La sequía, la disparada de los precios internacionales, la fluctuación de los costos y la presencia del Estado en la asistencia para productores y el cobro de tasas e impuestos ocuparon buena parte de la discusión que el miércoles protagonizaron los tres principales aspirantes a la gobernación bonaerense en la sede que la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), que agrupa a 114 entidades rurales y representa a más de 34 mil productores de esas dos provincias que conforman uno de los caminos productivos más importantes del país.
La vida de la mayoría de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires está cruzada por la actividad agropecuaria. Casi 24 millones hectáreas de las más de 30 millones y medio que contempla el territorio dar forma al territorio rural donde se concentra la producción que mayor participación tiene en la generación del Producto Bruto Agroindustrial del país. Esos datos han empujado al ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, a asegurar que “la Provincia es el motor productivo de Argentina”.
En CARBAP, Axel Kicillof, Carolina Píparo y Néstor Grindetti detallaron sus propuestas de Gobierno poniendo el foco específico en lo referido al desarrollo rural que, como habitualmente se advierte desde las organizaciones que nuclean a productores, excede lo estrictamente productivo.
Uno de los que avanzó en esa dirección fue el propio gobernador. Reivindicando las acciones ejecutadas durante los últimos cuatro años, aseguró que las políticas deben ser transversales y no concentrarse solamente “en el Ministerio de Desarrollo Agrario”. “La política de cara al sector agropecuario ha ocupado a todas las áreas de nuestro Gobierno, ya que apuntamos a promover tanto la producción y el trabajo como mejores condiciones de vida en todas las localidades del interior de la provincia”, lanzó el gobernador. Durante su exposición destacó las medidas como las que asistieron a los productores afectados por la sequía, la inversión en materia de innovación tecnológica en chacras experimentales y buenas prácticas agrícolas, y la creación de centros universitarios a través del programa Puentes. También destacó los resultados del Plan Ganadero Bonaerense y del Plan de Desarrollo para el Sudoeste Bonaerense.
En esa dirección que pone en valor a la gestión y que motoriza todas las intervenciones del gobernador en campaña, Kicillof puso el acento en las obras de infraestructura como el dragado del Río Salado que ya avanzó en 134 kilómetros y puso especial énfasis en los trabajos de desarrollo de los caminos rurales. “Ya invertimos 32 mil millones de pesos para mejorar 4.500 kilómetros que facilitan los accesos a tambos, escuelas rurales y parajes”, detalló.
Respecto de la seguridad en ámbitos rurales, resaltó que se renovó “por completo el parque automotor con camionetas 4x4 y creamos el cuerpo de Policía Rural, que ya cuenta con mil agentes formados especialmente para combatir delitos específicos de la ruralidad”, al tiempo que subrayó que actualmente se disponen de 10 drones para el patrullaje aéreo y que la transformación del sistema de 911 permite que las llamadas puedan ser geolocalizadas para facilitar el combate contra el delito en zonas rurales.
Como resulta de todo el debate electoral, los candidatos opositores desconocen los dichos del gobernador y, buscando llevar el debate a temas que van más allá de las políticas para el sector agropecuario, corrieron el eje hacia la situación general de la provincia y avanzaron sobre ejes relacionados con la salud, la educación y la situación financiera. “Buenos Aires es rica y fue destruida por la política”, aseguró Píparo que, inmersa en el mano a mano con Grindetti para nuclear el voto opositor, aseguró estar “a dos puntos de ganarle a Kicillof”.
Vale recordar que, tomando el resultado de las PASO como base concreta, el candidato de Juntos por el Cambio viene insistiendo con un latiguillo que advierte que esa fuerza política “está a tres puntos de evitar que el kirchnerismo se refugie en la Provincia de Buenos Aires”. Para la candidata bonaerense de Milei, en cambio, la discusión es entre "el kirchnerismo" y La Libertad Avanza. En sus palabras: "el kirchnerismo o yo".
Retenciones, el debate eterno
El cobro de los derechos de exportación es uno de los temas recurrentes entre los que los productores rurales piden conversar y debatir con los responsables gubernamentales, o en este caso eventuales futuros funcionarios.
Uno de los que abordó el tema fue Grindetti, que si bien advirtió que se trata de una definición nacional que “deberán resolver Patricia Bullrich y Carlos Melconian”, dijo que es necesario que “el campo exporte lo más rápido posible”. “La Argentina necesita divisas y nosotros vamos a trabajar con el sector privado acciones para lograr más exportaciones que sirvan para generar más empleos”, dijo el licenciado intendente de Lanús.
Retomando uno de los ejes de su campaña, prometió “sacarle la mochila de piedras al sector privado” y avanzó en una propuesta de baja de tasas provinciales que, en su lectura, empujaría a una mayor producción. “Vamos a bajar la presión fiscal, volver al pacto fiscal de 2017 que propuso llegar a la tasa cero en Ingresos Brutos”, aseguró, a la vez que prometió “sacar el impuesto complementario y el impuesto a la herencia”.
La lectura respecto a las responsabilidades nacionales también fue advertida por Píparo, que se ofreció como una garante para que esas demandas lleguen a buen puerto. “Mi compromiso con ustedes es una mesa pública, donde haya compromisos claros, porque sabemos que necesitan estabilidad, es decir, no tener la cantidad del tipos de cambio que existen hoy”, aseguró la candidata de la La Libertad Avanza. Dijo que su fuerza política busca que “el país crezca” y lo haga “trabajando con el campo y la industria”. Al igual que el candidato de Juntos por el Cambio, insistió con la idea de “ir bajando año a año los tributos que encarecen toda la producción”. "A partir del año que viene pueden sembrar tranquilos porque tendrán un gobierno que les facilite el camino y que no les ponga trabas”, lanzó la candidata.
En su exposición, Kicillof habló de su interés por la “progresividad tributaria”, aunque no hizo referencias directas a las retenciones, quizás a sabiendas del peso del tema en la relación entre la conducción patronal agropecuaria y la expresión política con la que el gobernador se siente más identificado. Sin embargo, consultado al respecto luego del evento, consideró que la discusión en torno a los derechos de exportación “se fetichizó”.
“La ecuación de rentabilidad del productor tiene muchos elementos: ingresos, tasas impositivas, costos y beneficios”, explicó, e intentó resumir: “Es un paquete que se debe equilibrar de la mejor manera posible porque uno puede tener retenciones cero pero con los costos que se van a cualquier lado o que no haya crédito. En la Convertibilidad no había retenciones pero los productores también se fundían, y eso pasaba porque si bien el ingreso estaba dolarizado, también tenían una dinámica de costos en materia de créditos, insumos, energía, fertilizantes y otras cosas que hacían que la situación no fuera rentable”. Tomando esa experiencia, aseguró que “no se puede analizar una ecuación conjunta mirando un solo factor porque puede haber modelos con mucha retención que generen prosperidad y modelos con poca retención que generen quiebra”.
En esa dirección, Kicillof también buscó marcar las diferencias con la gestión encabezada por María Eugenia Vidal y puso el ojo en el acceso al crédito destacando que su administración logró “recuperar el Banco de la Provincia de Buenos Aires para que, después de cuatro años volcado a la especulación, vuelva a estar al servicio de la producción”. “Llegamos a otorgar ya dos billones de pesos en créditos productivos”, aseguró y ponderó “la puesta en marcha de Cuenta DNI, que aplica reintegros para la compra de bienes que también se producen en el sector agropecuario y de esta manera contribuye al fortalecimiento del mercado interno”.