Quince años tomó a un gobierno colombiano pedir perdón por uno de los capítulos más oscuros de su historia: los conocidos como "falsos positivos", las ejecuciones extrajudiciales de jóvenes inocentes que el Ejécito hizo pasar por guerrilleros para inflar los logros contra la guerrilla de las FARC. Fueron 6.402 los casos, según los números de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Este martes, en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá, el Gobierno, encabezado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, pidió perdón por 19 "falsos positivos" cometidos en 2008 en el departamento de Norte de Santander (fronterizo con Venezuela).
Julián Oviedo, Carlos Alberto Redondo, Mario Alexánder Arena, Diego Alberto Tamayo y Omar Leonardo Triana son algunos de estos 19 jóvenes procedentes de la localidad de Soacha, vecina a Bogotá, que fueron engañados con promesas de falsos trabajos para ser asesinados y presentados como bajas guerrilleras en combate por el Ejército en Norte del Santander.
La reacción de las madres de Soacha
"Muchas gracias", se limitaron a decir algunas madres al tomar el micrófono, después de repetir el nombre de sus hijos. Pero, a pesar de la gratitud por el acto, las madres incidieron en que llega tarde y las excusas vienen por parte de un Gobierno que no tuvo que ver en los hechos: "Este acto debe ser un acto de perdón y no debería ser el ministro que está actualmente (el que lo haga)", aludió Gloria Ástrid Martínez, madre de Daniel Alexander Martínez, asesinado el 9 de febrero de 2008.
Mientras que Florinda Hernández, madre de Elkin Gustavo Verano Hernández, asesinado el 15 de enero de 2008, señalaba directamente: "Era Juan Manuel Santos, el que debería haber estado presente para que nos diera la cara y nos pidiera perdón", criticó.
Santos, quien como presidente ganó el Premio Nobel de la Paz en 2016 tras firmar la paz con las FARC, fue uno de los ministros de Defensa durante los peores años de ejecuciones extrajudiciales, que coincidieron con el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).
Patrón macrocriminal
La JEP, el tribunal especial creado por el acuerdo de paz, que es el que más lejos ha llegado juzgando este episodio ha determinado que las fuerzas armadas desarrollaron un "patrón macrocriminal" en el que participaron también los paramilitares y que acabaron con la vida de 6.402 jóvenes, sobre todo de bajos recursos.
Desde entonces, madres como las de Soacha han emprendido una búsqueda por sus hijos, por recuperar los cuerpos que fueron desaparecidos, pero también por exigir justicia y saber "quién dio la orden" para que los asesinaran.
"Nuestra lucha no termina y seguiremos adelante para lograr encontrar a los verdaderos responsables y encontrar y saber quién dio la orden de cometer estos crímenes", alegó Jackelin Castillo, hermana de Jaime Castillo y presidenta de las Madres de Víctimas de Falsos Positivos (Mafapo).
La palabra del Ejército
"Reconocemos que hubo hechos dolorosos cometidos por integrantes del Ejército Nacional que jamás debieron haber ocurrido", dijo el comandante de esa fuerza, general Luis Ospina, durante el acto en Bogotá.
Los asesinos y sus cómplices "mancillaron la legitimidad" de la institución, agregó el alto mando. "Ofrecemos nuestras sentidas y sinceras disculpas" y "pedimos perdón", sostuvo.
Petro: "Que los fusiles no se apunten contra el pueblo nunca jamás"
Este martes el presidente Gustavo Petro se sumó al arrepentimiento y calificó la práctica como un "genocidio". "Que los fusiles no se apunten contra el pueblo nunca jamás", sostuvo el mandatario, crítico de gobiernos anteriores y antiguos jefes militares.