En un nuevo intento por derribar viejos modelos sociales, la presidenta de Chile Michelle Bachelet anunció hoy un proyecto para legalizar el matrimonio igualitario y con ello, abrir la puerta a la adopción por parte de personas del mismo sexo, iniciativa que se suma a la despenalización del aborto, aprobada recientemente por el Parlamento trasandino.
El proyecto de matrimonio igualitario contempla, entre otros puntos, cambiar la definición del matrimonio en la actual legislación como el vínculo "entre un hombre y una mujer" por la unión "entre dos personas", explicó Bachelet desde La Moneda, la sede del Ejecutivo.
De convertirse en ley, "un niño o niña podrá ser adoptado indistintamente por un matrimonio heterosexual u homosexual por el solo hecho de ser cónyuges, sin necesidad de modificar la ley de adopciones", aclaró la mandataria socialista.
"Lo hacemos con la convicción de que la igualdad no admite matices ni prejuicios, en la certeza de que no es ético ni justo poner límites artificiosos al amor o negar derechos esenciales solo por el sexo de quienes integran una pareja", justificó la Jefa de Estado.
Desde 2015 está vigente en el país el Acuerdo de Unión Civil (AUC), una ley que permite a dos personas del mismo sexo que conviven o deciden vivir juntas celebrar un contrato con el fin de regularizar los aspectos jurídicos, como herencias y pensiones, pero no pueden adoptar.
Al igual que la interrupción del embarazo en tres causales, la iniciativa sobre el matrimonio homosexual es una de las promesas de campaña de Bachelet, quien concluye su segundo mandato en marzo de 2018 (el primero fue entre 2006 y 2010.
De hecho, las elecciones presidenciales y parlamentarias se celebrarán en poco más de dos meses, el 19 de noviembre, por lo que es improbable que el proyecto alcance a ser aprobado en la actual legislatura, según admitieron dirigentes del Movimiento Liberación Homosexual (Movilh), que celebraron la iniciativa.
"Como Movilh proyectamos una discusión de dos años una vez (que) el proyecto ingrese (al Congreso)", sinceró hoy el vocero del organismo Óscar Rementería.
Un poco más demoró el trámite legislativo para que fuera aprobado el proyecto de ley que despenaliza la interrupción del embarazo cuando exista riesgo de vida para la madre, inviabilidad del feto o violación.
Tras ser aprobado por el Congreso luego de dos años y medio de discusión parlamentaria, la derecha llevó el asunto al Tribunal Constitucional (TC) para pedirle que lo declarase inconstitucional. Sin embargo, la semana pasada la Corte rechazó el pedido y la iniciativa quedó ahora lista para su promulgación.
Chile es uno de los pocos países del mundo donde el aborto está prohibido en cualquier circunstancia. Incluso su práctica es castigada con cárcel. La iniciativa era apoyada por más del 70 por ciento de los chilenos, según encuestas recientes, a pesar del fuerte rechazo de las Iglesias cristianas y de los sectores más conservadores del país.
La influyente Iglesia católica, que también impugna el nuevo proyecto del Gobierno, llamó incluso a sus fieles a no votar en las próximas elecciones por aquellos candidatos a la presidencia que apoyaran el aborto en las tres causales específicas.