Del pitazo a la ejecución hay dos segundos. Ese momento efímero es todo para la inspiración. Es el tiempo que absorbe el tedio de una tarde de fútbol y que pone en valor la obstinación del hincha, dentro y afuera de la cancha, por digerir tanto fútbol lejos de las áreas. En esos dos segundos Ignacio Malcorra soltó las manos que tenía en la cintura, dio dos pasos, tocó la pelota de zurda, suave, salió alta, con hermoso ángulo y lo primero que encontró fue la red de Lucas Hoyos. Ganó Central por esos dos segundos de Malcorra y tan inesperado fue el triunfo que el grito sonó a onda expansiva en el Gigante.
Volvamos al inicio. En un partido de fútbol donde el celo se pone en cada pelota no se puede pedir generosidad en los equipos. Incluso pocas veces los errores son aprovechados. Central salió con más cuidados que Newell’s. El equipo de Miguel Russo no se pareció al que se suele ver de local. Se paró en su campo y para atacar no invirtió mucho más que a las corridas de Campaz o la pelota parada. Gabriel Heinze tomó riesgos y armó una formación con más perfil ofensivo.
Newell’s intentó tomar el protagonismo y por momentos jugó con espacios en el mediocampo. Porque Ortiz y Toledo no siempre pudieron evitar que Ferreira y Sforza jueguen a un toque. Pero el equipo de Heinze nunca deja de ser un equipo de intenciones. No hace goles y ayer estuvo pocas veces cerca de Broun.
Más sencillo en sus aspiraciones, Central encontró en un cabezazo de Quintana a las manos de Hoyos la primera jugada de riesgo. El segundo remate también fue de Central: derechazo alto de Toledo al recibir fuera del área. El canaya hacía lo que se había propuesto; Newell’s permanecía atrapado en sus frustraciones, ya conocidas por todos. En momentos que Newell’s se impuso en el mediocampo, las corridas de Méndez abrieron caminos y Velázquez, en los cierres, trasladó seguridad. Pero Newell’s no tenía ocasiones de gol. La mejor, por caso, apareció en un lateral que dejó a Ferreira frente al arco y su derechazo cruzado se fue apenas desviado. La apuesta ofensiva de la Lepra se vio además disminuida por el bajo rendimiento de Aguirre y las malas decisiones de Ferreira. El delantero nunca gravitó, el volante nunca generó riesgo cuando soltó la pelota, incluso en buenas jugadas con gambetas y metros ganados en cancha.
Central se recompuso en el segundo tiempo cuando Russo puso, sin demorar, a Malcorra y Martínez Dupuy. Incluso con la salida por lesión de Campaz el canaya ya no le cedió la pelota al rival. Y otra vez la primera ocasión fue del canaya: disparo alto de Lovera al recibir un rechazo de Ortiz. La Lepra solo se acercó a Broun con un cabezazo desviado de Recalde. Nada más. Acumular intensiones no es argumento suficiente para argumentar excusas. El equipo de Heinze juega mal al fútbol en ataque. Le pasó todo el año y ayer ese déficit crónico tuvo su costo más alto.
El partido desembocaba en un lógico empate. Incluso con aceptación implícita de ambos equipos. Nadie se apuraba por jugar. Todo se hacía a su tiempo. Pero lo descuidaron a Mallo. El uruguayo, parado en mitad de cancha, soltó un pase vertical a Martínez Dupuy que dejó al delantero frente al arco con solo un giro. Velázquez lo tomó al chico cuando perdió la posición. El árbitro no demoró en cobrar la infración. Hubo empujones, peleas, Mallo tomó del cuelo a Recalde, el paraguayo le tiró del pelo al uruguayo. Un revuelo generalizado donde se metió incluso Broun a separar. En ese remolido de brazos y gritos Malcorra, ante la desatensión de todos, tomó la pelota. La soltó para acomodarla donde fue la infracción. Y volvemos a esos dos segundos del partido. A esos dos pasos de Malcorra para llegar al balón con el pie zurdo bien abierto. Apenas inclinó el cuerpo hacia atrás. La pelota viajó con placidez. No fue golpeada, había sido apenas un toque. Se fue por arriba de la barrera. Pasó lejos de Hoyos. Junto al palo derecho. La frenó la red. Explotó el estadio. Y cuando Malcorra se dio vuelta para festejar todos entendieron: a su espalda flameando y visible el número diez.
1 Central
Broun 6
Martínez 5
Mallo 6
Quintana 6
Alan Rodríguez 5
O'Connor 6
Ortiz 5
Toledo 5
Campaz 5
Lovera 6
Cervera 4
DT: Miguel Russo
0 Newell’s
Hoyos 5
Méndez 6
Velázquez 6
Ortiz 6
Vangioni 5
Sforza 5
Gómez 5
Ferreira 5
Aguirre 4
Recalde 4
Sordo 5
DT: Gabriel Heinze
Gol: ST: 40m Malcorra (C)
Cambios: ST: 9m Malcorra (8) y Martínez Dupuy (6) por Cervera y Toledo (C), 22m Oviedo por Campaz (C), 28m Pablo Pérez y Schor por Sordo y Ferreira (N), 35m Martino por Vangioni (N), 44m Rossi por Méndez (N) y Sandez por Lovera (C).
Arbitro: Yael Falcón Pérez
Cancha: Central