Vetusta Morla regresa a Buenos Aires para consumar uno de los mayores hitos de su trayectoria artística. Este sábado 7, a las 20, la banda madrileña se subirá por primera vez al escenario del Teatro Gran Rex, consolidando así su relación con el público argentino. “En los quince años que llevamos tocando en la Argentina, tuvimos la suerte de pasar por casi todos los formatos”, explica el guitarrista Guillermo Galván. “La primera vez, le abrimos a Amaral. Luego de eso, hicimos La Trastienda, Niceto, Vorterix, El Opera y también el Luna Park con No Te Va Gustar. Tenemos la suerte de haber visto salas de todos los tamaños, por lo que ya nos tocaba el paso de hacer el Gran Rex. Fue un poco por insistencia nuestra, para demostrarle al público argentino el cariño que le tenemos. Nos sentimos parte de la historia de la música argentina”.
-Si el Teatro Gran Rex es una de las salas consagratorias de la capital argentina, ¿cuál sería su análoga en Madrid?
-Buenos Aires tiene salas que históricamente se mantuvieron en el tiempo. A diferencia de Madrid, donde esos lugares fueron cambiando. La Riviera es una sala consagratoria, con capacidad para 2400 personas. Aparte, es bien rockera. Ahí vimos desde Lou Reed hasta Beck, pasando por otros iconos del rock que no son tan masivos. Cuando tocamos ahí, nos sorprendimos. Pero el lugar consagratorio más grande es El Palacio de los Deportes, en el que caben 15 mil personas, aunque puede adaptarse a diferentes cantidades de público. Durante años, Madrid no tuvo salas intermedias. Por suerte, eso cambió muchísimo. Pero ninguna tiene un peso como el del Gran Rex,
-En medio del diálogo que se generó desde los 2000 entre las escenas argentina y española, ustedes se convirtieron en uno de los mejores traductores de ese vaivén. Tomando en cuenta que la Argentina no tiene un mercado ni un circuito fácil, ¿cómo hicieron para encajar?
-En la Argentina seguimos una filosofía parecida a la que tenemos en España. Nos animamos a hacer cosas que había que hacer, para luego pasar al siguiente nivel. Entendimos la filosofía argentina, que es más rockera, porque la Argentina es el país de habla castellana con mayor tradición de rock. Mucho más que España. A eso se suma la tradición extensísima que hace que existan todas estas salas. Es por eso que, al menos en nuestro caso, fue una situación muy familiar. Tras llegar a Buenos Aires, luego de 14 horas de vuelo, nos sentimos como en casa. Por la calle y la cultura. Siempre comentamos eso entre nosotros.
-Pero ese posicionamiento no fue gracias a los medios de comunicación…
-No sonamos en las radiofórmulas. Ni siquiera en España. Todo eso se lo debemos a nuestro público, porque se sabe el contenedor y portador del tesoro de Vetusta. Que una banda independiente como nosotros llegara a hacer un estadio como hicimos el año pasado (se presentaron en el estadio Wanda, hogar del Atlético de Madrid, del que resultó un disco en vivo que tiene entre sus invitados a Wos) es gracias a la gente. Cuando te hablan de nosotros, siempre lo hacen como una parte importante dentro del proyecto.
-¿Cuál será la propuesta de este show, tomando en cuenta que su último disco de estudio es de 2021?
-Todavía no hicimos el repertorio. Pero nos encontramos en la recta final de la gira de Cable a tierra, que es un disco con un peso importante. Sin embargo, como venimos de una larga gira veraniega por Europa, armamos una lista de canciones que incluye temas de todos los discos. Es un repertorio enérgico y muy variado, y creo que será el que haremos en Buenos Aires. Lo del Gran Rex será un concierto de celebración de nuestros 15 años yendo a la Argentina, y de festejo de que tocaremos en un lugar increíble.
-¿Te acordás en qué año vinieron por primera vez a la Argentina?
-En el año 2009. Fue el fin de gira de nuestro primer disco, Un día en el mundo. Buenos Aires siempre fue para mí una ciudad con un imaginario privilegiado, por todo lo que supone. Tanto en lo musical, porque siempre fui fan del rock argentino, como en lo futbolístico, porque soy muy futbolero. Y también en lo cultural. Es una de las grandes ciudades del mundo. Recuerdo esos días como si fuera un niño pequeño. Es lo mismo que ir a Nueva York: reconoces esos lugares que habías visto en la televisión o que tenías en tu cabeza.
-Este es un buen momento para huir de una España convulsionada.
-Vivimos una época complicada y muy diversa también. Estamos condenados a entendernos. Por suerte, la extrema derecha no consiguió entrar en el gobierno, que era una de las cosas que se daban por hechas. Somos uno de los países en los que se consiguió frenar a ese movimiento y me siento muy orgulloso de ello. Por suerte, hemos cambiado la mirada sobre ciertas cosas. De todas formas, España siempre es convulsa, siempre es diversa y siempre es extrema en muchos casos. Yo confío en que tenemos la inteligencia y la capacidad para construir algo hermoso.