El debate presidencial no solo tuvo un fuerte impacto en la agenda: también cambió los usos y las costumbres televisivas de los domingos a la noche de la mayoría de los y las argentinos. La transmisión de la primera las dos instancias de exposiciones de los cinco candidatos presidenciales cosechó una audiencia propia de un partido mundialista de la Selección nacional de fútbol y muy por encima, incluso, de la que suelen alcanzar las coberturas de las jornadas electorales presidenciales. A lo largo de las poco más de dos horas en las que se desarrolló el debate, la transmisión obtuvo un promedio de 39,8 puntos de rating, sumando la audiencia de los canales de TV abierta y TV Paga que lo emitieron en directo. El interés por el evento electoral fue tal que el encendido televisivo superó los 70 puntos, evidenciando un incremento de más de 10 puntos respecto de un domingo cualquiera a esa hora. A la impresionante audiencia televisiva hay que sumarle a los cientos de miles que siguieron el debate a través de los portales de streaming y por emisoras radiales.
La audiencia del primer debate presidencial 2023 superó las expectativas iniciales. Los 39,8 puntos de rating que midió en la suma de todas las pantallas que lo transmitieron, con picos que oscilaron los 45 puntos durante la segunda hora, es sólo uno de los datos sobresalientes de la jornada. Hay otros que no son menos elocuentes, a saber: la audiencia del debate realizado en Santiago del Estero superó a la que había obtenido el mismo evento en 2019 y en 2015. Solo como ejemplo, el segundo debate presidencial de 2019 había sumado una audiencia de 33 puntos, casi 7 puntos menos que lo que midió el del domingo pasado. De hecho, el encendido televisivo durante la misma instancia hace cuatro años había sido de 61,3 puntos, muy por debajo de los 73 que encendieron la pantalla chica en 2023.
Una de las noticias que dejó el debate presidencial producido por la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (CAPIT) y transmitido por la TV Pública, cuya señal tomaron el resto de las pantallas, es que la mayor cantidad de la audiencia eligió seguirlo a través de la TV Paga. Todas las señales informativas pusieron al aire la instancia ahora obligatoria y en su conjunto promediaron 25,1 puntos de rating, según los datos suministrados por Kantar Ibope Media. El canal de mayor audiencia en el cable fue TN, que midió 6,1 puntos, seguido de cerca por C5N con 5,8 y LN+ con 5,1. Más atrás se ubicaron A24 con 3,9 puntos, Canal 26 con 2,6, Canal Rural con 1,2 e IP con 0,4. La mayor audiencia de las señales informativas es una clara demostración de los televidentes cautivos que cada una tiene en función de su línea ideológica, ya que en los dos cortes que hubo durante el debate (el primero de 12 minutos y el segundo de 8) los periodistas de cada canal tomaban la posta para analizar lo sucedido. Ese era el plus de cada pantalla.
En la TV de aire, cuatro de los seis canales transmitieron el debate: La TV Pública, El Trece, América y NetTV. La suma de las cuatro señales tuvo un promedio de 14,7 puntos de rating, poco más de 10 puntos menos que lo que el mismo evento cosechó en la TV Paga. De cualquier manera, en la TV abierta el debate midió 2,8 puntos más de lo que había obtenido el primer debate presidencial de 2019. El Trece encabezó las preferencias con un promedio de 5,7 puntos, seguido por la TV Pública con 5,1 puntos, América con 3 y NetTV con 0,9. Al igual que lo que hace durante la cobertura de las elecciones, Telefe siguió con su programación habitual y sintió la competencia: Got Talent Argentina compitió poco más de media hora con el debate y midió 8,4 puntos, una cifra por debajo de los dos dígitos que suele marcar (aún así fue el programa en un canal más visto del día). Por su parte, la emisión especial y extendida de Vivo para vos, que compitió directamente con el debate, le dio a El Nueve 1 punto de audiencia promedio.
Otro aspecto interesante a analizar es el comportamiento de la audiencia durante las dos horas del debate. Y en ese punto la instancia de exposición y discusión de los cinco candidatos parece que resultó atractiva para los televidentes, ya que la audiencia se mantuvo siempre en crecimiento a lo largo de su desarrollo. Ni bien inició, a las 21.01, el rating total del debate superaba por unas décimas los 31 puntos de rating. Veinte minutos más tarde, cuando “el derecho a réplica” era usado con fruición por los candidatos, la audiencia ya alcanzaba los 38 puntos. Tras el primer corte, la audiencia subió a 42, para tener un pico de 45 puntos cerca de las 22.30, al momento de la preguntas cruzadas. Un crescendo que pone de manifiesto que, aún con su rigidez estructural, el debate resulta atractivo para las grandes mayorías. La pregunta, en todo caso, es si el interés tiene que ver más con la política o con el simple entretenimiento.