Con una tasa de homicidios récord y en medio de niveles de violencia que incluyeron el asesinato de uno de los candidatos presidenciales, el domingo 15 de octubre se celebrará la segunda vuelta de las elecciones que elegirán al presidente de Ecuador hasta mayo de 2025.
Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana identificado con el expresidente Rafael Correa, fue la candidata más votada en la primera vuelta celebrada en agosto. Llega al balotaje con un piso de 33,6% de los votos y se enfrentará en las urnas a Daniel Noboa, hijo de uno de los empresarios más influyentes del país y candidato del partido Acción Democrática Nacional, que en agosto obtuvo un 23,5%.
¿Por qué se vota?
La convocatoria a elecciones ya estaba precedida por episodios de debilitamiento institucional: en mayo de este año, acosado por denuncias de corrupción que derivaron en un juicio político, el presidente Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones.
Desde principios de año el presidente afronta acusaciones por un entramado de corrupción en empresas públicas liderado por su cuñado Danilo Carrera Drouet. El caso se hizo público en enero a través de un informe periodístico y en marzo la Asamblea inició el trámite del juicio político.
El 16 de mayo, un día después de haberse iniciado el juicio, Lasso adujo una “grave crisis política y conmoción interna” para activar el mecanismo de “muerte cruzada” que contempla la constitución ecuatoriana. A través del mismo, disolvió al poder legislativo que lo enjuiciaba y convocó a la ciudadanía a elegir un presidente y una nueva Asamblea que asuma el poder hasta el 24 de mayo de 2025, fecha del final de su mandato. En la práctica, el llamado a las urnas frenó el juicio político que regía en su contra.
Narcotráfico y homicidios récord
La campaña electoral se inició en medio de una espiral de violencia que en poco tiempo convirtió a Ecuador en uno de los países más sangrientos de la región. Según el Ministerio de Salud Pública, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes creció de 6,9 en 2019 hasta 25,6 en 2022, una marca histórica para el país. Proyecciones sugieren que en 2023 el índice rondará los 40 asesinatos cada 100 mil habitantes, una de las tasas más alta de Sudamérica.
La policía advierte que el 80% de esos crímenes está vinculado al crecimiento del negocio del narcotráfico en Ecuador y la proliferación de bandas criminales apoyadas por cárteles extranjeros. Numerosos factores internos y externos son señalados, tanto por especialistas como por el propio Estado, como los causantes del enraizamiento narco en Ecuador. El crecimiento del negocio de la cocaína a nivel mundial, la cercanía geográfica de Ecuador con Colombia y Perú (principales productores de coca del mundo), la dolarización ecuatoriana como facilitadora del comercio ilegal y el crecimiento de la pobreza que robustece a las bandas delictivas; conforman a grandes rasgos el combo de criminalidad que en los últimos años puso en jaque a las fuerzas de seguridad y el control de las calles ecuatorianas.
Promesas de campaña
En este contexto de aumento de la violencia, la seguridad pública es uno de los principales ejes de la campaña electoral. “Lo más importante es que se vaya un gobierno que permitió la infiltración del crimen organizado en el país”, declaró Luisa González durante el debate presidencial previo a la segunda vuelta. La candidata del correísmo prometió una asignación de 500 millones de dólares para fortalecer a la policía y recuperar el control de las prisiones, escenario habitual de enfrentamientos mortales entre bandas criminales; y restablecer el control de puertos y aeropuertos utilizados para el narcotráfico. Daniel Noboa, en tanto, presentó un plan de modernización de las fuerzas de seguridad a través de equipamiento táctico militar y una nueva Central de Inteligencia que monitoree los barrios.
Candidato asesinado
El 9 de agosto, menos de dos semanas antes de la primera vuelta electoral, un grupo de sicarios asesinó a Fernando Villavicencio, candidato a presidente del Movimiento Construye. Hasta ese momento algunas encuestas lo ubicaban como el segundo candidato con mayor intención de voto, con buenas posibilidades de dirimir la presidencia en octubre.
Días antes de su muerte el candidato había denunciado públicamente una amenaza de muerte de un sujeto identificado como líder del grupo criminal Los Choneros, una agrupación que según las autoridades locales es la banda criminal más importante de Ecuador y está ligada al narcotráfico internacional a través del Cártel de Sinaloa. “No les tengo miedo”, afirmó entonces.
Sin su líder, el Movimiento Construye finalizó tercero con 16,7% de los votos. En la semana posterior a la elección Christian Zurita, el reemplazante de Villavicencio en la candidatura, anunció que se iba de Ecuador por razones de seguridad. El 27 de septiembre Zurita denunció públicamente un atentado contra Verónica Sarauz, viuda de Villavicencio. “Su cápsula de seguridad detuvo a un ciudadano venezolano en moto y con un arma de fuego”, escribió en un mensaje que lamentaba que Ecuador se convirtió en “un país inmovilizado por el terror”.
De cara al balotaje
A pesar de que Luisa González fue la candidata más votada en agosto, los sondeos y encuestas indican una presunta ventaja de Noboa. Existen grandes diferencias entre algunas consultoras sobre la magnitud de esa supuesta ventaja: el 1 de octubre mientras que Tino Electoral vislumbraba como ganador a Noboa con el 58,67% de votos contra un 40,22% de González (1,11% indecisos); el investigador Omar Maluk publicaba un sondeo con una diferencia ínfima: 51,4% a 48,6%. Por su fecha de publicación, hasta el momento ninguno de esos estudios midió el impacto del último debate presidencial.