As bestas 8 puntos
España/Francia, 2022
Dirección: Rodrigo Sorogoyen
Guión: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen
Duración: 137 minutos
Intérpretes: Denis Ménochet, Luis Zahera, Marina Foïs, Diego Anido, Luisa Merelas, Marie Colomb.
Estreno: Disponible en salas.
Versión actualizada de la dicotomía "civilización o barbarie", As bestas, quinto trabajo del español Rodrigo Sorogoyen, plantea esa disyuntiva desde lo moral, pero la articula a partir de un realismo materialista abrumador. En la superficie, la película pone en escena un enfrentamiento entre vecinos. El escenario es un pueblo de monte en la Galicia más profunda, que de idílico solo tiene el paisaje. Ahí fueron a vivir Antoine y Olga, una pareja de franceses que se propuso encarar el último tramo de su vida en un ambiente natural, dedicados a cultivar la tierra para vender sus frutos entre la pequeña comunidad.
El conflicto inicial ocurre fuera de campo. Una empresa noruega ofreció comprar las tierras del pueblo para instalar ahí un parque eólico, pero Antoine y parte de los aldeanos se negaron a vender. A partir de ahí, Xan y Lorenzo, dos hermanos que crían vacas en una granja lindera a la del francés, se dedican a hostigarlo, culpándolo por interponerse entre ellos y la posibilidad concreta de una vida menos sacrificada. En sus dos primeros tércios, la película construye una atmósfera que revive aquello que Sam Peckimpah narró 50 años antes en la icónica Perros de paja, con los locales generando un clima opresivo en torno de ese "otro", al que ven como un invasor.
Sorogoyen hace confluir varias líneas de conflicto en la colisión que se produce entre los dos mundos que representan Antoine y Olga de un lado, los dos hermanos del otro. En primer lugar, contamina esa vecindad cotidiana a partir de otros vínculos que los empapan culturalmente. Por un lado el de España y Francia, dos de las naciones más antiguas de la Europa moderna, cuya historia está atravesada por guerras y rencores ancestrales. La Francia iluminada representa la razón civilizadora; la España semirural, casi medieval en muchos aspectos de su cultura, asume el papel bárbaro.
La otra diferencia se articula en torno al conflicto de clases y a la forma en que ese origen social determina la percepción del mundo y la realidad. Antoine y Olga encarnan al europeo urbano e instruido, solvente en términos económicos, que desde su relativa comodidad puede darse el lujo de adherir a causas superiores como la ecología. Xan y Lorenzo pertenecen a la masa trabajadora, la porción mayoritaria de cualquier sociedad. Para ellos, la posibilidad de acceder a un capital que les permita un ascenso en la escala social, por más leve que este sea, representa una oferta imposible de rechazar. No importa de dónde venga esa plata, no importa quién se interponga.
As bestas asume el punto de vista de Antoine, que coincide con el del espectador medio, por lo general de origen urbano y de clase media o alta. A partir de esa mirada, ya desde la notable secuencia inicial se dedica a construir un clima de animadversión contra lo rural/ popular. En ella filma la Rapa das Bestas, una fiesta tradicional gallega donde los hombres de monte someten a los caballos salvajes cuerpo a cuerpo y que, como la tauromaquia o los sanfermines, representa lo más primitivo de la cultura española. Esa escena sostiene la atmósfera agobiante, que alcanza su expresión más álgida en los cruces entre los hombres en la taberna del pueblo.
Pero Sorogoyen no evita el riesgo, partiéndo la película en dos de forma hitchcockiana. Esa fractura también cambia el punto de vista, abandonando el retrato masculino para asumir una perspectiva femenina. La alteración resulta reveladora, en tanto permite empezar a reconocer detalles del conflicto que permanecían ocultos tras la puja entre machos. El cambio también repercute en lo narrativo, porque si en sus primeros tercios As bestas se articula como thriller violento, en el tramo final el tono vira hacia un oscuro drama familiar no exento de tensión.