Hay ideologías de emancipación y otras de sometimiento. Las primeras contribuyen a la ruptura de la dominación y la servidumbre. Otras por el contrario; tienden a mantener sin fisuras el injusto orden establecido. A la perpetración de privilegios; injusticias y horrores.
En la reciente reunión entre funcionarios gubernamentales y representantes de organismos de defensa de los derechos humanos, una de las caras visibles del gobierno del Estado argentino al ser emplazada a dar explicaciones sobre el paradero de Santiago Maldonado (quien se halla desaparecido desde el 1 de agosto; Día de la incursión de tropas artilladas que ingresaron a la comunidad mapuche Pu Lof Cushamen); respondió con evasivas y luego, ofuscada, de modo prepotente dijo que las palabras de la valiente mujer reclamando la aparición con vida y o datos concretos era un planteo ideológico. Por cierto que sí.
También esta cargado de una clara pero oscura ideología el accionar de encubrimiento por una desaparición forzada de persona.
Es evidentemente ideológico en términos de sembrar sospechas sobre los perseguidos por el poder leviatánico continuar buscando justificar lo injustificable.
Dirigentes ruralistas estigmatizan de continuo a quienes cuestionan la explotación; el despojo y la expoliación. Vociferan ideología la que pretende ocultar el sufrimiento cotidiano al que someten a cientos de miles de mujeres y hombres de todas las edades. Legitimado por el perverso e infame capitalismo.
Pero, más allá de su soberbia, más temprano que tarde estas coartadas de nada servirán. No podrán con sus dispositivos creadores de falsa conciencia camuflar lo irrefutable de las fuerzas materiales en pugna.
Las palabras no serán suficientes y los hechos vindicadores se manifestaran con la contundencia de las nobles causas libertarias.