El ginecólogo Gerardo Dahse fue condenado por la Justicia de Corrientes a siete años de prisión por un hecho de abuso sexual cometido dentro de su consultorio por lo que también lo inhabilitó para seguir ejerciendo como médico. Por el momento no irá preso por tener una medida de excarcelación dictada previamente a su favor.
El Tribunal Oral Penal 1 de Corrientes, constituido por los jueces Ana del Carmen Figueredo, Cynthia Teresita Godoy Prats y Raúl Juan Carlos Guerín, condenó a Dahse, de 57 años, por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, tras la denuncia formulada por una paciente.
La abogada querellante, Sofía Domínguez Briceño, en su alegato formulado antes de la sentencia, había reclamado que el ginecólogo fuera condenado a la pena máxima que encuadra en la figura penal por la que se lo enjuició, a 10 años de prisión, así como a la inhabilitación perpetua para ejercer la medicina. Asimismo, la abogada reclamó la detención inmediata del imputado, pues gozaba de una eximición de prisión con la cual llegó en libertad al juicio tras haber cumplido cuatro meses de preventiva en el año 2022.
Por su parte, el fiscal Carlos Lértora había planteado que Dahse debía ser condenado a siete años de prisión, con inhabilitación perpetua y detención inmediata.
La defensa ejercida por los abogados Isidoro Sassón y José María Arrieta, luego de alegar por tres horas, pidió la absolución del profesional, que también se desempeñó como auditor del Instituto de Obra Social de Corrientes (Ioscor).
Una manifestación del colectivo de mujeres organizadas y otras expresiones de los feminismos y la militancia de género de Corrientes acompañó la audiencia afuera del tribunal, ubicado en la calle Plácido Martínez casi avenida Italia, cerca del puerto de la ciudad.
El público en general y la prensa tuvieron prohibido el pase a la sala del tribunal, que permaneció vallado y con custodia de infantería de la Policía de Corrientes, y solo se permitió la cobertura de los medios durante la lectura del veredicto, aunque con inusuales medidas de resguardo que complicaron las tareas de los acreditados.
Previo a los alegatos se sustanciaron nueve audiencias en el juicio al ginecólogo correntino, en las que se recogieron pruebas y se tomaron testimoniales a un total de 12 personas, incluida la sobreviviente del ataque sexual, así como su madre y personas de su entorno, al igual que testigos propuestos por la defensa, como personal de la clínica en la que se desempeña.
El hecho llevado a debate se circunscribe a un episodio de mayo de 2021, durante una consulta médica, cuando el profesional cerró el consultorio con llave y abusó sexualmente de la mujer.
Ahora, Dahse deberá afrontar otro juicio, aun sin fecha, luego de que en julio pasado la jueza de Instrucción 3 de Corrientes, Josefina González Cabañas, elevara a juicio otra causa originada en la denuncia por supuesta violación a una menor en 2008. Se trata de un caso caratulado como abuso en la infancia, por ello la prescripción se hallaba suspendida hasta tanto la víctima realice la denuncia con lo cual, a los ojos de la magistrada y la querella, no se extinguió la acción penal.
“Es una persona muy bien relacionada, un médico muy conocido en la ciudad de Corrientes y reconocido como profesional. Eso llevó a las víctimas en muchos de los casos a temer que su denuncia no avance o directamente a no denunciar”, contó días atrás a Página/12 la abogada Sofía Domínguez. Según explicó, pudo reconstruir en diálogo con otras víctimas que a lo largo de más de veinte años, Dahse habría ejercido violencia sexual contra pacientes adolescentes, amparado en ese supuesto prestigio.
Los abusos habrían sucedido entre el año 2000 y 2021. Dahse tiene su matrícula vigente. “No hubo respuesta oficial a la solicitud de suspensión provisoria”, agregó la abogada.
La primera denuncia formal en su contra se remonta a 2008. “Esa causa prescribió por falta de investigación, no de pruebas”, indicó Domínguez.
La Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig), dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación, había requerido formalmente al ministro de Salud Pública de Corrientes, Ricardo Cardozo, la suspensión en forma preventiva de la matrícula profesional del acusado, de modo que no pueda seguir ejerciendo la medicina.
La solicitud, firmada por su titular, Perla Prigoanin, toma en cuenta además que Dahse está procesado en otra causa por la supuesta violación de una menor de edad, durante una consulta profesional.
Mientras se desarrollaba el juicio, Rita Verón, hermana de Eli Verón, víctima de femicidio hace diez años (el primer caso juzgado bajo esa figura penal en Corrientes) dijo que "esperamos que se terminen los privilegios y la impunidad. No deben existir más monstruos como Dahse, que se aprovechó de su condición de médico para atacar a sus víctimas. exigimos justicia por todas las mujeres que dañó".
Por su parte, Mónica Baglieto, referente del colectivo feminista MuMaLá, sostuvo que "nuevamente estamos acompañando casos que la justicia revictimiza. El abusador es un profesional de la salud, que nos debería cuidar", cuestionó, al mismo tiempo que destacó: "La valentía de la víctima" de hacer la denuncia y "tener que pasar nuevamente por todo esto, para lograr justicia".
La dirigente de Mumalá dijo, además, que "son muchos los casos de acusación contra Dahse, pero no todas la mujeres quieren pasar por una revictimización".
Hay una tercera causa contra Dahse que investigó el Juzgado de Instrucción Nº 3 de Corrientes, también por un hecho ocurrido en 2008: otra violación en el contexto de la consulta médica. La defensa apeló el auto de elevación a juicio. Si la Cámara de Apelaciones rechaza el planteo el médico podría enfrentar otro proceso oral y público en poco tiempo.
En ese caso, la mujer --que ahora vive en España-- contó que cuando tenía 18 años había ido a atenderse con Dahse por primera vez acompañada por su madre, que era paciente suya hacía muchos años. Lo consultó porque tenía el período menstrual irregular. Según denunció, el ginecólogo le propuso colocarle un Dispositivo Intrauterino DIU y la citó para la semana siguiente. Esa segunda vez fue acompañada por su novio y un amigo de ambos, que la esperaron en la entrada de la clínica. Detalló que le llamó la atención que al ingresar, el ginecólogo cerró la puerta del consultorio con llave. La hizo acostarse en una camilla y le aplicó una medicación intravenosa que la durmió. Con poca conciencia, en algún momento pudo observar que la estaba penetrando. Pero los efectos sedantes le impidieron reaccionar. En la primera consulta el médico le había dicho que la colocación duraría aproximadamente unos diez minutos y no requería anestesia. Como demoraba más de una hora, su novio y su amigo se preocuparon. La fueron a buscar y la encontraron semiconsciente. Declararon que les costó mucho acompañarla hasta la casa porque no podía sostenerse en pie.