El ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró este lunes que en las próximas semanas enviará al Congreso un proyecto de ley para crear una “moneda digital argentina”. La propuesta había sido anticipada por el también candidato a presidente de Unión por la Patria en el debate que se realizó el domingo por la noche en la provincia de Santiago del Estero, aunque allí había dicho que avanzaría con esa idea recién en caso de ser electo.
“Voy a mandar dentro de poquito la ley que crea la moneda digital argentina porque hay más de 100 países que ya lo están haciendo”, sostuvo Massa en declaraciones radiales. El ministro contó que Noruega y Suecia son los modelos conocidos y exitosos en cuanto a la implementación de una moneda digital, pero señaló que, en la región, países como Brasil ya están implementando la medida.
El objetivo del gobierno es que el proyecto salga a la par con el de blanqueo de capitales que ya tiene dictamen en Diputados, pero aún no cuenta con los votos para ser tratado. “Se vendrá una ley de blanqueo que nos permita que aquellos que tienen dinero en el exterior lo puedan traer y usar libremente sin nuevos impuestos", explicó el funcionario.
Qué es una moneda digital
La emisión de una moneda digital de banco central (CBDC, según sus siglas en inglés) permitiría reemplazar el billete de papel. A diferencia de las monedas digitales privadas o criptomonedas, emitidas con diferentes formatos por agentes privados, la emisión de la CBDC está centralizada en el banco central, y es de curso legal, es decir, de aceptación forzosa por el sector público y privado. Esto significa que debe ser aceptada como medio para la compra de bienes y servicios y el pago de impuestos.
Su valor es establecido del mismo modo que en el caso de la moneda convencional: por el mercado en un sistema de tipo de cambio flotante, influido o no por las políticas del banco central, o por el banco central en un sistema de tipo de cambio fijo.
Qué países tienen monedas digitales
Bo Li, subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), aseguró en un panel realizado en abril de este año sobre el desarrollo de monedas digitales de bancos centrales que, según la encuesta más reciente del Banco de Pagos Internacionales (BIS, según sus siglas en inglés), realizada en 2021 entre 81 bancos centrales de países que representan el 76 por de la población mundial y el 94 por ciento de la producción económica global, 9 de cada 10 bancos centrales consultados estaban explorando ya por entonces el tema de las CBDC y la mitad estaba desarrollando o ejecutando experiencias concretas. La encuesta también mostró que era probable que más de dos tercios de los bancos centrales emitieran una CBDC minorista en el corto o mediano plazo, dentro de los próximos seis años.
Bo Li sostuvo que la demanda de asistencia técnica por parte de los países miembros del FMI sobre las CBDC ha venido aumentando considerablemente. “A finales de febrero de 2023, más de 40 países se habían acercado al FMI para solicitar asistencia. Las preguntas de los países van desde objetivos y opciones de diseño hasta pilotos y análisis de implicaciones macrofinancieras. En los últimos dos años, el FMI ha comenzado a colaborar con casi 30 países. Creemos que el desarrollo de capacidades de CBDC es esencial para evitar una brecha digital”, sostuvo el burócrata del organismo multilateral.
La primera moneda digital emitida por un banco central fue el Sand Dollar lanzado en octubre de 2020 por Bahamas. No obstante, la experiencia más conocida es el e-yuan de China.
Riesgos y oportunidades de las monedas digitales
El FMI sostiene que las CBDC podrían la resiliencia y eficiencia de los sistemas de pago, aumentar la inclusión financiera y ayudar a combatir diversos delitos, aunque advierten que, si están mal diseñadas, también podrían generar riesgos para la estabilidad financiera, desafíos legales y de privacidad de datos.
Seguir la ruta del dinero sirve, por ejemplo, para combatir delitos como el lavado, la evasión, el narcotráfico y la corrupción, pero algunos analistas advierten que también puede permitir mayor control social, lo cual enciende una luz de alarma en el caso de gobiernos autoritarios.
Para documentar las distintas experiencias, los hallazgos analíticos y las opiniones sobre el tema, el FMI publicó recientemente un documento sobre el desarrollo de capacidades de CBDC que incluye una estrategia plurianual para ayudar a los países miembros del FMI a enfrentar los desafíos relacionados con las CBDC e introducir el plan para un Manual de CBDC.