El Gobierno pronostica una rápida solución sobre el bloqueo estadounidense al biodiesel argentino. Hoy realizó un descargo formal en Washington en el que rechazó los aranceles compensatorios que impuso Estados Unidos al biocombustible argentino, de hasta 64 por ciento, que en la práctica implica un bloqueo a las exportaciones. La presentación exhorta a encarar tratativas que permitan acercar posiciones y retomar los envíos. En tanto, se mantiene abierta la vía de la negociación, pese al baldazo de agua fría que significó la decisión unilateral de la administración Trump luego de que el gobierno argentino abriera el mercado a carne de cerdo estadounidense, vedado hace 25 años por cuestiones sanitarias que aún persisten. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, dijo que confía en que la semana que viene haya novedades. "Esta mañana hablé con (el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio) Reyser, que está coordinando esto, y dijo que va a ser muy rápido y que hoy (por ayer) se está reuniendo con la Cámara Argentina de Biocombustibles. Esperamos tener novedades la semana que viene", afirmó Cabrera en Casa de Gobierno.
El año pasado, los productores argentinos dirigieron más del 96 por ciento de la generación de biodiesel al mercado estadounidense por un valor de 1200 millones de dólares. Para este año se estimaba un monto similar, de 1250 millones, pero se vio interrumpida por la decisión del gobierno estadounidense de aplicar un arancel de hasta 64,17 por ciento para las compras de biodiesel argentino. La medida se conoció luego de que ambos gobiernos acordaran el ingreso de cerdo estadounidense como compensación para la apertura de ese mercado a los cítricos argentinos. Sin embargo, el acuerdo permite exportar 50 millones de dólares anuales en limones pero se pierden 1200 millones en biocombustibles, ya que con esos aranceles no es negocio venderle a ese país.
Cabrera aseguró que habló también con el secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross, a quien le trasladó la queja porque la medida es perjudicial no sólo para la industria de biocombustible, sino para toda la cadena sojera, ya que el mercado se concentrará en vender aceite de soja y eso hará caer los precios. Esa reprimarización de las exportaciones generará un excedente de 1,5 millón de toneladas anuales de aceite de soja local que no encontrarán fácilmente mercado y, por ende, deprimirá los precios. Según estimó el funcionario, el gobierno espera "llegar lo más rápido posible a las cláusulas de suspensión". El ministro insistió en que el arancel es "absolutamente fuera de escala y así lo manifestamos". "Sabíamos que iba a haber un arancel preliminar porque había habido una denuncia, y ese es el procedimiento, pero esperábamos que ese arancel estuviera en el 25 por ciento, que es el promedio, y no desde el 57", agregó Cabrera.
El ministro reconoció que estos niveles son un bloqueo. "Son un problema serio, porque no genera un incentivo para el sector privado americano de sentarse a negociar. Con este nivel de aranceles no va a haber ningún tipo de exportación hacia los Estados Unidos", aseguró. El descargo formal, según dejaron trascender desde el gobierno, se focalizará en que la producción de biodiesel argentino no se encuentra subsidiada mediante los diferenciales de retenciones. El presidente de la Cámara de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, aseguró que la Argentina "tiene un esquema de retenciones en la cadena de la soja, y esas retenciones tienen distintos valores de acuerdo al nivel de industrialización que tienen sus productos; el poroto, la materia prima, tiene mayor nivel de retenciones". Las retenciones a las exportaciones de soja sin procesar tributan un 35 por ciento, seguido por aceite (27 por ciento) y el combustible alternativo (sin arancel).
La defensa argentina también se escudará en que los argumentos de los productores estadounidenses, que promovieron el bloqueo del ingreso del biocombustible argentino, son similares a los esgrimidos por la Unión Europa, que en 2012 impuso aranceles de casi 25 por ciento para sus compras a la Argentina. La Organización Mundial de Comercio (OMC) ordenó una baja considerable de esos derechos compensatorios, aunque todavía continúa sin efectivizarse. De hecho, el gobierno, a través de su ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien se encuentra promocionando carnes, vinos y yerba mate en la comuna francesa de Saint Tropez, trató de desviar la atención sobre el tema asegurando ya se está listo para retomar la exportación al mercado europeo. Pero ni Buryaile ni Cabrera dieron fecha para el primer embarque.