River pudo ganarlo por goleada, pero también pudo empatarlo y hasta perderlo. Asi de variadas fueron las sensaciones que dejaron los 90 minutos jugados en la cancha de Temperley, que terminaron con la victoria del equipo de Marcelo Gallardo y el reconocimiento de un prolongado aplauso para los futbolistas del equipo local.
Y en el vaivén de las sensaciones hay que anotar que la alegría de los de Núñez por el triunfo se empaña con la noticia de que tal vez hoy se concrete la salida de Lucas Aario con destino a Alemania. La pregunta del millón (¿cuando se vaya Alario qué?) pareció responderse desde la chapa del resultado: River 1, Temperley 0, con gol de Scocco a los 31 minutos del primer tiempo. Pero seguramente Gallardo debe tener muchos interrogantes pensando en el futuro inmediato y debe pensar que con Scocco solo no va a alcanzar, considerando todo lo importante que tiene que jugar hasta fin de año. Ayer, en el primer tiempo, Alario compartió el ataque con Scocco y Auzqui, abastecidos por Nacho Fernández y Pity Martínez y sostenidos en el medio por ese titán que es Ponzio. En el segundo tiempo entraron Rojas y Enzo Pérez por Fernández y Auzqui y el equipo, que tuvo más equilibrio, mejoró su producción futbolística. Ahora, sin Alario habrá que armar el rompecabezas teniendo en cuenta que también aparece en el panorama el colombiano Borré, que ayer entró un ratito y casi mete un gol.
El que sí lo debe haber dejado muy conforme al entrenador de River es Germán Lux. Intervino poco, pero le sacó una pelota dificilísima a Sánchez Sotelo y dio seguridad en todas las veces que participó del juego. El agujero defensivo empieza a cerrarse, aunque ayer Maidana dio demasiadas ventajas y debió ser expulsado por más de una falta brusca y dos manos intencionales.
River generó muchas situaciones de gol, de modo especial en el segundo tiempo, y si no goleó fue por las notables intervenciones de Josué Ayala, empezando por una magistral volada ante un cabezazo esquinado de Alario. Pero no resultó sencillo el partido para River porque Temperley aportó lo suyo para el espectáculo. Entre sus valores hay que mencionar que toca bien, prolijimante, que sus jugadores no le tienen miedo a la gambeta (Ozuna, Figueroa, Montaña cuando entró), que van al frente, que hacen un gran despliegue (se cansaron mucho en el último tramo del encuentro) y que van a buscar con mucha potencia en las jugadas de pelota detenida. De hecho, les ganaron casi siempre a los defensores de su adversario.
Temperley no se achicó con los nombres, la jerarquía y el linaje de los rivales y trató de jugar todo el tiempo de igual a igual. Eso hizo que mantuviera la ilusión hasta el último instante, pero también hizo que River dispusiera de mucho espacio en la etapa final para que Pity Martínez manejara a su antojo las contras que se daban con frecuencia. Con un poco más de puntería los de Gallardo pudieron haber obtenido un triunfo más holgado. Pero en el balance lo que más pesa son los tres puntos que quedaron en el bolsillo, ante un rival que le va a complicara la vida a más de uno.
En el partido de las múltiples situaciones de gol el foco terminó en el pase de Ponzio a Pity Martinez, el de Pity Martínez a Scocco, el enganche –en la medialuna del ex delantero de Newell’s y el remate cruzado al segundo palo. Con ese gol River sumó su primera victoria en un campeonato en el que seguramente será protagonista.