Aunque era la típica chica que se sentaba atrás en el aula a dibujar sin que la vean durante las clases, cuando Gabriela Sitto terminó la secundaria en 2007 decidió estudiar Letras porque también la apasionaba la lectura, aunque en su ciudad cordobesa natal, Hernando, ni siquiera había librerías. “Lejana”, título de un cuento fantástico de Cortárzar en Bestiario, le sirvió de nombre para su blog donde a partir de 2009 –ya instalada en Córdoba Capital– comenzó a difundir sus dibujos, sus tiras, su universo gráfico. El cuento es la historia de dos mujeres que viven en distintas partes del mundo, pero son la versión lejana una de la otra. El blog fue su forma de reunir literatura y dibujo, una doble unión que pasó a ser su vida, y el nombre del blog su firma.
Lejana no podía dejar de dibujar porque para ella no solo significaba producir imágenes sino también desatar una lucha contra sus fantasmas. “Tengo muchos problemas visuales, veo con un solo ojo, de hecho. Cuando debo haber tenido siete u ocho años, un oftalmólogo, con poco tacto y mucha negligencia, me dijo que me iba a quedar ciega a los 30. Para mí fue una maldición horrible”, dice Lejana ahora, que ya promedia la tercera década de vida y este año fue nominada en los Trillo y los Cinder, los premios más importantes de la historieta argentina, por su fanzine Un lugar mejor (2022), el relato de una actriz que quiere fabricar las últimas imágenes que verá antes de morir. “Para mí lo peor que me podía pasar de ser ciega es no volver a dibujar. Tenía un cuaderno específico, que le había pedido a mi mamá, para dibujar con los ojos cerrados. Volvía de la escuela y practicaba dibujar ciega.” Fue su entrenamiento de demiurga, inventar las formas que nos saquen de las tinieblas. El lápiz guiado directo por la imaginación, sin pasar por la vista. Tal vez por eso no necesitaba estudiar Bellas Artes, porque había encontrado su propio método para enfrentar a la oscuridad con su lápiz, se había ejercitado desde niña para producir imágenes que nadie había visto. Pero hubo más.
La protagonista de Lápiz mágico (2018), una historieta fanzine de Lejana, lleva a cuestas un arsenal de lápices para retratar a los roedores que pasan. Mientras cruza un río pierde sus herramientas para dibujar y termina en un cementerio de crisálidas lleno de capullos vacíos. Con un palo, dibuja unas alas alrededor de un capullo donde entra a dormir. En esa imagen congelada termina la historieta, en ese momento donde la transformación es un sueño dibujado, y demuestra que se puede dibujar con un palo de manera salvaje. Por eso, ir a Córdoba Capital para Lejana no significó acceder a un sistema sofisticado, académico, legitimado de hacer historietas, sino agudizar su personalidad gráfica insumisa, su propio método inventado. Junto a Flora Márquez, otra historietista cordobesa, fundó la revista Las fieras, que desde 2018 se propuso como grito de guerra: “Esta revista se abre como un rugido, un aullido. Es una declaración de salvajismo. Venimos en cuatro patas a saquearlo todo, a desgarrar la carne con los colmillos afilados. Dejamos de esperar un permiso o buscar aprobación para dibujar historietas. Simplemente las hacemos y de la forma más salvaje.”
Las fieras se proponía ser un fanzine-revista que amplifique el crecimiento feminista en la historieta con una alternativa más. Si bien las voces de mujeres eran más visibles, faltaban editoras: el mundo editorial seguía dominado por varones. Los cinco números de Las fieras lograron nuclear a varias docenas de femininjas que ya son parte sustancial de la renovación local de la historieta en el último lustro.
En paralelo a la revista, a esa comunidad creada, las publicaciones de Lejana desarrollaron una estética de la reunión, de convocar a la literatura y al dibujo para crear formas de narrar en la encrucijada. Ningún proyecto narrativo es similar a otro, siempre sus diseños de página, incluso sus dibujos y recursos varían. La narración de Increíblemente humanx (2019) es un universo dominado por un Ministerio de Robótica y la resistencia frente al control de los cuerpos, mientras que Cordyceps (2022) parece la reescritura de una escena perdida de El eternauta en diarios personales cruzados en un postapocalisis con lluvia de esporas que aniquilan a la humanidad. Lejana puede usar división en cuadritos o no, sostener una grilla en todo el relato o no, hacer que personajes hablen con globos o no, usar grises o no, sostener el blanco y negro o el color. De un fanzine a otro hay distintos modos de quebrar la oscuridad, de generar relatos.
Lo fantástico, lo maravilloso, la ciencia ficción son géneros a los que se acerca pero nunca parecen sacados de un mismo mundo ni con las mismas reglas. Los seres humanos pueden ser más realistas, más bestiales, parecer insectos, mezclarse con animales o imitarlos. Más que un estilo que se asienta, Lejana convoca recursos que inventan caminos y transformaciones. Aunque su obra ya reúne cientos de páginas, y mientras sus compañeras de generación publican o compilan sus historietas en libros, ella sigue produciendo fanzines: el formato editorial menos industrial, menos comercial o programático. Y también elige autoeditarse.
Una de las publicaciones de este año pertenece a una serie iniciada en 2021 que se llama “Crecer hubiera sido un crimen”, título que cita un verso del poema “Los perros románticos”, de Roberto Bolaño. Sigue a dos amigas, una rata y una humana disfrazada de rata, que viven en una ciudad entre animales antropomórficos y humanos. “Hago estas historietas para mis amigxs, como hechizo y ofrenda para que no tengamos que seguir creciendo ni madurando ni pagando el monotributo ni haciendo trámites y podamos pasar toda la eternidad tomando birrita en el parque”, escribe Lejana sobre esta serie que quiere perpetuar un estilo de vida donde lo fantástico social no sea aplastado por el trámite a la adultez y sus valores perimidos.
Su último fanzine es Los pájaros y reúne dos historietas muy distintas en bosques y ámbitos rurales con fantasías relacionadas con aves. Ese fanzine-cuadernillo contiene otro fanzine más pequeño, independiente, que anida en su última página. Tiene formato acordeón y sus páginas presentan seis especies de aves autóctonas. Al desplegarlo, se estira como si fuesen las alas de un pájaro de origami, es lo más parecido a sacar una paloma de una galera. Una historieta que nos regala un truco inmejorable para combatir los crímenes de crecer y quedar encerrado en la adultez: salir volando.
Los fanzines de Lejana se consiguen lejana.empretienda.com.ar y su instagram es @la_lejana.