Todo está listo en las grandes carpas ubicadas en Vicente López para el estreno del show más argentino del Cirque du Soleil: Messi10, el gran espectáculo que homenajea al ídolo y, de paso, lleva al público a revivir las emociones todavía a flor de piel que dejó la Copa del Mundo. Cuesta imaginarlo a priori: el circo y sus increíbles destrezas son el vehículo para lograr esto. La comunión menos pensada suma destreza y tecnología, y el sello de calidad de la empresa creada en Canadá en los 80, que hoy es una productora global con 19 compañías y espectáculos itinerantes, de los cuales este es el único dedicado a un ídolo vivo (hay también sobre Michael Jackson y The Beatles), coproducido por una empresa argentina. Desde este jueves 5 podrá verse el espectáculo, pero en el Complejo al Río una pequeña multitud termina de montar todo y ensaya desde hace semanas, siguiendo una intensa y organizada rutina.
Página/12 accedió a una recorrida por el backstage de este espectáculo, una suerte de pequeña Babel en la que suenan distintas lenguas y se mezcla el armado de la técnica con el entrenamiento deportivo. La larga fila de contenedores -23 en total- es lo primero que llama la atención al ingresar, a un costado del predio. Trasladaron, literalmente, el espectáculo entero: las carpas, el escenario -que cuando comience el show no se mantendrá estático, subirá y bajará en cada cuadro-, las butacas -dispuestas como en un estadio, con dos tribunas-, las luces y el sonido, la pantalla gigante que permanecerá oculta hasta dar una sorpresa, los grandes aparatos sobre los que se cuelgan los artistas, el vestuario, las máquinas para mantenerlo a punto, y un largo etcétera.
Durante la pandemia, todo esto había quedado varado por largos meses en un barco en medio del mar, ¡y también 110 personas a bordo! Los artistas pudieron regresar a sus países atravesando dificultades varias. Pasó un tiempo hasta que la troupe logró retomar rumbo a Arabia Saudita, para ir luego a Qatar y recalar luego en estas tierras. Aquí, el espectáculo ya pasó por Salta y Rosario, pero en esas ciudades se "adaptó" a estadios preexistentes; en Buenos Aires, en cambio, todo el espacio está montado de cero.
Con disciplina
El ritmo es intenso y las personas que circulan por las carpas en la previa, muchas. Aquí y allá se escuchan saludos y conversaciones en varios idiomas. Es que el elenco de 32 artistas proviene de lugares tan distantes como Etiopía, Ucrania, Rusia, Bielorrusia, Bélgica, Taiwán, Alemania, Suiza, China, Chile, Francia, Portugal, Estados Unidos, España, Italia. Y hay también argentinos: aquí están Esteban Mascó, especialista en banquina (esos vuelos acrobáticos grupales que cortan la respiración), y Roque Bisciotti, que también se luce en las alturas, pero colgado de la cuerda lisa.
Cada disciplina tiene su zona de entrenamiento, con turnos que van desde las 9 a las 20 horas. El diagrama diario que cuelga de una pizarra muestra una primera zona para el trapecio, la cuerda y el grupo de banquina, que además del argentino incluye a un ruso y un ucraniano, "están juntos desde antes de la guerra, se llevan maravillosamente bien y sufren juntos lo que pasa en sus países", cuentan.
En otra zona se ensaya mástil chino -esa disciplina en la que los artistas parecen quebrar la gravedad al hacer figuras con sus cuerpos sobre el mástil-; en otra la "Danza del Dragón": una disciplina de precisión de la que aquí se ensayan al milímetro los movimientos que luego serán reproducidos en altura. Más allá comienzan a entrenar con el diábolo, los movimientos de ese juguete de malabaristas, cirqueros y payasos que gira sobre una cuerda por los aires son aún bajos, pero igual sorprenden: "están recién precalentando", explican.
Los colores del fútbol
La recorrida sigue. Hay también un comedor, una "zona de salud", con equipos de kinesiólogos, y un gran espacio de reparación de vestuario, con varias talleristas asignadas: cada artista realiza varios cambios, las prendas se lavan después de cada función, y por la intensidad de los ejercicios la ropa siempre necesita una puesta a punto.
Los largos percheros de vestuario ocupan la zona definitivamente más colorida del armado. Los diseños fueron creados en la sede central del Cirque, en Canadá. También las telas, con texturas que remiten al fútbol, y no sólo a las camisetas: en las tramas de mallas y enterizos se adivina el pasto, la red de fútbol, las pelotas. "Nada es comprado, todo es creado de cero en los talleres del Cirque, esa es una marca de la compañía", cuenta Tomás, que viene girando con el circo por Barcelona, Doha (Qatar) y Riad (Arabia Saudita).
Aquí está también el área de maquillaje, de la que cuelga una serie de tarjetas de referencia, con fotos de cada artista y el paso a paso del procedimiento para arribar al colorido resultado final en cada rostro. "Cada maquillaje tarda entre una hora y una hora y media, y son 32 artistas en escena. No podríamos tener semejante despliegue de maquilladores, así que parte del entrenamiento, además de cada disciplina, es que los artistas aprendan a maquillarse ellos mismos", cuentan desde la producción. Hay una sola excepción: el contorsionista recibe diariamente una sesión de body painting, su cuerpo pintado es en buena parte el traje para su actuación.
Ya llegando al escenario, se atraviesan dos zonas diferentes de backstage. Una larga pared la ocupan, claro, las pelotas: hay 120 en escena. Tienen distintos diseños, tamaños, pesos. Una está "automatizada" (no se revelará el efecto para evitar el spoiler). Hay dos artistas que se especializan en freestyle -los asombrosos jueguitos con la redonda-, pero en muchas otras escenas, claro, aparece la pelota, y los artistas de todas las disciplinas recibieron entrenamiento futbolístico. "El fútbol atraviesa todos los cuadros y todos los aspectos", dicen los técnicos que asisten el backstage. Pero, tal vez, no de la manera imaginable cuando se piensa en un show sobre Messi y sobre este deporte.
Imposible
"Les traemos un proyecto imposible", cuenta que le dijo a los responsables artísticos del Cirque du Soleil Diego Sáenz, CEO de PopArt Music, la productora que ya había trabajado en 7éptimo Día, el espectáculo sobre Soda Stereo que se vio en el Luna Park en 2017. "Nada es imposible para el Cirque du Soleil", le respondieron. La idea de hacer un show sobre Lionel Messi, que entonces no era Campeón del Mundo, pero sí una figura global que brillaba en el Barcelona, les pareció efectivamente imposible en un principio. Pero pronto empezó a tomar forma.
El concepto del espectáculo fue algo así como una "deconstrucción", cuenta. No hay un protagonista, alguien "que haga de Messi". Tampoco se verá un espectáculo sobre fútbol, aunque haya muchos guiños futboleros. A lo que se apuntó, en cambio, es a resaltar en cada cuadro "un valor que transmite Messi". Algo que excede, como se sabe, lo estrictamente futbolístico. Y a resaltar un mensaje que es algo así como el slogan del espectáculo: "Hay un 10 en cada uno de nosotros".
Messi participó del armado de ese concepto, "se involucró activamente, mucho más de lo que hubiéramos imaginado", aseguran. Propuso cambios: en el cuadro que transmite el valor de la familia, se agregaron cuatro "pilares": su esposa, sus hijos. "El quería reflejar el soporte que fueron y son en su vida y en su carrera. Está transmitido a través del arte, no es explícito, pero si se presta atención, se interpreta ese sentido", dice Sáenz. La música que suena allí también es la que el astro eligió: "Tú sin mí", de Dread Mar I.
El astro también "actuó" para este espectáculo. Filmó secuencias que se pueden ver tanto en el show del Cirque como en el Messi Challenge, una novedad previa al show -y con entrada aparte-: un circuito de desafíos que invitan a jugar a "ser Messi por un día". Además, su rostro y su cuerpo fueron tomados por 96 cámaras en 360 grados que lograron un "Messi digital", que funciona a partir de los movimientos y gestos del 10.
Emoción mundial
El estreno de este espectáculo, en 2019 en Barcelona, fue con el Messi astro del Barsa, muy cargado de azul y rojo, con goles en el Camp Nou en las pantallas, y hasta con el "Alé, Alé" de la hinchada en el cuadro de "fans", en el que adquiere participación el público desde las butacas-tribunas. Primero la Copa América, y luego la Copa del Mundo, claro, transformaron a Messi10 en otra cosa. Y no sólo por el hit global "Muchachos", que por supuesto se incorporó al espectáculo.
Sáenz dice que hubo un día, uno solo, en el que se instaló una duda. "Teníamos el show montado en Riad, la fecha en Argentina (que se pospuso por el modo en que la pandemia trastocó el calendario de las giras de los espectáculos por el mundo). Pero por un momento me pregunté: ¿cómo hago para vender un show que celebra a 'Argentina Campeón' en Chile, por ejemplo? Increíblemente, la primera que llamó para pedirlo fue una productora chilena", recuerda. "Acá todos los niñitos y niñitas tienen la camiseta de Messi: es la capa de superhéroe", le informaron desde Chile. Era el adelanto de lo que sería un fenómeno global muy particular, que se sigue amplificando hasta hoy.
"Messi se transformó en una figura que transmite mucho más que una capacidad futbolística única. Es la valoración del esfuerzo, de la superación, del juego en equipo, de la familia, la humildad, el tipo que no cambió, que fue maltratado y siguió adelante. A Messi lo admiramos y lo queremos por mucho más que por ser un astro del fútbol. Es verdaderamente un superhéroe, un ejemplo a seguir. Y este show es la celebración de todo eso, y de la alegría que nos dio en el Mundial, que no se nos va", define Sáenz.
"Gracias, muchachos"
Un ejemplo pone Sáenz de todo esto que es Messi. Abre su celular y muestra un video que no se difundió en redes. "En los primeros ensayos estábamos re entusiasmados por cómo iba quedando todo y se me ocurrió filmar un videíto y mandárselo a Leo. No a él directamente, claro, a gente que está con él y que tal vez, no sabíamos, se lo podía mostrar. Fue un intento, sabía que capaz no se daba. Nunca hubiera imaginado que nos iba a responder Leo en persona, a las dos horas, con otro video", relata.
"Gracias, muchachos, por todo lo que están haciendo, la verdad me gustó mucho, ¡muchas gracias!", les dice Messi con una sonrisa y mandando un saludo. "¡Mañana jugamos con el equipo de Mukhtar!", agrega con un guiño. El bailarín y coreógrafo Omar Sharik Mukhtar, inglés de origen somalí, fanático del Manchester United y futbolero declarado, es el director de Messi10. En el partido del día siguiente el Barsa resultó vencedor.
La "humildad", el "don de gentes" de Messi son recordados también por la troupe. El día del estreno, cuentan, fue a ver el espectáculo. Subió al escenario en el momento final, aplaudió, saludó a la gente. Hasta ahí era parte de lo acordado; a los artistas les pidieron que no se acercaran demasiado, que no lo molesten. Así sucede con los astros, hay una distancia impuesta, un entorno que se encarga de mantenerla. Pero Lio quiso ir detrás de escena y se ocupó de agradecerles y saludarlos con un abrazo, uno por uno. La foto que muestra a todo el equipo sonriente junto al astro es, dicen, la mejor de todo el show.
* Messi10 se presenta en el Complejo al Río, Laprida y Bartolomé Cruz, Vicente López, con funciones de martes a domingo hasta el 15 de noviembre.