La historia del Gran Premio Argentino Histórico cuenta que la idea surgió de un grupo de entusiastas del automovilismo que buscaba la forma de revivir por las rutas y caminos de la Argentina aquellas épocas en las que brillaron en el Turismo Carretera pilotos de la talla de Juan Manuel Fangio, Juan y Oscar Gálvez, Carlos Reutemann, Toscanito Marimón, Juan Manuel Bordeu, Pedro Sancha, Pepe Migliore, entre otros.
Así surgió la primera edición del Gran Premio Argentino Histórico, que organiza el Automóvil Club Argentino y que desde este sábado inició su edición número XX. Un aniversario redondo para el GPH, lo que explica la gran cantidad de autos –159 partieron rumbo a la ciudad de Junín– que recorrerán hasta el próximo viernes, distintas rutas y caminos de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Catamarca y San Juan, para recorrer un total de 3.300 kilómetros divididos en cinco etapas, que culminarán el próximo viernes en Villa Carlos Paz con la premiación de los ganadores de cada categoría.
El GPH es un evento deportivo, turístico –habrá más de 500 personas involucradas entre pilotos, navegantes, autoridades de la carrera, mecánicos, organización y periodistas– y también solidario, ya que al finalizar cada una de las etapas deberán entregar 5 kilos de alimentos no perecederos a las distintas delegaciones locales de Cáritas Argentinas.
Los autos que participan del GPH son verdaderas joyas, clásicos de todos los tiempos, que van desde los años ’30 a los ’80, y son a la vez un museo itinerante de la pasión y rica historia del automovilismo argentino. Desde las coupecitas Ford y Chevrolet de los años 37 al 40, como aquellas que participaron de la famosa carrera Buenos Aires-Caracas, la más larga y peligrosa de la que se tenga memoria, o los Mercedes Benz de los 60, a los más modernos Ford Sierra o Toyota Célica de los años 80, forman parte del parque automotor del GPH, en el que abundan otras marcas y modelos de los años 70 como los Fiat 600, 128, 1100 y 1500; los Renault 4 y 12, Torino, Chevy, Ford Falcon, Citröen 3CV, Alfa Romeo, entre otros, que forman parte del gran atractivo que la carrera, que además aporta puntos para el Campeonato Argentino de la especialidad y para el campeonato Codasur, ofrece como atractivo para el gran público.
"Lo que buscamos desde el Automóvil Club Argentino es mantener viva la historia de los Grandes Premios que comenzamos a organizar allá por 1906. Es parte de nuestra historia, tanto los pilotos como el público nos siguen acompañando. Vamos ya 20 ediciones sólo interrumpidas por el año de la pandemia", cuenta Jorge Revello, vicepresidente segundo del ACA.
Muy cerca suyo, los pilotos y navegantes, procedentes de distintas ciudades del país -Arrecifes, Mar del Plata, Concordia, Tucumán, Tres Arroyos, Río Cuarto, Lujan, Junín, Alta Gracia, Victoria, La Matanza, Lanús, San Isidro, Firmat, por nombrar algunas- y de los países de la región -Uruguay, Paraguay y Perú- reciben la charla técnica de la carrera, los libros de ruta, cuyas indicaciones y tiempos deberán interpretar a la perfección para quedarse con la victoria, y el reglamento a cumplir para evitar las penalizaciones que, a fin de cuentas, los alejaría de sus objetivos.
Sobre la plaza Grand Bourg, cientos de porteños disfrutan de la colorida escena del parque cerrado de autos, admiran, sacan fotos, mientras los protagonistas se encuentran, charlan, ultiman detalles y o incluso realizan ajustes de último momento antes de abordar sus autos para trepar la rampa de largada situada frente al histórico edificio de la sede central del ACA para comenzar una nueva aventura sobre ruedas.