En una tarde de pleno sol, vigilado por un cielo diáfano y celeste, se enfrentaron San Lorenzo y Huracán por la séptima fecha de la Copa de la Liga Profesional.

El clásico más porteño, más antiguo, el que cuenta con más de cien calendarios en todo su historial, terminó igualado en uno y los de Parque Patricios sumaron a su estadística otro encuentro sin ganar en el Nuevo Gasometro, lo que equivale a 23 años sin poder romper esa racha.

Las inmediaciones del estadio azulgrana en Bajo Flores, mostró una previa cargada de cánticos y cotillón. "Soy de Boedo", fue uno de los primeros gritos de guerra y luego el cancionero se nutrió de letras folclóricas que le dieron la bienvenida al Quemero. “El que no salta se va a la B”, fue una de las que más sonó, además de los hits en los que le endilgan una paternidad de 40 partidos.

El desarrollo de la primera etapa tuvo mucho roce y pierna fuerte. No hubo grandes sobresaltos en cuanto a jugadas de peligro y el protagonismo de las emociones fue cooptado por las tribunas del Ciclón, colmada en su capacidad.

A los cuatro minutos, un intento de centro por parte de Nahuel Barrios dio directo en la mano de Lucas Souto y el grito de "penal" fue al unísono. El árbitro, Pablo Echavarria, sancionó, pero el VAR lo llamó, corroboró y se retrotrajo de la ejecución desde los 12 pasos.

El conjunto dirigido por Diego Martínez reaccionó con un tiro en el travesaño de Matías Cóccaro. Luego tuvo que intervenir el arquero del equipo de Parque Patricios, Lucas Chaves, tras un mal cálculo de Fernando Tobio que dejó a Adam Bareiro a punto de romper el cero.

La segunda etapa, en cambio, fue la contracara de los primeros 45. A los seis minutos, echaron a Gastón Alan Hernández y el conjunto de Rubén Insua debió jugar con uno menos desde muy temprano. El Globo aprovechó esta baja y se lanzó al ataque con mayor decisión, pero desordenado.

A los 16 minutos, Ignacio Pussetto, luego de una serie de rebotes en zona de fuego, disparó con gran calidad al ángulo y Augusto Batalla no tuvo nada que hacer. Ventaja para los del barrio de Ringo Bonavena. San Lorenzo pareció perder la brújula y el rival tuvo otra chance para ampliar la diferencia, pero en el duelo contra Franco Alfonso, ganó el arquero azulgrana.

La desesperación se hizo sentir en la gente de San Lorenzo. “Está tarde cueste lo que cueste, esta tarde tenemos que ganar”, bajó desde las tribunas, mientras la incertidumbre se apoderaba minuto a minuto de la parcialidad local.



A cinco minutos del cierre, el Ciclón tuvo chances de empatar en los pies de Iván Leguizamon. El mediocampista conectó un centro desde la izquierda de Malcom Braida, pero la pelota se fue apenas del palo. En tiempo de descuento, llegaría el momento más esperado para los de Ciclón. Franco Alfonso le cometió infracción a Gastón Ramírez dentro del área y Echavarria no dudó en sancionar penal. Se hizo cargo Adam Bareiro, quien ejecutó al palo izquierdo de Chaves y a los Boedo les volvió el alma al cuerpo.

Llegó el cierre del partido. El empate dibujó una sonrisa en los locales y estallaron las cargadas hacia la parcialidad de allegados y periodistas que se ubicaron en la platea del Ciclón.

Con esta igualdad, San Lorenzo y Huracán sumaron 189 enfrentamientos, en los cuales los de Boedo ganaron 87, el Globo 47 y empataron en 55 oportunidades.