Desde Medellín 

La arena política se sacude esta semana, como nunca antes en el último medio siglo en Colombia, con el lanzamiento del partido político de las FARC. Los antes guerrilleros, hoy ex combatientes, están reunidos en Bogotá desde este domingo para hacer realidad una de las más grandes promesas del Acuerdo de Paz que lograron en La Habana tras cuatro años de diálogos: Una plataforma política, financiada por el Estado en sus primeros años, para aspirar el poder ahora que dejaron las armas. El nuevo partido aún no tiene nombre, pero sí la esperanza plena de más de siete mil hombres y mujeres farianos que se acogieron a la propuesta de sus comandantes: que la palabra sea su única arma en adelante.

Hasta el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, unos mil delegados de las FARC arribaron el fin de semana pasado desde las 26 zonas veredales y puntos transitorios de normalización que, al entregar el total de las armas el pasado 15 de agosto, pasaron a ser Espacios Territoriales para la reincorporación y capacitación de los rebeldes. Para la mayoría era la primera vez en la capital colombiana, y para muchos incluso implicó salir por primera vez a una ciudad o abordar como primerizos un avión.

Desde las montañas, ríos, selvas y llanuras de la diversa Colombia, estos insurgentes –casi todos campesinos– recorrieron kilómetros para concentrarse con su comandancia a definir las reglas del juego de su anhelado partido. El sentimiento es de júbilo. Consideran como una victoria este paso trascendental en su lucha armada, y lo dedican a los fundadores y admirados comandantes de esa guerrilla Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas. “Nadie debe olvidar que la organización que hoy se convierte en partido político legal nació en 1964 como respuesta a la agresión militar contra la región de Marquetalia” por el gobierno de entonces, recordaron en el discurso inaugural.

Mensajes de celebración para la instalación del Congreso que va hasta el próximo 1 de septiembre llegaron desde Cuba, Noruega y Chile, países garantes de este Proceso de Paz que han abrazado incondicionalmente el paso de las FARC de guerrilla a fuerza política, así como desde Uruguay, México, España y Costa Rica. Un grupo de invitados internacionales se mezcló con la ex guerrilla vestida ahora de trajes de corbata y zapatos formales, lejos de las botas de caucho y uniformes militares que los arroparon por los últimos cincuenta años en los lugares más escondidos del país.

Las nuevas FARC aseguraron que en el naciente partido no habrá “sectarismos y ajenos a toda ostentación ideológicas y con propuestas claras y sencillas que se verán reflejadas en nuestro nombre y símbolos”. El número uno de esa agrupación, Rodrigo Londoño “Timochenko”, fue enfático en asegurar que “continuaremos luchando por el establecimiento de un régimen político y democrático que garantice la paz con justicia”. 

Por su parte, en rueda de prensa al finalizar la jornada de ayer, “Carlos Antonio Lozada” legendario comandante del Bloque Oriental tomó la vocería para contar a los medios su preocupación pues los representantes de los presos políticos tendrán que regresar a las zonas veredales.  “Nos han notificado que los delegados seleccionados por los camaradas que salieron de las cárceles y que están en el Congreso deben regresar. Están bajo la amenaza de ser declarados reos ausentes”, afirmó pidiendo garantías al Estado para seguir adelante con la conformación de su partido pues además fueron notificados de que por un derecho de petición la Plaza de Bolívar quizá no les sea prestada para el cierre del Congreso.

Este 1º de septiembre está previsto un megaconcierto en el corazón del poder en Colombia, en la emblemática plaza donde participarían un grupo de delegados de la guerrilla colmando ese espacio por primera vez de hombres y mujeres que estuvieron en armas por años. Al frente “Timochenko” anunciaría al mundo el lanzamiento de su nuevo partido y además estarían ya públicos los nombres de los congresistas que ocuparán las sillas curules “automáticas” que otorga el Acuerdo de Paz, las cuales está previsto que se revelen el 31 de agosto.

Entre tanto se define la suerte del concierto del lanzamiento del esperado partido, en las redes sociales muchos, incluso opositores del Proceso, le dan la bienvenida a la fuerza política no armada que nace de unas FARC empeñadas en la justicia social para Colombia. Aunque quizá no votaremos por ellos, dicen líderes de opinión y ciudadanos de a pie, celebramos que ahora se termine la guerrilla y puedan pelear sus ideales en democracia.