Javier Milei sigue encabezando la intención de voto a presidente, pero Sergio Massa se puso a dos puntos. Patricia Bullrich no puede retener los votos de Horacio Rodríguez Larreta y quedó a considerable distancia -siete puntos- de meterse en el balotaje. Si esos datos se confirman, en la elección del 22 de octubre se consagrará una segunda vuelta, mano a mano entre Milei y Massa.
En una proyección de lo que puede pasar en las próximas tres semanas, La Libertad Avanza (LLA), tomando en cuenta lo que podría ganarle todavía a Juntos por el Cambio (JxC) o los que sumarán entre quienes no fueron a votar en las PASO, llegaría a algo más del 36 por ciento de los votos, mientras que Massa-Unión por la Patria (UxP) puede superar la línea de los 34 puntos, cosechando todos lo que fue el apoyo a Juan Grabois y parte del voto de Larreta. Habrá que ver el impacto del debate de este domingo y del domingo próximo: en una situación de equilibrio, hasta una pluma desnivela (ver aparte).
Las conclusiones surgen de una encuesta exclusiva para Página/12 del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que dirige Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1335 ciudadanos por el método telefónico conocido como CATI, es decir con un operador/encuestador haciendo las preguntas en vivo. Por esa via, se realiza una muestra con las proporciones de edad, sexo, nivel económico social y lugar de residencia. El sondeo se terminó de procesar este viernes.
El voto por edad y por sexo
Como vienen coincidiendo todas las encuestas, el voto más fuertemente opositor es masculino. Si en la población general, Milei saca el 34 por ciento, entre los hombres consigue más del 40 por ciento y en las mujeres sólo el 28. Algo parecido ocurre con Bullrich: sus respaldos son más de hombres que de mujeres. Lo contrario ocurre con Massa: consigue el 32 por ciento en la población general, pero el 38 por ciento entre las mujeres.
El vuelco es aún más fuerte entre los jóvenes. Casi uno de cada dos ciudadanos de 16 a 29 años (49 por ciento) dice que va a votar a Milei. Ese es el punto fuerte del libertario y la mayor de las debilidades de Patricia Bullrich: apenas consigue el 11 por ciento entre los jóvenes. Massa tiene un nivel bastante parejo por edades.
Desde el punto de vista político, hay un aspecto que le abre las mayores esperanzas a Massa: el tigrense retiene todos los votos oficialistas, incluyendo por supuesto los que consiguió Grabois, pero consigue muchísimos respaldos entre los que se consideran independientes. Milei se basa esencialmente en los que se autodefinen como opositores, hoy en día una proporción importante de la sociedad.
Más votantes para el 22 de octubre
“En todas las elecciones en que hubo PASO, la cantidad de votantes subió en la elección general -analiza Bacman-. Este año no será la excepción. Nosotros medimos una franja que llamamos votantes en transición, que incluye a los que dicen que votarán en blanco, no están seguros de que concurran a votar o están indecisos. Esa franja bajó mucho, comparado con lo que nos daba en agosto. Si eso se concreta, habrá mayor participación. Y, atención, que es un segmento mayormente favorable a Unión por la Patria (UxP)”.
De las PASO hasta ahora
Lo que ocurrió desde el 14 de agosto hasta esta semana lo explica Bacman a partir de los siguientes movimientos:
- Milei retiene todo lo que sacó en las PASO, es decir que hay fidelidad de sus votantes. Su principal ganancia viene de quienes apoyaron a Larreta y también a Bullrich. De todas maneras, su crecimiento es moderado.
- Hay vasos comunicantes entre Milei y Bullrich. Esta perdió lo que ganó LLA. Por eso pasó al tercer lugar. Su problema mayor es que no puede retener los votos de Larreta. Por eso pasó al tercer puesto.
- Massa también tiene fidelidad de votos. Consigue los que obtuvo en agosto, también los de Grabois y sumó algo proveniente de Larreta. Para Bacman el dato significativo es que también se lleva un 1.6 por ciento que proviene de Milei. Son peronistas enojados o desilusionados que apoyaron a LLA en las primarias y que ahora vuelven a su voto original peronista. El titular del CEOP cree que influyen algunas de las últimas medidas adoptadas por Massa.
La ecuación del cambio
Todo indica que uno de los principales ejes de la campaña es el cambio, centrado en dos temas: el económico y la inseguridad.
“El éxito de la campaña de Milei ha sido posicionarse como un candidato disruptivo que viene a reemplazar a la casta política -redondea Bacman-. Tiene un núcleo duro al que le gusta su personalidad y sus planteos. La mitad de sus votantes tienen esa sintonía con el libertario. La otra mitad no posee compromiso ideológico ni nada que se le parezca: como dijimos, son votantes peronistas enojados y desilusionados. Lo votaron porque no tienen nada para perder. Son de escasos recursos o gente de clase media con trabajos en negro y de baja calidad, que además perciben que lo que ganan no les alcanza. Tienen mucha bronca y un componente emocional. El desafío de Massa es frenar esa migración. Da la impresión, por lo que vemos en esta encuesta, que eso lo está consiguiendo. Ahora necesita aumentar el índice de recuperación de los que se fueron con Milei en las primarias y tal vez vuelvan”.
21 días calientes
Por los datos del CEOP, parece muy improbable que Milei gane en primera vuelta, pero en tres semanas pueden pasar todavía muchas cosas. La consultora hizo una proyección y el cálculo es que LLA puede superar el 36 por ciento. De todas maneras, UxP estaría por encima del 34 por ciento y eso requeriría -para que no haya balotaje- que Milei alcance el 45 por ciento. Hoy, dicen los números, hay pocas chances.
También el CEOP visualiza que Bullrich se quedaría fuera del balotaje de noviembre. El cálculo es que su techo es el 30 por ciento, o sea que no le permitiría alcanzar ni a Massa ni a Milei.
Sin embargo, Bacman es muy precavido. Este es su resumen: “aunque faltan tan solo tres semanas, nada está definido: la situación económica, el riesgo de una corrida cambiaria y la presión del círculo rojo y los medios hegemónicos pueden llegar a influir”. En verdad el consultor percibe lo que ya ocurrió en las PASO: gente que decide su voto a última hora, ciudadanos que le ocultan su apoyo a los encuestadores y otras incertidumbres que tienden a verse recién en las 72 horas anteriores a la elección. Hay una estructura de base, marcada por la encuesta, pero falta la recta final.