“No puede ser que los prejuicios antiguos sean más fuertes que el amor”, dijo ayer la presidenta chilena Michelle Bachelet, al anunciar en una ceremonia en el Palacio de la Moneda, sede del Gobierno, que enviará al Congreso un proyecto de ley de Matrimonio Igualitario, que incluye la adopción por parte de parejas del mismo sexo, entre otras reformas legales, impensadas unos años atrás en un país donde recién en 2004 se permitió el divorcio y ese mismo año la Corte Suprema le quitaba a una jueza la custodia de sus hijas por ser lesbiana. La nueva iniciativa fue presentada por Bachelet, apenas una semana después de conseguir la sanción de la despenalización del aborto en tres causales. Hizo el anuncio con un discurso en el que puso énfasis en el camino hacia la igualdad de derechos para las familias chilenas “en toda su diversidad”, iniciado dos años atrás con el reconocimiento de la unión civil. Y también, rememoró al escritor chileno, ya fallecido, Pedro Lemebel, quien reivindicaba públicamente su homosexualidad.
La propuesta es parte del compromiso asumido por el Estado, en el marco de una “solución amistosa”, al que llegó el Ejecutivo luego de que el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH) denunciara la prohibición del casamiento entre parejas del mismo sexo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “Es el inicio del fin de la discriminación por la orientación sexual en el acceso al matrimonio”, declaró Luis Larraín, creador de la Fundación Iguales, y agregó que “este día va a ser recordado tanto como el día en que la mujer pudo votar, en que los esclavos fueron libres, en que los niños nacidos fuera del matrimonio tuvieron acceso a los mismos derechos”.
Ya son 23 los países en el mundo que avanzaron con la legalización del matrimonio para parejas del mismo sexo. El último fue Alemania, este año. Taiwán, al mismo tiempo, se convirtió en el primero asiático cuya Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad de la ley, donde afirma que “personas del mismo sexo no pueden entrar en un matrimonio legal” y exigió su enmienda en el plazo de dos años. El primero en aprobarlo fue Holanda en 2000 y Sudáfrica en 2006 fuera de Europa. En Argentina se legalizó en 2010.
Entre los aspectos que modifica el proyecto chileno, está el artículo 102 del Código Civil, donde en lugar de decir que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, dirá “que el matrimonio es la unión entre dos personas”, adoptando así el concepto de “cónyuge” y estableciendo como régimen patrimonial estándar la separación de bienes. En total, la propuesta plantea la modificación de 8 leyes y un total de 113 artículos. Durante la ceremonia, Bachelet detalló los aspectos que incluye y explicó que permitirá las técnicas de reproducción asistida para parejas integradas por mujeres y también la adopción homoparental, por lo que “un niño o niña podrá ser adoptado/a indistintamente por un matrimonio heterosexual y homosexual por el sólo hecho de ser cónyuges, sin necesidad de modificar la Ley de Adopciones”, señaló la mandataria. Además, sostuvo que en la propuesta “se elimina la ‘conducta homosexual’ como causal de divorcio y el requisito de diferencia de sexo para validar en Chile un matrimonio celebrado en el extranjero”.
Al finalizar, Bachelet destacó el proyecto como un hecho histórico para Chile y agradeció a las diferentes organizaciones LGBT que participaron en su elaboración, además de realizar un llamado a los parlamentarios para que la discusión de la iniciativa esté “a la altura de este debate”. La presidenta puso a esta iniciativa al mismo nivel de otros “hitos” legislativos en la historia chilena, como la Libertad de vientres en 1811, la abolición de la esclavitud, en 1823, las leyes laicas en 1883 y 1884, el voto femenino y la igualdad de los hijos “en el siglo pasado”. “Cada uno de estos pasos en su momento fue resistido por distintos sectores de la sociedad, por los que en defensa de lo que consideraban válidas convicciones, pretendieron bloquear la construcción de una patria más justa para nuestros compatriotas. Con el paso del tiempo esas oposiciones han quedado archivadas en los libros de historia”, afirmó Bachelet. La aplaudieron fuerte cuando mencionó que las parejas del mismo sexo podrán adoptar también y cuando detalló la eliminación de la “conducta homosexual” como causal de divorcio por culpa. Cerró con palabras de Pedro Lemebel, el célebre escritor y poeta chileno, ya fallecido, que reivindicaba su homosexualidad y se travestía con maquillaje y tacones altos para hablar en público. La presidenta recordó un manifiesto leído por Lemebel ante una multitud en 1986, donde dijo: “Hablo por mi diferencia y defiendo lo que soy, y no soy tan raro. Hablo de ternura”. Bachelet retomó la cita y agregó: “De esa ternura hablamos nuevamente, del derecho a la diferencia, del derecho al amor a ser familia, a ser pareja y a ser matrimonio”.