La vieja ley del boxeo volvió a darse una vez más. Y el boxeador más grande volvió a ganarle al más chico. El mexicano Saúl "Canelo" Alvarez derrotó por puntos en amplio fallo unánime (dos tarjetas dieron 118 a 109 y la restante 119 a 108) al estadounidense Jermell Charlo y retuvo el título de la categoría supermediano en las versiones del Consejo, la Organización y la Asociación Mundial y de la Federación Internacional. En verdad, la pelea llevada a cabo en la madrugada de este domingo en el estadio T Mobile Arena de Las Vegas no hizo ni hará historia. Todo se dio exactamente como se había supuesto en los cálculos previos.

Nunca estuvo comprometida la victoria de Canelo. Charlo, dueño de las cuatro coronas de los superwelters, debió subir seis kilos (de 69,854 a 75,795) y dos divisiones para este combate. Y trepó al ring convencido de que podía hacerle al pelirrojo mexicano una pelea más o menos pareja. Pero que no podía ganarle. En torno de esa convicción montó su estrategia que no fue otra que la de terminar en pie. Le dio movilidad a sus piernas, abrió el ring, cada tanto (menos de lo necesario) sacó su izquierda en jab, evitó los cruces y sólo con eso, logró su objetivo. En el 7º round, hincó la rodilla derecha sobre la lona desacomodado por una fortísima derecha cruzada de Alvarez (75,976 kg). Antes y después, no pasó grandes sobresaltos. Pero peleó sin épica, siempre lejos de la hazaña.

Canelo trabajó convencido de que la pegada de Charlo no podía hacerle mella. Pero ni siquiera esa certeza lo forzó a apurar el ritmo en procura de una definición categórica. Más grande, más fuerte, más sólido, más enérgico, más activo y más eficaz (según el software de Compubox tuvo una efectividad del 34,80% contra el 17,80% del estadounidense), el mexicano ejerció un dominio sereno, construido vuelta a vuelta. Perdió dos rounds (el 5º y el 9º) cuando aflojó momentáneamente su presión sobre Charlo. Después, el tiempo se deslizó sin emociones, sin escaparse jamás de las previsiones y de lo que se sabía que podía llegar a pasar. Para cobrar 50 millones de dólares de bolsa que podrían duplicarse a la hora de los números finales, no estuvo mal.

"Soy un peleador fuerte todo el tiempo, contra todos los peleadores. Soy un hombre fuerte. A este Canelo no le gana nadie", dijo el mexicano que cerró ya su calendario de 2023 sin saber que le deparará el año 2024. "Todavía amo el boxeo. Amo mucho el boxeo. El boxeo es mi vida. El boxeo me convirtió en la persona que soy hoy. Por eso amo tanto el boxeo", agregó descartando que a sus 33 años de edad esté evaluando su retiro.

Alvarez tiene contrato por dos peleas más con Premier Boxing Champions, la promotora del multimillonario productor rapero Al Haymon y el ambiente quiere verlo el año que viene en una unificación ante el invicto noqueador David Benavídez, campeón interino supermediano del Consejo. Canelo parece tener otros planes. Y no tiene apuro para cumplirlos.