De repente, Buenos Aires se vio invadida en septiembre y octubre por algunas de las principales figuras de la música española, devolviéndole así la misma moneda a la escena argentina, luego de que los ídolos de la música urbana local asaltaran la nación europea durante el verano de aquel lado del Atlántico. Si bien el rap español abrió las puertas de este toma y daca en los 2000, ahora el diálogo entre ambas movidas (ampliado con el trap, el reggaetón y otros estilos) se encuentra más equilibrado y fluido que nunca.

El vaivén tal vez haya alcanzado su clímax el año pasado, a través de la colaboración entre Bizarrap y Quevedo para la BZRP Music Sessions Vol. 52, un featuring que sigue demostrando su rédito al alcanzar este mes las casi 1500 millones de reproducciones en Spotify. Y la relación no se enfría: sin ir más lejos, Rayden actuará este viernes 6/10 en Niceto Club, como parte de su gira de despedida de los escenarios; mientras que el veterano Nach estará el 20/10 en el Teatro Vorterix presentando su nuevo disco, Poesía difusa.

Además, solo unos días atrás, Rels B ofreció un show ante 20 mil personas en el Hipódromo de Palermo; al tiempo que se daba la vuelta a la capital argentina del dúo madrileño de rap Natos y Waor, y el estreno mundial de la canaria Sara Socas en formato de full band y haciendo temas inéditos, tras ganarse un nombre en el ambiente del freestyle de su país. Y ya en septiembre se había dado el debut porteño de los barceloneses Noite y Lauren Nine. El primero es dueño de una propuesta que fusiona reggaetón y trap, en tanto que la segunda se distingue por su apropiación del hip hop clásico y del R&B.

► No tan distintxs

Aprovechando su paso por la ciudad, el NO abordó a estos artistas para conocer el estado actual de la música urbana española y sus contrastes con su análoga argentina. Ante la duda de si en España existen diferencias entre raperos y traperos, Rayden acepta "no tener una opinión formada", pero arriesga que "sí es cierto que siempre el hijo quiere matar al padre e intenta imponer códigos nuevos", en función de la novedad del trap con respecto al hip hop. "La diferencia entre trap y rap radica en la ejecución, más que en los principios", dice el rapero alcalaíno.

Para Lauren Nine, en cambio, no existen tantas diferencias entre los artífices de sendos estilos. "En mi música lo hago", ejemplifica. "En mi nuevo disco hay desde trap hasta hip hop, pasando por R&B... mezclo todo." Noite coincide en que trap y rap se unieron: "A ambos estilos hay que sumarles ahora el reggaetón", aclara. "Fue un cambio muy brutal estar de pronto cantándole al trasero y crear música fácil para la discoteca, mientras traperos y raperos se fijan más en decir cosas, hacer contextos y definir conceptos exactos. De todas formas, creo que el reggaetón es una propuesta respetable", separa. 

Algo parecido piensan Natos y Waor: "Somos más raperos que traperos, pero fusionamos el rap con todo lo que nos da la gana. No nos casamos con nadie, tenemos un sonido muy propio y hacemos lo que sentimos. De la misma forma que tenemos temas moviditos sobre instrumentales de música electrónica, hay otros lentos y unos fusionados con el rock. Separar o poner etiquetas es cada vez más obsoleto".

► "El punk de la escena urbana"

La opinión de Sara Socas sobre la distancia en su país entre trap y rap merece un párrafo aparte: "En España, el trap ya no conforma una comunidad en sí muy grande. Yung Beef, que fue uno de los pioneros, sigue teniendo un público muy fiel, pero no hay tantos exponentes. Diría que hay más gente haciendo drill, como Beny Jr y Morad, que está pegadísimo e incluso tiene sesión con Bizarrap. Petazeta (que también tuvo su BZRP Music Sessions) mezcla trap y reggaetón, y con esto quiero decir que no hay artistas que hagan exclusivamente trap. Hasta pueden hacer pop. Entonces es difícil establecer esa diferencia porque en mi país se mezcló todo. Los artistas del pop hicieron canciones con reggaetoneros, traperos y así sucesivamente".

Al igual que sucede en todo el mundo, en la Argentina el nuevo post punk le plantó bandera a la música urbana. Lo que sugiere que la movida se fagocitó, y para muestra está la flamante encarnación estética de Neo Pistea. Parece que España no es la excepción. "Creo que todo es cíclico", argumenta Rayden. "Un movimiento como el punk, que tiene raíces profundas y está vinculado con un contexto cultural definido, tiene herramientas para resurgir. Cosa que a lo mejor no le pasa al trap, que se salió del camino trazado e iniciado por el rap."

Noite también apunta al recambio: "Todo va transmutando, porque así es el ser humano", reflexiona. "Se están fusionando las realidades de los artistas que componen con los que usan autotune. Por eso no creo que se haya estancado la escena urbana, que sigue en crecimiento". Lauren Nine, aparte de considerar al trap como "el punk de la música urbana", afirma que la avanzada española no se estancó. "Creo que se está equilibrando un poco, y está dando paso a las nuevas generaciones", retruca. "Hoy mismo no es tanto el trap, sino que hay mucho hip hop y boombastic".

Si bien esa coyuntura de estilos perdió su lado contracultural al ascender al mainstream, Sara Socas tiene la convicción de que su evolución se podrá ver en las ramificaciones que irán apareciendo. Natos y Waor también confían en el temperamento de la escena, y ponen a Argentina como ejemplo. "Es la número uno a nivel mundial. No hubo artistas así en ninguna otra parte", expeditan. "En el caso del rap en España, hay muchas propuestas distintas y de calidad. Es una suerte para nosotros y un orgullo ser parte de ello."

► El lugar del rap

A propósito del rap, este 11 de agosto se cumplieron 50 años de su creación. Y aunque hoy es la música masiva por excelencia, incluso por encima del rock, su situación predominante y poderosa no la llevó a perder del todo su cualidad combativa y amplificadora de los problemas sociales. "El rap sigue ocupando ese lugar", define Noite. "Aún hay raperos que escriben lo que sienten y lo que piensan sobre gobiernos, política e injusticias sociales. Esa esencia de donde salió, que es de la protesta, va a estar siempre". Y Lauren Nine añade: "El rap siempre será una música para toda la sociedad, pero también opino que se volvió una música de reivindicación personal. Limpia y sana muchas heridas personales, que luego se traducen en una limpieza social y colectiva".

Sara Socas deduce que el rap no se movió de ese imaginario, por más que su origen haya sido otro. "Así como Violadores del Verso, muchos otros artistas tenían canciones animadas. De hecho, no necesariamente fueron de protesta. Las primeras canciones de rap eran para bailar en la discoteca", destaca. "Hay distintas formas de rap. Se trata de un género musical que, por su carga de letras y cantidad de palabras, da una mayor libertad para la riqueza del vocabulario. No sigue la estructura clásica de la composición."

A lo que Rayden agrega: "Aunque hoy cope las listas de los discos más escuchados y sus referentes sean los headliners de los festivales, es uno de los pocos estilos de música que sabe ponerle voz a los que no tienen. Eso no se perdió, lo que se volvió uno de sus grandes valores". En ese sentido, Natos y Waor resaltan que "el rap pasó de ser una música sólo escuchada por raperos a ser escuchada por cualquier tipo de persona, clase social y tribu urbana".

► Freestyle y libertad

"El freestyle no trajo una revolución cultural", desestima Rayden. Trajo a muchísima gente ajena al movimiento por la curiosidad y el morbo de ver cómo se desacredita en un contexto musical", atesta. "En España, se empieza a notar cansancio por las batallas. En 2009, hubo un apagón, y luego volvió con más fuerza. A lo mejor es momento para que haya otro apagón", arriesga. Salvo por lo de la pausa, Lauren Nine está en esa sintonía: "No estoy de acuerdo con que las batallas en España hayan sido lo que más creó cultura. Ese rol lo cumplieron grupos como Violadores del Verso, SFDK y Sólo los Solo".

Noite sí le da crédito a las batallas de freestyle como amplificador de la cultura no sólo hiphopera, sino también urbana. "Eso hizo que el rap se volviera más comercial en el ámbito hispanohablante. Antes no se escuchaba. Se pusieron de moda con la FMS", evoca. "Pero no hay duda de que existe una diferencia entre freestyle y rap escrito. Se separan mucho los raperos ahí."

Natos y Waor apuntan que, para ellos, "en Argentina es clara la influencia de las batallas de freestyle, porque muchos de sus grandes exponentes salieron de esos combates". Y diferencian: "Aunque en España no son tantos los freestylers que supieron redirigirse hacia la canción, y tuvieron éxito, sí fue nuestro caso. Nos conocimos rapeando en parques. Ese fue el primer chispazo, y nosotros pusimos la gasolina para todo lo demás".

Una vez más, la freestyler de la troupe vuelve a recoger el guante. "La diferencia entre España y Argentina es precisamente que cuando en España comenzaron las Batallas de Gallos a hacerse más populares, ya Violadores del Verso, Mala Rodríguez, Falsa Alarma, y 7 Notas 7 Colores habían sembrado la cultura hip hop", rescata. "España es el país donde se profesionalizó más rápido esto. El freestyle se desarrolló de manera paralela, sin encontrarse en el mismo punto. No tenías que escuchar rap para batallar: eras un deportista intelectual. Sabía que en Argentina al rap le costó conseguirse un nicho, incluso en el underground. A través de freestyle surgieron chavales que, más allá de insultarse o de decir cosas graciosas, lograron gracias a sus frases y su estética que crecieran freestylers y compositores; no deportistas."


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