un hombre mediante violencia de género". El hombre continuará alojado en la Cárcel 3 de Orán.
Por otro lado, fue absuelto por aplicación del beneficio de la duda de la tentativa de femicidio en un hecho ocurrido horas antes del ataque asesino, cuando según la acusación fiscal y familiares de la víctima, incendió la vivienda que habitaban ambos.
El femicidio fue cometido el el 31 de agosto de 2022, entre las 22.30 y las 23, en el asentamiento 4 de Junio de la ciudad de Orán. Pérez interceptó a su pareja y la hirió en el pecho con un cuchillo. Paola Díaz falleció antes de que llegaran a brindarle atención médica.
"Por la memoria de Paola y por la sociedad, me parece justo, es lo que se esperaba, lo que se deseaba, que sea justicia. De esa manera las instituciones dan un mensaje a la sociedad y especialmente a las mujeres de que eso no se debe hacer, que hay una pena que se debe cumplir y también que sepan que en el medio hay medidas preventivas para evitar llegar a eso, que hay instituciones, que hay oficinas a las que pueden recurrir", dijo a Salta/12 el padre de la víctima, Mario Díaz, tras conocer la condena a perpetua.
Sin embargo, aclaró: "A nivel personal como dije, por más años que tenga que cumplir (el acusado), lo que uno valora en la vida es la persona. Ya no puede volver atrás y no puedo volver a tener Paola a mi lado".
Díaz no está de acuerdo con la absolución de la tentativa de femicidio. Consideró que hubo indicios en las declaraciones de testigos. Relató que ese día Paola le pidió a su hermana Emilia que la acompañara porque tenía miedo tras el incendio de la casa.
"En medio del incendio se fueron y no se quedaron a apagar el incendio. No es cierto que fue por una vela que dejaron encendida y que se fueron a comprar algo. Todos los testigos dicen que ellos (Pérez y Díaz) estuvieron adentro discutiendo. Hay pruebas, si bien no contundentes, pero había pruebas del intento de homicidio", analizó.
Para el padre, el femicidio que concretó Pérez en la noche "muestra la desesperación por querer matarla. Por eso es que no tuvo en cuenta, no le importó que haya sido en una vereda, que haya sido ante testigos. Se le escapó ya antes".
Díaz dijo valoró la actuación del Tribunal aunque en su momento "había sentido un poco de desconfianza, gracias a Dios y a todo esto, me han devuelto esa confianza", manifestó refiriéndose a la condena a perpetua que dictaron los jueces finalmente.
"Gracias fundamentalmente a la actuación de (la fiscala) Claudia Carreras que ahora en los alegatos y en todo el proceso argumentó y aprovechó todas declaraciones y todas las pruebas que ha habido incluso por las imágenes (de una cámara de seguridad) y todo lo que se ha presentado para poder contrarrestar a la defensa", expresó Díaz.
El padre contó que el abogado de Pérez, Hugo Velaztiqui, ejerció una defensa "chocante y hasta agresiva porque apuntó a desacreditar a la mujer y minimizar la muerte". Además, señaló que "en ningún momento mostró el homicida arrepentimiento, una parte humana y trató de evadir este tipo de sentencia hasta simulando que tiene problemas psicológicos, que no es responsable de los hechos, por olvido y cuestiones como esas".
Quizás si hubiera habido actuaciones eficientes con perspectiva de género de funcionarixs estatales, asistencia oportuna e intervención adecuada con el agresor, el femicidio de Paola podría haberse evitado. La víctima ya había denunciado antes a Pérez por lesionarla en 2019, aunque después retomó un vínculo con él. El 31 de agosto de 2022, cuando se produjo el incendio de la casa, si las autoridades hubieran asistido a la víctima e indagado en lo ocurrido, podrían haberle salvado la vida.
Paola era madre de cinco niñxs que están bajo cuidado de sus familiares y esperan aún el acceso a la Ley Brisa.