En el marco del Plan Anual de Lucha contra el Narcotráfico, la Dirección General de Aduanas creó un nuevo registro para quienes quieran importar o exportar fentanilo. Una iniciativa que se incluye entre los nuevos controles implementados para evitar que esa sustancia llegue a manos de organizaciones narcocriminales.
De acuerdo a la información oficial, la nueva regulación impone que quienes pretendan operar en comercio exterior con la mencionada sustancia - que es de uso medicinal- deberán presentar una declaración anticipada jurada.
El fin regular es regular las operaciones con fentanilo y sales de fentanilo, con el objetivo de mejorar los mecanismos de control y evitar que esa sustancia pueda emplearse en actividades ilícitas de organizaciones ligadas al narcotráfico y/o sus delitos conexos, explicaron desde el organismo nacional.
El fentanilo y sus derivados tienen en vilo a las autoridades del mundo entero porque son los responsables de cientos de muertes por sobredosis cada semana, en Europa y EE.UU principalmente. Por ello, la medida busca adelantarse a una problemática que se aproxima en la región y significa una amenaza a la salud pública, debido al alto índice de consumo de drogas ilícitas.
Sucede que, el fentanilo puede causar adicción, dependencia, tolerancia, síndrome de abstinencia y muerte. Además, uno de sus derivados más potentes es el carfentanilo, que se estima es 10.000 veces más potente que la morfina.
En Argentina, se registra un grave antecedente de febrero de 2022, cuando 24 personas murieron y decenas resultaron intoxicadas a raíz de la ingesta de cocaína adulterada con carfenanilo que fue comercializada en los partidos bonaerenses de San Martín, Hurlingham y 3 de Febrero.
En tanto, días atrás un can de la Aduana detectó 1,276 kilos de esa sustancia en un paquete que salía rumbo a la ciudad de Miami, Estados Unidos, dentro de un frasco que aparentaba portar proteínas y que iba a ser entregado mediante la modalidad conocida como "courier" o "puerta a puerta".
EE.UU: descontrol y un triste récord histórico
El consumo de fentanilo y otros opiáceos está provocando la peor crisis de drogas de la historia de Estados Unidos y llega ya a todos los rincones del país. Los datos son contundentes: más de 1.500 personas mueren a la semana por consumir algún tipo de opiáceo, la principal causa de sobredosis mortal en el territorio.
Ante este contexto, las autoridades comenzaron a adoptar las llamadas políticas de reducción del daño y las tradicionales políticas duras contra el consumo de drogas se están flexibilizando. Esto es, dado que está resultando difícil forzar a los adictos a desengancharse mediante penalizaciones, la alternativa es darles los instrumentos adecuados para que consuman con mayor seguridad y puedan llegar con vida a un tratamiento.
El fentanilo, un potente opiáceo sintético hasta 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina, ha ganado notoriedad durante los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia de coronavirus.
Desde el año 2000, más de medio millón de personas murieron de sobredosis, la mayoría por el consumo de este tipo de droga, según datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Sin embargo, el dato "llamativo" se dio en 2021, en plena pandemia, cuando EE.UU registró una cifra récord de sobredosis, con más de 100.000 muertos en todo el país en tan solo un año.
De estos decesos, más del 66 por ciento estuvieron relacionados con el consumo de fentanilo, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Estos datos suponen una media de 21,6 muertes por cada 100.000 habitantes.
Asimismo, el informe expuso que las muertes por sobredosis de fentanilo se concentran en consumidores de entre 34 y 44 años -con una tasa de 43,5 por cada 100.000 habitantes-, seguido muy de cerca por personas de entre 25 y 34 años -40,8 por cada 100.000 habitantes-.
Las regiones más afectadas son Connecticut, Maine, Massachusetts, New Hampshire, Rhode Island y Vermont, así como los estados de Delaware, Maryland, Pensilvania, Virginia, Virginia Occidental y Washington D.C, si bien se han registrado decesos en las diez regiones sanitarias del país.
Los expertos coinciden en que el problema se remonta a la alta prescripción de estos productos para hacer frente al dolor crónico, una situación que se ha exacerbado ante la irrupción de carteles y redes de tráfico ilegal de drogas, que inundaron el mercado negro con grandes flujos de la llamada 'heroína barata' y opiáceos sintéticos.
Los opiáceos se dividen fundamentalmente en dos categorías: medicamentos fabricados legalmente y narcóticos ilícitos procedentes principalmente de terceros países. Los medicamentos como la oxicodona, la morfina y el fentanilo son a menudo recetados para tratar el dolor agudo, mientras que la metadona es utilizada en procesos de rehabilitación de personas con adicción.
La Administración de Control de Drogas (DEA) estima que las redes criminales están produciendo pastillas en masa para hacerlas pasar por medicamentos legales obtenidos con receta. Estas pastillas, accesibles a través de Internet y redes sociales, pueden contener dosis mortales de fentanilo.
La roles de China y México y las acusaciones cruzadas de EE.UU
Ante esta situación descontrolada, las autoridades estadounidenses comenzaron a exigir medidas a los gobiernos de países como China y México, países a los que señalan como los principales implicados en el tráfico ilegal de estas sustancias, y de ser los responsables de que Estados Unidos sufra la peor ola de la epidemia de los opiáceos y la más mortífera hasta el momento.
Según reportaron las autoridades, gran parte de la heroína que llega a Estados Unidos es cultivada en México y son los carteles los que controlan la producción y distribución del opiáceo para introducirlo en las principales ciudades del país norteamericano, la mayoría de las veces a través de los pasos fronterizos y con ayuda de ciudadanos estadounidenses.
Desde hace un tiempo, México sustituyó a China como principal país exportador de fentanilo después de que las autoridades del gigante asiático empezaran a tomar medidas al respecto -si bien el país sigue siendo el principal productor de los ingredientes para su fabricación-.
El expresidente Donald Trump puso en marcha una serie de medidas para hacer frente a la epidemia de fentanilo y acusó en varias ocasiones a Xi Jinping de fracasar a la hora de tomar medidas.
Sin embargo, ante la creciente presión del Gobierno estadounidense, China incluyó en su lista de narcóticos prohibidos el fentanilo y todos sus derivados, lo que dejó la puerta abierta a los carteles mexicanos.
Ahora, el Departamento de Seguridad Nacional aboga por sacar adelante una operación en México que permita hacer frente a un problema que está acarreando un coste de 1,5 billones de dólares (cerca del 7 por ciento del PIB) a nivel interno.
Con su nueva estrategia para combatir los opiáceos ilícitos, el Gobierno de Joe Biden busca hacer frente a la situación en la frontera sur y plantar cara a los carteles, mientras que Trump, fiel a su estilo, ya aseguró que, en caso de ganar las elecciones presidenciales de 2024, desplegaría al Ejército y estaría dispuesto a "bombardear" laboratorios de fentanilo en México.