“Boron Bon bon, boron bon bon, esta es la banda de Kreplák y Kicillof”. Sí, con acento en la A. La inventiva de los más de 10 mil trabajadoras y trabajadores de la salud presentes en el acto convocado en el Club Atenas de La Plata en defensa de la salud pública, le encontró la vuelta melódica a la rima para recibir al ministro del área, Nicolás Kreplak, y a al gobernador bonaerense, Axel Kicillof. El recuerdo de la pandemia, la recuperación del sistema de salud, y una definición para el presente y el futuro. “Hay un movimiento sanitario en la provincia de Buenos Aires que es invencible”, afirmó Kicillof que instó a los presentes a trabajar para que “el cuidado de la salud sea parte de la vida cotidiana". "No puede hacer foco únicamente en la emergencia", dijo el gobernador.
Con un estadio colmado, con los trapos colgando desde el techo y las paredes, y un sano "combate" de canciones, el marco de un acto de trabajadores peronistas envolvió el discurso de Kicillof en “Salud por la Patria”, el encuentro organizado por el ministro. Allí, el gobernador hizo un llamado a fortalecer la labor militante, el cuerpo a cuerpo, de cara a los últimos 15 días de campaña y una elección que, en provincia, no tiene ballotage.
“Lo hecho, lo reconstruido, lo modificado, es la plataforma sobre la que nos paramos para hacer todo lo que falta, transformando el sistema de salud con un Estado presente”, fue uno de los mensajes de Kicillof.
Durante el acto, el mandatario agradeció la labor durante la pandemia, y recordó todos los pronósticos que vaticinaban un destino catastrófico para la provincia a la luz de lo que sucedía en otras ciudades del mundo, como Nueva York o París. “Pasamos la peor crisis sanitaria de la historia de la humanidad y en nuestra provincia de Buenos Aires nadie se quedó sin atención”, destacó.
No hubo mención a otras figuras políticas. El clima de un serio, pero “conmovido” Kicillof primó a lo largo de sus más de cuarenta minutos en el micrófono. Sonreía cuando UPCN y ATE, disputaron el canto de presencia, o cuando lo interrumpían para gritarle que “ya se gana”. Y el gobernador no le escapó a la definición. Kicillof soltó un “vamos a ganar”, pero lo concatenó a un horizonte de mandato que debe primar en la militancia, a la que convocó a ir puerta por puerta: “Tenemos la obligación y la responsabilidad de ganar en cada municipio, en la provincia y que en el gobierno nacional quede depositado Sergio Massa como próximo presidente”, alentó.
No hubo rodeos en su pronóstico de cara al 22 de octubre. “Está en juego todo”, lanzó. Le pidió a cada uno de los presentes que tomaran dimensión de lo sucedido durante la pandemia, lo que significó tener que salir a comprar insumos a Shangai, cuando “decían que la vacuna era veneno o que no iban a alcanzar”, o los días “en los canales de televisión porteños donde decían que siempre tenía cara de enojado”.
“La dureza de aquel momento se está premiando en las elecciones, por un pueblo que se sintió cuidado, asistido e incluido”, apuntó el gobernador.
La salud y su distancia con el mercado
Con un escenario de tono sindical, acompañado por la Secretaria General de UPCNBA, Fabiola Mosquera, y el de ATE Provincia, Oscar De Isasi, así como por el colectivo de CICOP, Kicillof hizo un recorrido histórico de sus primeros años de gestión con la crisis sanitaria del COVID-19 que cruzó de lleno su gobierno. Y, particularmente, al área de salud. “Recibimos una provincia arrasada”, recordó ante los presentes, misma expresión que utilizó en su acto de asunción y en relación a los cuatro años de gestión de la ex gobernadora María Eugenia Vidal.
Sobre los discursos que hoy rigen los debates políticos, Kicillof sostuvo que “en salud, el mercado es un mecanismo de exclusión y discriminación, y que nada tiene que ver con la eficiencia”. Como economista, y ex ministro de Economía de la Nación, delineó su lectura comparando los bienes que se ofertan y demandan en la salud con otras actividades, invitando a comprender que “no es como comprar un par de medias”.
Al respecto, explicó que, en materia sanitaria, el mercado “no sirve para explicar nada” porque, en materia de demanda, un individuo ni siquiera decide lo que tiene que consumir, sino que es un especialista, “sometido a presiones”, quien indica lo que se debe comprar. “La demanda no tiene que ver con la satisfacción del individuo”, remarcó.
En relación a la oferta, el mandatario detalló que la producción de los bienes de salud tampoco son análogos a otro tipo de producción de manufacturas, ya que está regida por los monopolios, las patentes, las apropiaciones y dispuestas geopolíticas, y los intereses de grandes laboratorios. “¿De qué mercado hablan? ¿De qué voucher hablan?”, se preguntó antes de rematar: “¡Quieren dejar a la gente sin salud, sin vida!”
Así, el gobernador dio pie para lanzar otra de las consignas que pidió que se transmita y se milite, y tiene que ver, con lo que denominó, como la transformación “profunda” del sistema de salud. Se trata de tener un “sistema integrado de salud entre lo público, lo privado, lo provincial, lo municipal, y lo nacional”. “Estamos dando vuelta el sistema”, señaló. Y allí indicó que radica la principal causa que provoca “escándalo y tanta crítica superficial”.
“Saltan porque no quieren un sistema integrado, porque se acaba el negocio con la vida de la gente, y se acaba la apropiación de la prestación y los recursos”, afirmó entre los aplausos de los miles de guardapolvos que nutrieron el vestuario de la jornada.
Esta fue una conjetura anclada en la visión que propone para la salud. Explicó que la transformación no se trata únicamente de mejorar hospitales o salarios, sino que se trata de entender a la salud como "una cuestión cotidiana", presente en la escuela, que forme parte del club, de la fábrica, como un "factor central en la concepción del cuidado de la salud en todos los ámbitos de la vida". "Esto que tan poco les gusta es nuestro norte: la justicia social", señaló.
La reconstrucción
Tanto en las palabras de Kicillof como en las de Kreplak, el reconocimiento de la labor de los trabajadores de la salud estuvo acompañado de una reflexión donde se precisó que el acompañamiento de los presentes y “de los más de 500 mil” que integran el sistema provincial, es producto de la inversión edilicia, el equipamiento, los insumos, la tecnología, “pero por, sobre todo, la reconstrucción de sus derechos y su salario”.
El ministro de Salud, quien abrió el encuentro y fue el único orador previo al gobernador, y aseguró que los médicos tienen “el trabajo más lindo del mundo, es muy especial, porque día a día sabemos que lo que hacemos llega directamente a cada ciudadano y hacemos una diferencia en su vida”. Con un agradecimiento a quienes se “quedaron haciendo guardia” para que otros pudieran asistir al acto, remarcó que el vínculo del personal de la salud “con el sufrimiento y la esperanza”, le permite saber la diferencia entre un sistema con un Estado que acompaña y uno cuando no lo hace.
Pero también dedicó palabras a la historia reciente y el último gobierno de Cambiemos en la provincia. “Somos nosotros quienes, durante los cuatro años de Vidal, mientras nos abandonaban y abandonaban las obras, la inversión, lo salarios, veíamos la cara de nuestros pacientes cuando les decíamos que tenían enfermedad y necesitaba un medicamento que no podía pagar”, relató el ministro.
Tras tomar la posta en la palabra, Kicillof enumeró las casi 300 ambulancias de alta complejidad entregadas a los municipios, tanto oficialistas como de la oposición, así como los más de 150 Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) que “ya no son salitas con un botiquín, sino mini hospitales”. A su vez, resaltó la labor en la producción pública de medicamentos y repitió: “Eso es racionalidad y ahorro”. Mencionó los seis nuevos hospitales construidos junto a PAMI y el Gobierno Nacional y lanzó un pedido de cara a lo que viene: “Necesitamos unificar sistema digital de emergencias, pueden participar municipios y privados, y unificarlo”.
“Todas las deudas que hay son las que vamos a afrontar”, concluyó. Y llamó a la convicción: “La elección se gana o se gana”.