La exposición de Patricia Bullrich en el coloquio de IDEA no sufrió las consecuencias de un zonda, como llegó a aventurarse, por el simultáneo almuerzo de Javier Milei con empresarios. La sala estaba llena y los asistentes aplaudieron cada una de sus intervenciones, incluso alguna donde los contradijo cuando descartó la posibilidad de fijarle un límite temporal a los decretos de necesidad y urgencia. Dijo que si no cuenta con el apoyo del Congreso para modificar leyes laborales, lo hará por decreto y planteó un discurso fuertemente anti-Estado al calificarlo como un "monstruo".
Restringir derechos laborales
Ante el público empresario Bullrich habló de reformar las leyes laborales “para que el empleo fluya”. "Vamos a pasar a un esquema de tres años tres sueldos y 10 años 10 sueldos, vamos a derogar todas las leyes que han destruído el concepto de la indemnización y que han ampliado el juicio como una de las maneras de resolver los problemas laborales, y eso lo vamos a hacer rápido”, aseguró. Además recordó: “Encontré en cada rincón del país una empresa que dice: 'yo podría duplicar mi personal (…) si me dan las condiciones de seguridad jurídica para que ese empleado no termine llevándose mi empresa, o mi pyme o un bien de capital'”.
Con pocas precisiones declaró que avanzará en “un régimen especial simplificado y barato para todas las personas que hoy están en la informalidad y quienes tienen planes sociales”. “Desde el primer día vamos a hacer que los planes sociales no sean incompatibles con el trabajo”, aseguró, algo que hoy ya ocurre con el Plan Puente de Sergio Massa. “Por supuesto que los planes van a tener terminalidad y van a tener obligaciones, y habrá grupos muy vulnerables (…) donde se mantendrán, pero nosotros en 4 años queremos tener un mercado laboral que duplique la cantidad de empleos privados y públicos”, afirmó.
Bajar impuestos y levantar el cepo
“Todo lo vamos a hacer rápidamente”, reiteró y aseguró que “la prohibición de los cepos, la prohibición de emisión y algunos elementos más que estamos terminando de definir serán incorporados en una nueva Carta Orgánica del Banco Central". Además habló de instituir un “prohibido prohibir” para que “funcionarios de cuartas líneas no puedan cerrar o abrirte las importaciones”.
“Lo primero es solidez fiscal”, insistió aunque se refirió a connotaciones más políticas que macroeconómicas. “El Estado burocrático es un monstruo que te traba todo: tenés que pensar en seis, diez y doce meses para sacar adelante un trámite, hay instituciones que están totalmente infiltradas por la corrupción, ni hablar de lo que es la Aduana hoy (…) y después tenés los que te traban la gobernabilidad”, continuó.
Sistema de enmiendas
Al reconocer las dificultades jurídicas para impulsar ciertos cambios, como en la Carta Orgánica del Central, Bullrich habló de las “reglas pétreas” de la Constitución Nacional y dijo que “abrir la Constitución en Argentina no es una cosa de todos los días: queremos ir a un sistema de enmiendas para poder abrirla más fácilmente”.
La coparticipación federal es una de esas reglas pétreas, Bullrich cuestionó el hecho de que para poder cambiarla todas las provincias deban estar de acuerdo, y arremetió con dureza: “Premiar a las provincias más competitivas y no premiar a las menos, para que tengan la obligación de darse cuenta de que el sistema que tienen no va a ser eterno”. Y continuó: “Premiar a las provincias que bajen impuestos, que bajen ingresos brutos (…) eliminen las tasas y los impuestos anti-producción como son las retenciones, el impuesto al cheque y los bienes personales”.
Mencionó el supuesto caso ideal de Paraguay que viene apareciendo en el discurso de Juntos por el Cambio: “Dos impuestos de 10 por ciento y 10 por ciento, nada más, como en Paraguay”. Y sostuvo que en algunos casos “cuesta más recaudar el impuesto que el monto que recaudás”. Además, aclaró que se quedará con IVA y Ganancias.