Un juez interino de la Corte Suprema de Nueva York falló en contra de una propuesta realizada por las empresas Uber Technologies Inc, DoorDash Inc y Grubhub Inc que buscaba bloquear una ley reciente en la ciudad que establece un piso mínimo de salario para los trabajadores de reparto de plataformas móviles.
De esta manera, la normativa entrará en vigor, y las principales compañías de aplicaciones de delivery deberán pagar en ese estado un salario mínimo a sus repartidores, que antes eran tratados como contratistas independientes y no como empleados en relación de dependencia.
En junio, luego de que las empresas solicitaran el bloqueo de la medida, el juez Nicholas Moyne decidió suspender la implementación de la ley en tanto resolviera el caso. La decisión que tomó el pasado jueves permite que la normativa se ejecute.
La ley exigirá a las empresas de aplicaciones móviles que paguen a los repartidores 17,96 dólares la hora. Asimismo, las compañías de estas plataformas pueden decidir si pagan a los trabajadores por hora o por entrega, lo que se basaría en las horas que los trabajadores inician sesión en la aplicación.
"Los repartidores, como todos los trabajadores, merecen un salario justo por su trabajo y poder mantenerse a sí mismos y a sus seres queridos", consignó a Reuters Vilda Vera Mayuga, la comisionada del Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador de la ciudad, responsable de hacer cumplir la ley.
Los partidarios de la reciente ley, que es la primera de su tipo en Estados Unidos, afirman que es necesaria porque los repartidores de la ciudad ganan alrededor de 11 dólares la hora en promedio, tres puntos por debajo del salario mínimo de 15 dólares de la ciudad.
Asimismo, según explican, estos trabajadores suelen ser tratados como contratistas independientes y no como empleados de la empresa, por lo que las leyes generales de salario mínimo no se les aplican.
El argumento de las empresas de aplicaciones de delivery
Uber y las otras empresas presentaron demandas separadas en julio al alegar que los funcionarios de la ciudad basaron la ley de salario mínimo en estudios y estadísticas defectuosos, precisó Reuters.
Según indicaban, las encuestas de Nueva York sobre los repartidores estaban sesgadas y diseñadas para obtener respuestas que justificarían un salario mínimo.
Sin embargo, el juez Moyne determinó en su fallo que las empresas exageraron la importancia de esas encuestas para el proceso legislativo de la ciudad. También rechazó varias otras afirmaciones, incluida la de que la ley era inválida porque cubre a los trabajadores que entregan comida en restaurantes, pero no en tiendas de comestibles y tiendas de conveniencia.