La defensa del ex canciller Héctor Timerman exigió que se cite en forma legal y adecuada al norteamericano Ronald Noble, ex secretario general de Interpol, en la causa en que se investiga el Memorándum con Irán. Ese expediente se originó en la denuncia del fiscal Alberto Nisman, cuatro días antes de su muerte. El testimonio de Noble es vital porque destroza la acusación de Nisman ya que el ex secretario de Interpol sostuvo públicamente que Timerman nunca quiso alivianar la situación de los sospechosos iraníes sino que, por el contrario, reclamó una y otra vez que se sostengan y se revaliden las órdenes de captura, con alertas rojas, contra los funcionarios de Teherán. El fiscal Gerardo Pollicita le pidió a Interpol Buenos Aires que genere una alerta azul, o sea algo equivalente a un pedido de paradero de Noble. Como era de esperar, Interpol contestó que cualquier pedido de testimonio debe canalizarse por la propia Interpol y no en forma directa. Es como intentar citar a un embajador en forma directa sin hacer la gestión a través de la cancillería respectiva. Ante la respuesta de Interpol, Pollicita volvió a insistir en la misma línea, cuando lo lógico era que cursara el pedido y la documentación respaldatoria a través de Interpol. En un escrito presentado por los abogados de Timerman, se sugiere que Pollicita está obstaculizando que se reciba el testimonio decisivo para ese expediente porque el fiscal –alineado con Cambiemos– quiere sostener la imputación de la manera que sea.
La acusación original de Nisman sostenía que la ex presidente Cristina Kirchner y el ex canciller firmaron el Memorándum para favorecer a los funcionarios iraníes imputados en el caso AMIA. El punto clave de esa supuesta maniobra era que la Argentina pidió el levantamiento de las capturas con alertas rojas que pesaba sobre los sospechosos y que ello no se concretó por la posición valiente del entonces secretario general de Interpol, Ronald Noble.
El propio Noble fue quien contestó desmintiendo la versión de Nisman en forma categórica. Por de pronto, dijo que lo afirmado por el fiscal era falso, algo que sostuvo en sendas entrevistas realizadas por PáginaI12 y The Wall Street Journal. También envió una carta a Timerman en la que Noble dijo: “Mientras era Secretario General de Interpol, en cada ocasión que usted y yo hablamos y nos vimos en relación con las notificaciones rojas de Interpol emitidas con relación al caso AMIA, usted indicó que Interpol debía mantener las notificaciones rojas en vigor. Su posición y la del Gobierno argentino fueron consistentes y firmes”. O sea que para la acusación que lleva adelante Pollicita, el testimonio de Noble es devastador, derrumba la imputación alentada también por el gobierno de Cambiemos, la DAIA, y las derechas de Estados Unidos e Israel.
La jugada de Pollicita ahora parece consistir en llamar a indagatoria a Cristina y a Timerman por delitos delirantes como traición a la patria o encubrimiento. Todo en relación con un Memorándum que, por otra parte, fue votado en el Congreso y nunca entró en vigor, ya que Irán no terminó de convalidarlo. Un ingrediente importante de la maniobra consiste en evitar el testimonio lapidario de Noble.
El paso inicial fue intentar librar, directamente a través de la oficina argentina de Interpol, una notificación azul. Se parece a un pedido de paradero, cuando lo que correspondía era dirigirse a la oficina central de Interpol, dando todos los detalles de por qué se requería el testimonio de Noble y aportando toda la documentación. Ante la jugarreta del fiscal, Interpol dejó algunos puntos en claro:
- Los funcionarios y ex funcionarios de Interpol tienen inmunidad diplomática. De manera que no pueden ser citados en ninguna causa judicial, ni siquiera como testigos, sin el visto bueno de la Secretaría General de Interpol.
- El uso de una notificación azul es inapropiado. Interpol le ordenó a la oficina argentina que se abstenga de utilizarla.
- Nadie puede dirigirse directamente a ningún funcionario o ex funcionario de Interpol.
Pese a las advertencias, Pollicita volvió a intentarlo por el mismo camino y es en esa circunstancia que los abogados de Timerman, Alejandro Rúa y Graciana Peñafort, presentaron un escrito ante el juez pidiéndole que, de una vez por todas, se curse el pedido de testimonio como corresponde, a través de Interpol y que se le acompañen todos los elementos: las preguntas que se le quieren hacer a Noble y los textos y documentos anteriores sobre los cuales se le quieren pedir explicaciones. Por lo que se sabe, Interpol está dispuesto a que Noble declare por escrito, preservando lo que es su norma, la imparcialidad. Tanto la Argentina como Irán son miembros de la organización e Interpol debe mantener equidistancia. Lo que tácitamente surge del escrito de los letrados es que se están poniendo obstáculos para que Noble declare y que se pretende llamar a indagatoria a la ex presidente y al ex canciller evitando una prueba –la declaración de Noble– que echa por tierra la acusación.