La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo este sábado que las inundaciones del viernes en ese estado de EE.UU. fueron "históricas", con la paralización del transporte público, carreteras y aeropuertos, pero que no hubo víctimas mortales.
El temporal hizo que "hasta que los leones marinos del zoológico intentaran escapar" del estanque, señaló la demócrata. "Este evento fue histórico. En algunas zonas se batieron récords. Y es la mayor cantidad de lluvia jamás registrada en el aeropuerto John F. Kennedy. En algunos lugares, será la mayor lluvia jamás registrada en 70 años", destacó.
Pese a que este sábado la lluvia ha cesado y se ha recuperado la normalidad en el sistema de transporte, y el estado de emergencia sigue vigente en la ciudad de Nueva York y Long Island.
20 centímetros de agua
Según las autoridades, hubo 23 centímetros de lluvia en el condado de Nassau, al este de la Gran Manzana; en algunas partes de la ciudad de Nueva York se vieron inundaciones de hasta 20,32 centímetros. Hochul anotó que estas tormentas se solían ver "una vez cada siglo", pero que esta es la tercera vez desde que asumió su cargo hace dos años, que hay una de ese tipo. Sabemos que esto es resultado del cambio climático. Desafortunadamente, esta es la nueva normalidad y nos hace estar más preparados que nunca", añadió.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, se defendió de las críticas que le rodean por su respuesta tardía al caos que se vive en la ciudad por la intensa lluvia que ha provocado inundaciones y problemas con el sistema de transporte más grande de la nación. "Si alguien fue tomado por sorpresa, entonces tenía que estar viviendo bajo una piedra", dijo en una entrevista.
Acto seguido, el alcalde destacó que cuenta con "un gran equipo de profesionales que conocen su trabajo". "Creo que es realmente un beneficio para los neoyorquinos ver que no se trata sólo del alcalde sino de un grupo de profesionales", se limitó a señalar.
La intensa lluvia que por horas ha caído, y que llevó a una declaración de estado de emergencia, ha causado un caos con carreteras cerradas, calles convertidas en lagos, el antiguo sistema del metro interrumpido por completo en algunas rutas, dejando a miles de personas haciendo lo imposible por llegar a sus trabajos u hogares.
Ante este caos en el transporte y las críticas sobre su gestión ante el mal tiempo, Adams dijo a los neoyorquinos que "esto también pasará". Unos 2,4 millones de personas utilizan el metro de la ciudad y 1,2 millones los autobuses. En algunas escuelas tuvieron que ser llevados a los pisos superiores por las inundaciones.
La falta de previsión
El jueves, cuando el servicio de meteorología había advertido del mal tiempo, remanente de la tormenta tropical Ophelia, Adams no tomó ninguna acción para alertar a los residentes de la ciudad, a diferencia de la gobernadora del estado, Kathy Hochul.
Hochul instó a los neoyorquinos a estar preparados para inundaciones repentinas y "estragos en toda la región del sur del estado", y los funcionarios de tránsito estatales también dieron una conferencia de prensa el jueves para discutir la tormenta que se avecinaba.
Sin embargo, Adams no dirigió mensajes a la prensa ni el público hasta casi el mediodía del viernes, después de que grandes áreas de la ciudad acumularan litros de agua y se suspendiera la mitad del sistema de metro.
El jueves por la noche, cuando ya la lluvia había comenzado, el alcalde estaba en un evento de recaudación de fondos de campaña en un restaurante en Manhattan, con contribuciones sugeridas de unos 2.100 dólares.
Hace menos de cuatro meses, Adams fue también criticado por no avisar adecuadamente cuando la calidad del aire de la ciudad empeoró por el humo procedente de los incendios de Canadá.
El mayor consuelo para los habitantes del estado es que no hubo muertos que lamentar.