Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) firmaron este viernes una declaración final en la Cumbre de Granada, dejando la puerta abierta a la llegada de nuevos miembros. Y se comprometieron a fortalecer la posición del bloque en el mundo, aunque no lograron un acuerdo unánime respecto a la cuestión migratoria.
Esta declaración marca el inicio de la reflexión de la UE acerca de su futuro a mediano y largo plazo, un análisis que queda retenido en el concepto de "agenda estratégica", para formular las prioridades y objetivos para los próximos años, cuya forma final debe ser pactada antes de las elecciones al Parlamento Europeo en junio.
Se agranda el club
Los jefes de Estado y Gobierno advirtieron la posible llegada de nuevos miembros al bloque, subrayando en la declaración que la ampliación es "una inversión geoestratégica en paz, seguridad, estabilidad y prosperidad", así como "un impulsor para mejorar las condiciones económicas y sociales de los ciudadanos europeos".
Además indicaron que los países aspirantes deben "intensificar sus esfuerzos de reformas, especialmente en el ámbito del Estado de Derecho, en línea con la naturaleza basada en méritos del proceso de adhesión y con la asistencia de la UE". En la actualidad, los principales candidatos a ingresar en el club comunitario son Albania, Macedonia del Norte, Moldavia, Ucrania, Turquía, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Serbia.
Las metas a alcanzar
"Fortaleceremos nuestra posición como motor industrial, tecnológico y comercial, poniendo un foco especial en áreas de alto valor añadido donde ya tenemos una posición competitiva, o en las que podemos pasar a estar a la vanguardia", indicó el texto. "Hoy en Granada hemos discutido las prioridades esenciales y las actuaciones necesarias para una Europa fuerte, dinámica, competitiva y cohesionada en un mundo en evolución", añadió.
Los líderes europeos reivindicaron que consiguieron reducir la dependencia en los combustibles fósiles rusos a pesar del "chantaje" de Moscú, que reforzaron su "base económica" para afrontar los problemas en las cadenas de suministro y que aumentaron el gasto en defensa a raíz de la agresión sobre Ucrania, pero reconocen que "tiene que hacerse más".
También prometieron trabajar en mejorar la "competitividad global a largo plazo" del grupo para que la UE tenga "todas las herramientas necesarias para garantizar un crecimiento sostenible e inclusivo y un liderazgo global en esta década crucial". En este contexto, ven esencial que el bloque se anticipe a los posibles desafíos y aproveche las oportunidades que ofrecen las transiciones verde y digital. Se focalizarán, en concreto, en avanzar en el ahorro energético, la economía circular, los esfuerzos hacia la descarbonización y la respuesta ante desastres nucleares y la adaptación al cambio climático.
"Aseguraremos el acceso a energía asequible, aumentaremos nuestra soberanía energética y reduciremos nuestras dependencias externas en otras áreas clave en las que la UE tiene que construir un nivel suficiente de capacidad", agregaron, antes de citar los sectores de las tecnologías limpias, las medicinas críticas y las materias primas. Y mencionaron que iban a invertir más en sus capacidades de defensa, en política espacial, en lucha contra amenazas cibernéticas e híbridas y en investigación, educación y formación laboral para los trabajos del futuro.
El problema migratorio
La oposición de Polonia y Hungría al pacto de la UE sobre migración y asilo, impidió precisar en la cumbre una declaración final sobre el tema. En su lugar, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, publicó su propio texto en el que aseguró que "la migración irregular necesita ser abordada inmediatamente de manera decidida. No permitiremos que los contrabandistas decidan quién entra en la UE. Seguiremos implementando todas nuestras decisiones de manera efectiva y rápida". También mencionó que se iba combatir "con resolución el crimen organizado, el tráfico de personas y el contrabando, la instrumentalización de la migración como amenaza híbrida, aumentar los retornos y aspectos internos, respetando el Derecho Internacional, los valores y principios de la UE y la protección de los derechos fundamentales".
El debate migratorio en Granada tuvo lugar después de que los países de la Unión Europea lograran el miércoles un acuerdo sobre el Reglamento de Crisis, la última pieza del Pacto europeo de Migración y Asilo que los Estados aún no habían pactado. Para sacar adelante ese acuerdo no era necesaria la unanimidad de todos los países miembros. Polonia y Hungría votaron en contra y en los últimos meses criticaron que las decisiones sobre migración entre los países de la UE se tomen por mayoría cualificada y no por unanimidad.
De hecho, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, criticó este mismo viernes en Granada que la UE "violó y forzó" a ambas naciones a aceptar los recientes acuerdos sobre la problemática, puesto que fueron aprobados sin su visto bueno. Tras el acuerdo de los países, será necesario negociar con la Eurocámara, colegislador de la UE junto con los Estados miembros, para lograr un pacto definitivo sobre el paquete legislativo migratorio y que este sea adoptado y pueda entrar en vigor.