La petrolera YPF anunció ayer una reestructuración de su equipo gerencial para tratar de reimpulsar la actividad luego de un año y medio dominado por recortes en los planes de inversión, caída de la producción e incertidumbre respecto al futuro de la compañía. La novedad principal fue el desplazamiento del gerente general, Ricardo Darré, quien había asumido en junio del año pasado. La empresa informó que renunció por “motivos personales”, pero lo cierto es que no tenía una silla reservada en la nueva estructura. A partir de ahora, las funciones del CEO quedarán formalmente en manos del Comité Ejecutivo de Dirección, que se redujo de 12 a 6 miembros. En los hechos, se espera que el presidente Miguel Gutiérrez adquiera un protagonismo todavía mayor.
Luego de que el Estado Nacional tomó el control de la compañía en abril de 2012, YPF incrementó fuerte la inversión, le dio impulso a Vaca Muerta y logró revertir el declive productivo que había dejado la española Repsol. Con la llegada de Mauricio Macri al gobierno, la compañía ingresó en un período de recortes que se agudizó por la caída de la cotización internacional del crudo. “Para mí ya terminó ese proceso de ajuste. Creo que de cara a 2018 esa situación ya está cambiando, me parece que ya hemos visto el piso de ‘rigs’ (perforaciones) y van a estar subiendo de aquí en más”, aseguró Gutiérrez a comienzos de mes. Los cambios anunciados ayer buscan adaptar la empresa al nuevo escenario.
En el organigrama anterior, debajo de Gutiérrez figuraba el gerente general, Ricardo Darré, el gerente financiero, Daniel González, nueve vicepresidentes y un gerente de Tecnología e Innovación que tenía una jerarquía similar al resto de los vicepresidentes. Esos doce ejecutivos asesoraban a Gutiérrez en un Comité Ejecutivo que ahora quedó reducido a seis miembros para darle más agilidad a la toma de decisiones. En la gestión propiamente corporativa quedaron Daniel González, ahora como vicepresidente de Finanzas; Sebastián Mocorrea, como vicepresidente de Asuntos Corporativos, Comunicaciones y Marketing, y Carlos Alfonsi, que antes era vicepresidente de Downstream (comercialización y refinación) y ahora será vicepresidente de Operaciones y Transformación. A su vez, los que se ocuparán del negocio petrolero son Santiago Martínez Tanoira, quien pasó de vicepresidente de Upstream (producción) a vicepresidente de Downstream; Marcos Browne, quien permanece como vicepresidente de Gas y Energía; y Pablo Bizzotto, quien se venía desempeñando como gerente regional de áreas no convencionales y ahora fue ascendido a vicepresidente de Upstream.
Dentro de la nueva estructura, los hombres de mayor confianza del presidente son Santiago Mocorrea, a quien Gutiérrez trajo consigo apenas desembarcó en la compañía, y Daniel González, un licenciado en administración de empresas que viene de la gestión de Miguel Galuccio, pero que Gutiérrez conoce del mercado financiero. El otro dato relevante del nuevo organigrama es la designación del ingeniero Bizzotto, un hombre clave de la formación Vaca Muerta que fue premiado con un ascenso para evitar que la competencia se lo lleve. “Si no le daban ese cargo, lo perdían”, señaló a PáginaI12 una fuente del sector.
De hecho, en los últimos meses Tecpetrol, la petrolera de Techint, ya se llevó a dos hombres de YPF, justamente del equipo de Bizzotto, para sumarlos a su proyecto de extracción de gas no convencional en Fortín La Piedra, en la Cuenca Neuquina. Uno es Pablo Iuliano, quien se desempeñaba en Loma Campana como gerente de negocios no convencionales, y el otro es Germán Botessi, un geólogo que estaba a cargo del área de Pilotos No Convencionales. Esas dos partidas encendieron las alarmas en YPF, firma que no podía darse el lujo de perder a Bizzotto. Este ingeniero fue, por ejemplo, quien introdujo en Vaca Muerta la técnica de perforación horizontal que permitió acortar los tiempos de operación y lograr mayor eficiencia en la inyección de arena en los pozos para mantener abiertos los canales por donde fluyen los hidrocarburos.
YPF llevó adelante durante los últimos cinco años una tarea pionera en Vaca Muerta asumiendo altos riesgos y cuando su inversión inicial derivó en una mejora en la productividad de los pozos y una reducción de los tiempos de perforación aparecieron cada vez más jugadores privados, los cuales no solo aprovechan el conocimiento desarrollado por la petrolera del Estado sino que, como en el caso de Tecpetrol, tientan a sus cuadros más capacitados con sueldos más altos que los que puede pagar YPF.
Por ahora, la reorganización que impulsó YPF solo implicó la salida de Darré, pues los vicepresidentes desplazados de la mesa chica no fueron despedidos sino degradados dentro del organigrama. Fernando Dasso (Recursos Humanos), Gustavo Chaab (Medio Ambiente), Fernando Giliberti (Cadena de Suministro) y Sergio Fernández (Tecnología e Innovación) pasaron a depender de Carlos Alfonsi, mientras que Germán Fernández Lahore (Asuntos Jurídicos) quedó bajo la vicepresidencia de Mocorrea y Sergio Giorgi (Estrategia de Negocios y Arquitectura de Proyectos) fue ubicado debajo de la vicepresidencia de Daniel González. Giorgi fue traído de Total Austral por Darré y era su hombre de mayor confianza, pero por ahora aceptó los cambios y confirmó que sigue.