Los residentes de París están alarmados ante la epidemia de chinches que se propaga rápidamente por toda la ciudad. Todo comenzó hace poco más de un mes, cuando los usuarios de redes sociales comenzaron a viralizar videos de estos insectos en cines, transporte público y, más recientemente, en escuelas.
A meses del inicio de los Juegos Olímpicos 2024, --que comienzan en Paris el próximo mes de julio-- la sede del torneo deportivo internacional que atrae cada cuatro años a millones de turistas de todo el mundo está alarmada ante la creciente proliferación de estos insectos que invadieron tanto los hogares como los espacios públicos y que tiene preocupada a la ciudadanía.
Las redes sociales se llenaron de vídeos en los que usuarios del transporte público grabaron a estos insectos en lugares como el metro de París, de los trenes de alta velocidad y hasta en el aeropuerto Charles-de-Gaulle de París.
La preocupación por la invasión de chinches llegó a la esfera política. En este sentido, la comuna de París le pidió al presidente Emmanuel Macron su ayuda para colaborar con la desinfección, incluso solicitaron la creación de un grupo de trabajo específico para combatir a estos insectos. Por otra parte, el ministro de Sanidad, Aurélien Rousseau, instó a la población a no entrar en pánico, mientras que la primera ministra, Elisabeth Borne, prometió medidas contundentes para abordar el problema.
El Ministro de Transportes, Clément Beaune, a su vez, dijo que convocaría la próxima semana a representantes de los operadores de transporte público "para informarles sobre las medidas y dar pautas para proteger a los viajeros".
Por qué se propagaron y cómo se transportan
Las chinches, que habían desaparecido en gran medida de la vida cotidiana en la década de 1950, resurgieron en las últimas décadas, principalmente debido a las altas densidades de población y al mayor transporte público.
Se estima que una décima parte de los hogares franceses tuvieron en las últimas semanas un problema de chinches, lo que normalmente requiere una operación de control de plagas que cuesta varios cientos de euros y que hay que repetir a menudo.
Uno de los lugares donde más preocupación pueden levantar entre las personas es la cama. Las chinches de cama son una fuente de malestar físico. Se alimentan de sangre humana, y sus picaduras pueden causar una serie de síntomas dermatológicos, que incluyen irritación cutánea, enrojecimiento y una sensación de picazón intensa. El riesgo se magnifica si consideramos que las áreas con alta concentración de turistas, como hoteles o albergues, pueden convertirse en focos de infestación si no se toman las precauciones adecuadas.
Aunque no es sencillo detectar la presencia de chinches de cama, las picaduras suelen ser el primer indicativo de que estos parásitos se han establecido en el colchón, en la ropa o incluso en el equipaje. Estas mordeduras, por lo general pequeñas, se caracterizan por causar hinchazón y una comezón intensa. Comúnmente, las áreas afectadas son el cuello, las manos y las extremidades, aunque no es raro que las picaduras aparezcan en otras partes del cuerpo.
La agencia nacional de salud de Francia recomendó que las personas revisen las camas de sus hoteles cuando viajen y tengan cuidado al introducir muebles de segunda mano o colchones usados a sus hogares.
Las chinches tienen la costumbre de anidar en los colchones, aunque también pueden esconderse en la ropa y el equipaje. Los expertos señalan que suelen salir de noche para alimentarse de sangre humana.
La mala noticia es que cuesta mucho eliminarlos. La buena, que en principio no transmiten enfermedades, al contrario que las garrapatas y las pulgas. “En el estado actual de los conocimientos, el chinche no está considerado como un vector de agente patógeno”, aseguraron desde la agencia nacional de sanidad francesa.