Tigre y Vélez Sarsfield abrieron este viernes la fecha de los clásicos de la Copa de la Liga con un empate sin goles en Victoria.

En apenas seis minutos de juego, Nicolás Garayalde dejó a los de Liniers con uno menos luego de recibir roja directa. Pero el conjunto de Lucas Pusineri nunca pudo sacar provecho del hombre de más y terminó lamentando por un punto que para los de Sebastián Méndez fue heroico.

El partido empezó de la peor manera para la visita: Garayalde le tiró un pase comprometido a Florentín, quien muy marcado perdió la pelota en el medio y el mismo Garayalde terminó cruzando con todo a Reniero antes de que pisara el área. El árbitro Jorge Baliño le mostró la roja por último hombre y dejó disminuido a Vélez para lo que seguiría.

Los de Pusineri se volcaron al ataque, pero no lograron claridad. En el medio hubo polémicas: todo el Fortín pidió penal por un supuesto agarrón sobre Santiago Castro y una segunda amarilla a Martín Ortega por una dura falta sobre Florentín.

Así, con uno menos, la visita, de la mano de algunos contraataques, ganó confianza y terminó la primera parte con mayor peligrosidad ante su rival, más allá de que ninguno de los dos consiguió crear chances netas.

Entre la obligación del Matador de entregar un triunfo ante su gente y la resolución del Fortín por mantener su arco en cero, no pasó demasiado en el complemento. Aun así, Castro -la figura del partido- logró poner a Vélez en ventaja, pero el VAR anuló la conquista por un offside finito en el pase previo que recibió de Florentín.

Luego sobrevino un tiro libre de Reniero, que salió desviado cerca de un ángulo. En los últimos minutos, Tigre le tiró toda la carrocería encima a su rival, Medina se lo perdió debajo del arco, pero el heroico Vélez -que venía de caer goleado ante Huracán- resistió y sacó un punto importante en su lucha por permanecer en la categoría.