Araz Hadjian es argentina, pero nació en Siria. Organizó hace meses un viaje para ver a su hermano en Europa, pero no estaba en sus planes encontrarse con un nuevo éxodo armenio. Sin embargo, le tocó. Llegó justo en medio de una de las crisis humanitarias más devastadoras de los últimos tiempos. El conflicto en Nagorno Karabaj, conocido como Artsaj en Armenia, se intensificó en los últimos días con la invasión de Azerbaiyán, lo que llevó a miles de armenios a huir de la región. Ella viajó a la zona para ayudar, y tomar registro de lo que allí se vive. 

Colaboradores de Cruz Roja asisten en Goris a los armenios que llegan de a cientos. (Foto: Araz Hadjian)

Araz nació en Aleppo, Siria, pero debió migrar junto con sus padres a Argentina en 1970. Vive en Buenos Aires, en el barrio de Palermo. Estudió diseño y fotografía, y a eso se dedica, por el mundo; a hacer trabajo documental. 

Ahora, desde Goris —la primera ciudad armenia una vez que se sale de Artsaj— la fotógrafa ayuda en el centro de  acogida a "los desterrados" y comparte con Página|12 sus impresiones de días díficiles. "No creo que exista peor castigo que el destierro. Jamás pensé que iba a volver a ver un genocidio con mis propios ojos, de mi propio pueblo", lamentó.

El conflicto que llevó al éxodo

La autoproclamada República de Artsaj, ubicada en la región separatista de Nagorno Karabaj, dejará de existir a partir del 1 de enero de 2024. La región, reconocida internacionalmente como parte del territorio de Azerbaiyán pero habitada mayoritariamente por armenios, proclamó su independencia en 1991, en medio del colapso de la Unión Soviética. 

Sin embargo, durante años, fue el epicentro de tensiones debido a su disputa entre Armenia y Azerbaiyán, dos países que formaban parte de la URSS. Ahora, y tras un conflicto armado donde los locales se rindieron, el 1 de enero de 2024, la autodenominada República de Artsaj se disolverá, marcando el fin de una era.

Las familias aguardan angustiadas en los centros para recibir comida y abrigo. (Foto:Araz Hadjian)

El presidente de Nagorno Karabaj, Samvel Shahramanyan, fue el encargado de anunciar la firma de un decreto para disolver todas las instituciones estatales a partir de esa fecha. 

Un viaje que llevaba cuatro horas, ahora llega a 20.(Foto:Araz Hadjian)

La masiva migración se produce por la falta de identificación de los armenios con Azerbaiyán y los temores de una "limpieza étnica". A pesar de las afirmaciones de Azerbaiyán de que los derechos de las personas de etnia armenia estarán protegidos, la desconfianza persiste debido a la larga historia de conflictos entre las dos partes.

"Más alla de lo que diga Azerbaiyán, de que los armenios que quieran quedarse seran integrados, hay pruebas mas que suficientes de que cualquier armenio estando con un azerí es definitivamente una sentencia a muerte. Ellos mutilan, decapitan y violan incluso a niños armenios y lo difunden en redes sociales en su afan de vanagloriarse de patriotismo", denuncia la documentalista.

Un largo camino a casa

El viaje no es fácil. Las familias que lograron huir lo hicieron en medio del caos y la aglomeración. "Un viaje que llevaba cuatro horas, ahora llega a 20. En su afan de huir y ante el desabastecimiento la gente se agolpa desesperada para cargar los autos y salir", sostuvo la fotógrafa.  

"Una vez que llegan a la ciudad, tienen un centro de refugiados que los espera con comida, agua y abrigo. Si bien es muy triste la situación, no ves a gente agolparse ni se abalanzan para conseguir comida. Esperan amablemente. Pero les ves en las caras la tristeza", comenta Araz.

Una anciana con cuatro niños llegó este jueves a Goris tras la reciente muerte de su hijo, padre de los chicos. (Foto:Araz Hadjian)

"Viajan con lo puesto, dejan todo. Llegan familias desmembradas, niños sin padres, ancianos solos", narra a Página|12.

La Cruz Roja asiste a las personas que llegan con hambre y sed.(Foto:Araz Hadjian)

"Luego de reponerse del viaje, se hacen los papeles de controles, y de ahí se los deriva a diferentes pueblos. Algunos se van a la casa de familiares, otros no saben donde quedarse. Es todo desolador", detalla.

Las personas descansan en las veredas de Goris. (Foto:Araz Hadjian)

Y presagia: “No quedarán armenios en Nagorno Karabaj en los próximos días. Yo me voy a quedar a ayudar a mi pueblo. Esto es devastador, el destierro es el peor de los castigos", cerró.

Para colaborar con los refugiados: FONDOARMENIA.ORG

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