"Esta propuesta es un trabajo que venimos realizando con el equipo de investigación integrado por miembros de la comunidad sorda de Mendoza, docentes, personal no docente, estudiantes, egresados de la Tecnicatura en Interpretación en Lengua de Señas de la Facultad de Educación. Su característica distintiva es no utilizar el español como medio de acceso y que las señas cuentan con su definición también en Lengua de Señas Argentina", explicó Andrea Suraci, directora del equipo que trabajó en el diseño del Diccionario Digital de Lengua de Señas de Argentina.
Por su parte, la decana de la Facultad de Educación de UNCuyo, Ana Sisti, una de las docentes que participó en el proyecto, le explicó al Suplemento Universidad de Página/12 que “el proceso de armado del material fue largo, implicó subproyectos internos y mucho trabajo de debate con la comunidad sorda. Cuando empezamos a armar el diccionario tuvimos que realizar un trabajo previo interno centrado en los procedimientos discursivos que utilizaban las personas sordas al momento de definir y conceptualizar. Eso nos llevó dos años”.
Y en ese sentido, repasó: “Después intervino la comunidad sorda, que decidió qué señas iban a incluir en primera instancia el corpus de este diccionario, las filmaciones y validarlas, es decir, que se realizaron las filmaciones de las definiciones o de los conceptos de las señas y luego de eso se puso a disposición el material para que la misma comunidad sorda validara ese trabajo”.
“Una vez revisado y validado se tuvieron que re-filmar algunas señas, rehacer y editar algunos videos. Luego definir el proceso de construcción de la herramienta teniendo en cuenta que nuestra propuesta no estaba mediada por el español, sino que por la Lengua de Señas Argentina”, remarcó la decana.
La comunidad sorda definió que la validación fuera a través de configuraciones manuales, esto es, se accede primero a la configuración manual que lleva al despliegue de una serie de señas en formato GIF y de ahí al video, donde está la definición en lengua de señas.
El proyecto obtuvo financiamiento de la Secretaría de Investigación, Internacionales y Posgrado de la UNCuyo en 2011 y “lo pudimos finalizar en el 2021. En el período 2021-2022 revisamos señas, analizamos y terminamos de cargar la plataforma, validamos cómo se veía en la plataforma y qué opinaba la comunidad sorda. Y finalmente este año logramos la inscripción en el Registro de la Propiedad Intelectual”, indica Sisti.
El valor del diccionario
El Diccionario Digital de Lengua de Señas Argentina es una plataforma que está pensada con ingreso gratuito y accesible en línea. Tiene imágenes y tiene video. No tiene texto, o sea, el texto es en Lengua de Señas.
Se trata de una herramienta que contribuirá a legitimar la Lengua de Señas Argentina, a añadir información lingüística específica a su estudio y a preservar el patrimonio lingüístico de la comunidad sorda.
“Tiene que ver con el trabajo que veníamos realizando a partir de la Tecnicatura en Interpretación en Lengua de Señas y la necesidad de ir trabajando en la preservación y reserva del patrimonio lingüístico y cultural de la comunidad sorda y de tener una herramienta que fuese un facilitador para quienes estudian a la Lengua de Señas como lengua”, añadió la Decana.
Desde la casa de altos estudios destacan que esta producción se convertirá en un valioso elemento de estudio, no sólo para miembros de la comunidad sorda, sino también para padres, estudiantes, docentes, intérpretes y para todo aquel que desee relacionarse con ella.
La línea de investigación que produjo el Diccionario Digital de Lengua de Señas, único en Argentina, tiene su origen en proyectos que comenzaron en 2007: las estrategias comunicativas en Lengua de Señas Argentina y utilizadas por los Intérpretes de Lengua de Señas Argentina en Mendoza.
“De acuerdo a lo que hemos rastreado, no hay otro diccionario con estas características. Lo que había era en formato papel, pero no en formato digital. Después empezaron a surgir propuestas de glosarios, si se quiere, o señarios, o reservas de señas, donde aparecía la seña y su correlato en la lengua mayoritaria, digamos, oyente”.
Esos antecedentes revelaron la necesidad de profundizar elementos que conforman un diccionario de Lengua de Señas, como son los aspectos fonológicos, léxicos, morfológicos, sintácticos, semánticos y pragmáticos. A esa necesidad se le suma, además, el uso de la tecnología, que favorece el acercamiento a la información, detalla el equipo de trabajo, conformado por alrededor de 20 personas. “Somos 20 los que hemos comenzado y finalizado el proceso”, detalla Sisti.
El equipo de trabajo está conformado también por las docentes Beatriz Pellegrini, María del Carmen Torre y Mariana Martínez; Naum Novelli, personal no docente; Paula Olguín, Silvana García y Noelia Soto, miembros de la comunidad sorda de Mendoza; las estudiantes Elizabeth Enríquez, Patricia Sarmiento y Naimí Simón y la egresada Yésica Visino.
"Es muy satisfactorio haber finalizado un proceso de investigación que llevó diferentes etapas y que hoy se ve concretado en un producto de y para la comunidad sorda de la provincia, con quien trabajamos incansablemente desde hace muchos años", concluye la decana Sisti.