“¿Cómo se explica la victoria de Cambiemos en las elecciones del domingo?” Se lo pregunta José Natanson, director de Le Monde Diplomatique, en un artículo de opinión publicado el pasado 17 de agosto en este diario. En su pregunta cuasi retórica va contenida la primera de las respuestas: la derrota de Cambiemos en las PASO (ocultada de manera vergonzosa por una amañada carga de datos y una fiestita PRO tempranera) fue transformada en victoria por una suerte de ejército confirmador que encabezó Sergio Massa la noche misma del domingo 13, cuando felicitó a Cambiemos por su “triunfo en la Provincia de Buenos Aires”.
Sergio Massa no reparó (o reparó y no quiso perderse la chupada de medias) en que hasta ese momento apenas se había cargado el 15 % de las mesas y que cierra, con un candor llamativo, el propio José Natanson en el artículo en cuestión. En el medio de esa elipsis celebratoria de un triunfo que no fue, aparecieron las habituales plumas y voces de la corporación mediática y algún que otro recién llegado como Florencio Randazzo que, encima, lo confirma (con su 5 por ciento) en “nombre del peronismo”… Cartón lleno.
Pero el artículo de José Natanson no se queda en el ocultamiento de la derrota de Cambiemos sino que avanza hacia lugares más peligrosos, desparramando blanqueador y lavandina a diestra y diestra, cantándole loas a lo que, sin pudor, define como la “nueva derecha democrática”.
Un absurdo, casi una provocación, viniendo del director para el Cono Sur de un prestigioso medio que se autodefine como “un ejemplo de periodismo independiente”. Natanson no ignora que la mentada “nueva derecha democrática” tiene desde el 16 de enero de 2016 una presa política llamada Milagro Sala y que el pasado 27 de julio la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó una medida cautelar recomendando su liberación, estableciendo un plazo de 15 días para hacerla efectiva (plazo que ya venció), mofándose el Gobierno de la decisión obviando su cumplimiento. Tampoco ignora que esta “derecha democrática” ha sido acusada de perpetrar la primera desaparición forzada de persona desde que se recuperó la democracia. Digo acusada porque más de un testigo confirma directamente que integrantes de la Gendarmería Nacional golpearon y subieron al joven Santiago Maldonado a un vehículo de la fuerza y que a partir de allí, no se supo más de él.
En este sentido, Natanson debe tener bien contadas las acciones represivas de la “nueva derecha democrática” que encarna el gobierno de Macri. Desde aquella primigenia, donde balearon a unos pibes de una murga hasta la de hace poco tiempo atrás, cuando golpearon salvajemente a un grupo de jubilados. En el medio, fueron reprimidos maestros, mujeres, trabajadores, militantes sociales y hasta personas en situación de calle.
Finalmente, al director de Le Monde Diplomatique no se le puede escapar el ataque permanente de esta “derecha democrática” a los jueces que no cumplen con sus deseos, las operaciones que llevan a cabo –con complicidad de los medios– para castigar a esos jueces y el descontrolado ejercicio de la suma del poder público que consuman en juego de pinzas entre la Justicia adicta, los medios incondicionales y los gobiernos de la Nación, la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En su reciente paso por estas tierras, el psicoanalista y filósofo Jorge Alemán, en una charla llevada a cabo en la UBA, sostenía que “la idea de Revolución se ha retirado de la gramática de la política y ha sido sustituida por la idea de democracia”. De esa idea de democracia se apropia Cambiemos, pero sólo en forma discursiva y con el acompañamiento de habilitadores como José Natanson, que le permiten un discurso democrático de superficie, que oculta lo que va debajo de ese discurso.
El ejemplo más claro es este artículo que comentamos, en el que Natanson, como un árbitro de box, le levanta la mano a Macri y su entente, cuando ya era conocido el ocultamiento de votos que “la nueva derecha democrática” hizo el domingo a la noche. También se sabía del “nuevo fraude patriótico” realizado por Cambiemos con los telegramas y que comenzó a descubrirse ni bien comenzó el recuento.
El resto de las 1750 palabras que José Natanson usa para defender el neoliberalismo que exhorta “a recuperar la cultura del trabajo y evitar los atajos y las avivadas”, se desbarrancan con las declaraciones de Pablo Tonelli, quien justificó la maniobra oficialista para suspender al juez Eduardo Freiler, culpando a los senadores peronistas: “Lo sabían, fueron poco previsores… ¿por qué íbamos a esperar?”, se preguntó el representante de esta “nueva derecha democrática” a la que refiere Natanson, porque, claro, lo de evitar las sinvergüenzadas no corre para ellos.
* Ex ministro del Interior.