El juicio por el asesinato de Rafael Nahuel --el joven mapuche de 22 años que murió de un disparo en la espalda el 25 de noviembre de 2017 realizado por efectivos de Prefectura Naval Argentina-- entró ya en su recta final y se espera que la sentencia se conozca los primeros días de noviembre. Ya prestaron su testimonio 50 testigos y la semana próxima habrá 6 testigos más, en su mayoría prefectos y colegas de los imputados. Mientras tanto, se preparan las partes para la inspección ocular en Bariloche, en el lugar donde ocurrió el crimen.
En las últimas jornadas, el Tribunal Oral Federal de General Roca presidido por el juez federal Alejandro Silva, las partes y el público presente escucharon a civiles, policías de Río Negro y federales que intervinieron en los operativos el día del crimen, o pasaban por la ruta nacional 40. Por otra parte, el martes fueron confirmados los que serán parte de la inspección ocular en el lugar exacto donde mataron a Nahuel, que tendrá lugar el 24 de octubre a las 15, en el kilómetro 2006. Estarán dos de los cinco imputados, los albatros Juan Obregón y Sergio García, defendidos por las abogadas Anabella Schmidt y Alejandra Bussetti. En tanto, los asistidos del defensor Marcelo Rochetti, Guillermo Cavia, Carlos Sosa y Francisco Pintos adelantaron que no concurrirán, sin justificar las razones de su ausencia.
También participarán de la diligencia los testigos Fausto Jones Huala, Johana Colhuan, prima de "Rafita", Lautaro González, integrantes de la comunidad Lafken Winkul Mapu de Villa Mascardi a la que pertenecía Nahuel, quienes estaban con él el día del asesinato. Los abogados querellantes --Sebastián Feudal y Rubén Marigo de la APDH Bariloche, junto a Mariano Przybylski de la Secretaría de Derechos Humanos-- pidieron que se incorpore a la inspección el equipo de peritos balísticos de Río Negro que dirigió Roberto Nigris junto a Karina Uribe y Silvia Buffalini. Esta medida les permitirá comprender el escenario de actuación de las fuerzas federales y el territorio donde Nahuel pasó sus últimas horas, antes de morir por un disparo letal por la espalda.
Fausto Jones Huala
El abogado de la familia de Rafael Nahuel, Ruben Marigo, sostuvo que los testimonios de los testigos mapuche fueron claves porque “echaron por tierra la teoría del enfrentamiento armado”, y "confirmaron que hubo una cacería" por parte del Grupo Albatros de la Prefectura Naval.
Uno de esos testigos fue Fausto Jones Huala, quien junto a Lautaro Curruhuinca bajaron el cuerpo moribundo de Rafita desde el cerro hasta la ruta. “Estábamos bajando (por la montaña) y escuchamos ‘alto Prefectura’ y en el mismo instante empezaron a escucharse disparos. Uno atrás de otro. Mi primera reacción fue darme vuelta y empezar a correr, llegamos a la planicie donde habíamos hecho noche. Con el peñi (hermano) Lautaro fuimos los primeros que llegamos a la planicie y al ver que los demás no podían llegar y los disparos eran todo el tiempo, decidimos agarrar piedras y empezar a tirar a las personas que venían disparando. No sé cuánto habrá durado, se sintió eterno". Jones Huala contó que una vez que dejaron la improvisada camilla --que habían hecho con un tablón y ramas-- con el cuerpo de Nahuel al costado de la ruta 40 “se abalanzaron” integrantes de Prefectura, quienes los tiraron al piso y los esposaron.
Para Marigo, las tres declaraciones de los mapuche verificaron la existencia de "una caza montaña arriba” por parte de los miembros del grupo Albatros. A su criterio, estos testimonios, junto a las pericias y a los testimonios anteriores, confirman que hubo un homicidio doblemente agravado, no solo por el uso de armas sino por haber sido cometido por fuerzas de seguridad; al que yo le agregaría el odio racista, la discriminación hacia el pueblo mapuche”. En este sentido, “en varias declaraciones (los uniformados) hablaron de ‘indios’ de una manera despectiva”. El letrado concluyó que "Jones Huala ratificó lo que dijeron Johana Colhuan y Lautaro Curruhuinca: que fueron cazados, corrieron subiendo y los persiguieron. Y de hecho esto coincide con la pericia en la que se encontraron vainas servidas correspondientes a Prefectura”.
Fausto Jones Huala, uno de los hermanos del lonko de Cushamen Facundo Jones Huala, había relatado las escenas trágicas: "En un momento veo al peñi Coña y me dice ‘están tirando con plomo’. Lo veo a Rafa que cae, en el momento la lamien (hermana) Johana se agarra el hombro, empezaron a gritar que Rafa estaba herido". Y completó: "Socorrimos a los heridos, Rafa no podía respirar y se agarraba la ropa, al levantarle la remera tenía un bulto morado. Le quisimos dar agua, y con unas tablas y troncos hicimos una camilla. Él quería quedarse ahí. Rafa se tiraba, no quería que lo trasladaremos. Lautaro lo ató. El camino era muy angosto y en bajada, eran muy pesado. Tardamos bastante en llegar a la ruta. En todo momento recuerdo a la lamien Johana que le pegaba en la cara para que no se fuera".