Las universidades pública y Católica de Salta confluyeron en el onceavo Congreso Latinoamericano de Ciencia y Religión. La primera jornada del encuentro cerró con una charla que historizó dos proyectos astronómicos en la provincia abarcando las cuatro décadas democráticas: uno de cooperación internacional -que el Estado argentino integra- denominado "Salta ventana al Universo"; otro local y generado por docentes y que posibilitó que la Universidad Nacional de Salta cuente con su propio observatorio.
El aula virtual de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNSa congregó a un público heterogéneo el miércoles último, compuesto por astrónomos y astrónomas agnósticas, docentes, estudiantes, católicos y católicas practicantes e interesades en general. En cualquier caso, todos y todas motivadas por la duda o la certeza en torno a la creación del universo. Si los cuerpos celestes que se visualizan desde el hemisferio sur son el resultado del Big Bang o de una fuerza todopoderosa, no pareció enroscar a los presentes en discusiones sin salida. Más bien todo lo contrario.
"Personalmente no tengo dudas que al universo lo creó Dios. Sin embargo, estoy maravillada por todas las posibilidades que abre la ciencia para conocer en profundidad su creación", aseguró a este medio una de las asistentes. "Ciencia y religión puede abrir una grieta importante", aseguró por su parte Hugo Saldaño, doctor en astronomía egresado de la Universidad Nacional de Córdoba. "Algunos científicos mantienen una postura más dura de no mezclar ciencia con cualquier creencia religiosa. Otros en cambio (entre los que se incluyó) no lo experimentan como un conflicto. En mi caso, soy capaz de complementarlas, mantener una distancia de ser necesario", aseguró.
Justamente el astrónomo -jujeño de nacimiento, salteño por elección- fue el encargado de recordar, particularmente a los y las estudiantes de carreras vinculadas con la astronomía dentro de la Facultad de Ciencias Exactas, el potencial que se abre para quienes desean investigar dentro del campo del conocimiento astronómico. Ya durante la presentación formal de las y los expositores, el decano de esa facultad, Daniel Gil, adelantó que la universidad pública salteña está realizando gestiones ante CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) para crear una carrera de posgrado vinculada con los estudios astronomómicos. "Tuvimos conversaciones con autoridades nacionales porque muchos docentes están interesados en generar un espacio para que los estudiantes se especialicen en astronomía", respondió a Salta/12. La ventaja de vivir en Salta capital es que uno de los cielos más nítidos del planeta se encuentra cien kilómetros al oeste en línea recta.
La oportunidad la generan los cuatro observatorios que se encuentran en la Puna y el altiplano salteño, porque permiten explorar las transformaciones de la materia y la energía en el universo con mayor amplitud. "Cada telescopio amplía el rango espectral", explicó Saldaño casi al finalizar su exposición. "En pocos años, la astronomía en Salta va a ser de vanguardia", aseveró. Antes, el astrónomo repasó cada uno de esos proyectos: LLAMA, QUBIC, SWGO, CAM y un proyecto anidado: ISON. Todas las iniciativas son posibles por una colaboración internacional que involucra universidades, organismos científicos y centros de investigación de Argentina, Francia, Italia, Reino Unido, Brasil y Estados Unidos.
A nivel local, las instituciones participantes son: el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCYT ) y la provincia de Salta. También la Secretaría de Energía de la Nación, que hace un año aprobó la construcción de una central de generación solar en Alto de Chorrillos, al oeste de San Antonio de Los Cobres, para alimentar a los proyectos astronómicos instalados en la cercanía.
El observatorio de la universidad
"La investigación fue posible porque en 2022, Sebastián Zerpa - actual encargado del observatorio de la universidad - tuvo acceso a los documentos originales de su creación", contó Noelia Bugiolachio. Filósofa, egresada de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta, detalló los principales hitos del observatorio que se remontan a los inicios del período democrático.
Entre julio y octubre de 1985, docentes de la universidad, crearon la Asociación Salteña de Astronomía. ASA comenzó a funcionar con observatorios prestados y tuvo un momento de gran repercusión durante 1986, porque ese año se avistó el cometa Halley, que será visible nuevamente en el año 2061. "No había celulares y, por lo tanto, la información no circulaba en flyers, sino en folletos", dijo Saldaño recordando que la omnipresencia del mundo digital se experimenta en la actualidad.
La Asociación tuvo 109 socios iniciales, entre los que se encontraban docentes universitarios que integraron el proyecto del Instituto de Educación Media de la Universidad Nacional. De hecho, muchos de los primeros encuentros para coordinar la construcción de una cúpula y un observatorio propio, ocurrieron en casas particulares de docentes y en aulas del IEM, ubicadas dentro del sector fundacional del actual complejo universitario que en 2022 cumplió 50 años.
Noelia Bugiolachio relató que en un momento, que ubicó entre 1987 y 1989, las universidades nacionales de Salta y La Plata intentaron coordinar esfuerzos para la construcción del observatorio. Participó un reconocido astrónomo de la casa de altos estudios platense, Gustavo Carranza. "Para agilizar la colaboración se especuló con sacar a la Asociación Salteña de Astronomía. Como ASA se negó a dejar su proyecto, continuaron por su cuenta con la venta de bonos contribución por la módica suma de un austral" (la moneda que diseñó el ministro de Economía de Ricardo Alfonsín en 1985: Juan Vital Sourrouille).
"Del análisis de las actas", continuó, "y los documentos del observatorio de la Universidad, se puede realizar una historia comparada de la inflación en Salta y Argentina", confesó la filósofa antes de concluir su exposición. "Los lentes del telescopio se encargaron a una casa en Buenos Aires y pagaron una cifra mucho más alta de la que pactaron al principio", reveló. Los y las miembros de ASA cancelaron el pago del material más importante del telescopio en cuotas. Participaron en la construcción de la cúpula del observatorio Elvio Alanís, Enrique Royón (padre de la actual secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón) y Edgard Barrionuevo.
Mientras que a la construcción del telescopio, a Alanís y Royón, se sumaron Gladis Graciela Romero y Carlos Cuadra.
Por la pandemia, el deterioro de los fondos destinados a la educación pública durante el macrismo, y la jubilación de quienes estaban a cargo, el observatorio permaneció cerrado por varios años. El miércoles último el Colectivo Cultural Chaski acompañó con sikus y bombos hasta el observatorio de la universidad salteña, que quedó así oficialmente reinaugurado.