El sociólogo, investigador y especialista en medios de comunicación Luis Alberto Quevedo celebró el interés del electorado por el debate presidencial -la transmisión alcanzó los 42 puntos de rating sólo en televisión- y destacó el formato de preguntas y respuestas que se implementó en esta oportunidad.
En esa línea, analizó el desempeño de los candidatos presidenciales y consideró que para el próximo debate habrá cambios en las estrategias de cada equipo.
"Incluso por el lado de las formas, estaban muy asustados, muy conservadores y no querían correr ningún riesgo. Es cierto que la primera regla del debate es no equivocarte", consideró Quevedo, en diálogo con AM750.
Los ausentes del debate
Además, Quevedo señaló algunas ausencias llamativas en el cruce entre los candidatos. Por un lado, la omisión del escándalo del exjefe de Gabinete bonaerense y excandidato a concejal de Lomas de Zamora Martín Insaurralde: en ese punto, Quevedo señaló que, a pesar de dos menciones, no fue el tema predominante del debate como se esperaba horas antes de su inicio.
Otras ausencias fueron la omisión de la dolarización, la propuesta de los vouchers de La Libertad Avanza y las menciones al presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
"No se habló de Cristina Kirchner en los términos de Patricia Bullrich, quien tiene un spot en el que dice que va a crear una cárcel con su nombre, pero tampoco la mencionó Massa", agregó el especialista en Aquí, allá y en todas partes.
Sumado a esto, Quevedo indicó que tampoco se usó el recurso del humor, sobre todo en el caso de Massa. "Eso paga mucho en un debate porque es la empatía con la gente, es como hablar el mismo lenguaje", explicó.
La performance de los más votados y las repercusiones
Por otra parte, consideró que la gran perdedora de la noche fue Patricia Bullrich y que, en ese sentido, los candidatos la incomodaron cuando le hicieron preguntas sobre economía.
Sobre este punto, el sociólogo planteó que el post debate "es igual o más importante que el debate mismo" porque a los medios de comunicación "les da mucha tela para cortar", pero también permite a los candidatos intentar disputar la interpretación de lo que pasó durante el cruce televisivo. "Lo que está haciendo Patricia Bullrich, que fue sin duda la más floja, es resignificar su participación", señaló Quevedo.
En esa línea, el también colaborador de Página|12 sostuvo que la estrategia de la candidata presidencial de Juntos por el cambio es mostrarse como la verdadera oposición del Gobierno nacional y desplazar al líder de La Libertad Avanza.
Javier Milei
Según Quevedo, el desempeño de Milei fue distinto a la expectativa que tenía el público genera, ya que se mostró más moderado que en la mayoría de sus apariciones públicas en los medios de comunicación y redes sociales.
El analista político planteó que, como era la primera vez que el candidato se enfrentaba a una situación de exposición no controlada, "estaba nervioso porque sabía que le podía jugar en contra si lo sacaban".
"Se contuvo agarrándose de los papeles, teniendo un libreto atado, siendo muy poco atractivo y defraudando a su propio electorado. El Milei del domingo a la noche no es el Milei de la televisión que hemos visto, pero él decidió esa estrategia de no cometer errores", manifestó.
También se refirió al discurso del economista ultraliberal en el bloque de derechos humanos. Al respecto, Quevedo dijo que "se vio obligado a abordar el tema" porque fue el segmento elegido por el público y que la estrategia de Milei fue continuar con "la narrativa de violencia" que lo caracteriza.
"Él sólo habla de manera vehemente, habla de motosierra, dinamitar el Banco Central, es su lenguaje, tiene una narrativa violenta. Cuando le toca hablar de eso, yo creo que él debe haber pensado que no iba a renunciar a algo que había tercerizado en Victoria Villarruel, y, como corresponde, fue más a fondo", agregó.
Y concluyó: "Fue más enfático que Victoria Villarruel. (...) Se hizo cargo del discurso de la dictadura sobre la dictadura. Fue al guion de los militares sobre lo que fue la dictadura civico militar, dio un paso más allá, el quiso ser más fuerte que Villarruel".